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La primera ministra británica había solicitado esta mañana una extensión del plazo
El presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, este miércoles en Bruselas. AP / VÍDEO: REUTERS-QUALITY
De órdago en órdago hasta la medianoche del 29 de marzo. Bruselas y Londres parecen dipuestas a agotar el plazo para rematar la salida del Reino Unido de la UE y este miércoles, en cuestión de horas, se han lanzado oferta y contraoferta que mantienen el bloqueo de la negociación hasta el borde del abismo.
Como se esperaba, la primera ministra británica, Theresa May, ha solicitado por escrito una prórroga del plazo hasta el 30 de junio, con el compromiso, una vez más, de intentar que el Parlamento británico apruebe "lo antes posible" el Acuerdo de salida.
Pocas horas después, el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, tras hablar por teléfono con May, señalaba la disposicíón de la UE a contemplar "una breve prórroga". Pero Tusk elevaba el listón para prolongar el plazo y exigía, a cambio, que la Cámara de los Comunes apruebe primero el Acuerdo de salida.
El fuego cruzado arreciará aún más este jueves, cuando May asista a la cumbre europea que se celebra en Bruselas. La primera ministra deberá defender su necesidad de aplazar el Brexit tres meses, una prolongación que, según le ha advertido Tusk, "plantea cuestiones de naturaleza poltica y legal".
La Comisión Europea y varias delegaciones, entre ellas España y Francia, temen que el nuevo plazo interfiera con la actividad institucional de la UE, en particular con las elecciones al Parlamento Europeo (23-26 de mayo). La Comisión ha advertido que si Reino Unido no ha salido de la UE para esas fechas, estará obligado a participar en los comicios a pesar de su intención de abandonar el club poco después. "Los líderes [del Consejo Europeo] tendrán que discutirlo mañana [por el jueves], ha señalado Tusk.
Fuentes del Consejo y del Parlamento creen que, si fuera necesario, se podría eximir a Reino Unido de participar en las elecciones, aun a riesgo de que se produjera algún litigio. Pero solo si hay garantías de que el Brexit se consuma antes del 2 de julio, fecha de constitución del nuevo Parlamento Europeo. Una garantía que May no puede ofrecer.
La condición planteada por Tusk para conceder la prórroga acerca a May un poco más al abismo. Si la semana que viene no logra el visto bueno del Parlamento, podría verse obligada a elegir entre un Brexit sin acuerdo (en la medianoche del viernes 29) o una prórroga mucho más larga, que supondría probablemente su dimisión y un humillante final a su carrera política.
Tusk le ha ofrecido una pequeña ayuda para evitar el precipicio: aprobar en el Consejo Europeo del jueves las garantías adicionales sobre el carácter temporal de la salvaguarda en la frontera de Irlanda que May pactó con el presidente de la Comisión, Jean-Claude Juncker, el pasado 11 de marzo en Estrasburgo.
La aprobación de esos documentos permitiría a May justificar una tercera votación del Acuerdo de salida, después de que el presidente del Parlamento británico se negara a permtiir un texto idéntico al rechazado ya dos veces en enero y marzo. Sin embargo, hay dudas sobre si esas garantías permtirán a May ganar votos a favor del Acuerdo después de que el Abogado del Estado británico, Geoffrey Cox, dictaminará que no reducía el riesgo de que Reino Unido quede atrapado de manera indefinida por una salvaguarda que obliga al país a mantener una unión aduanera con la UE hasta que se pacte una futura relación comercial.
Even if the hope for final success may seem frail, even illusory, and although Brexit fatigue is increasingly visible and justified, we cannot give up seeking - until the very last moment - a positive solution. #euco
— Donald Tusk (@eucopresident) March 20, 2019