No era una noche cualquiera para Gerard Piqué. Después de renunciar a La Roja para poder tomarse un respiro futbolístico en el parón FIFA, reaparecía a la selección catalana en Montilivi en el duelo ante Venezuela. “Estoy cansado de explicar mi salida de España. Quería poder ir a tomar el sol una semana con mi familia fuera de Europa aprovechando los parones, poder descansar, y esto es lo que he hecho. Jugar con Catalunya me ocupa un día, vengo a pasarlo bien con mis compañeros... Es fácil de entender”, subrayó el central del Barcelona. Campeón del mundo en Sudáfrica 2010 y de Europa en Polonia y Ucrania 2012, el defensa pasó las de Caín en su última etapa en la selección española, cuestionado por la afición por compromiso político con Cataluña.
Catalunya: Edgar Badia; Aleix Vidal, Bartra, Piqué, Dídac; Pere Pons, Jordan, Melendo, Granell; Bojan y Sergio García (Milla, m. 37). También jugaron: Becerra; Montoya, Víctor Sánchez, Cardona, Cucurella, Romeu, Javi Puado, Muniesa, Aleix García y Riqui Puig.
Venezuela: Fariñez; Alexander González, Chancellor, Yordan Osorio, Rosales; Tomás Rincón, Júnior Moreno; Murillo, Yangel Herrera, Soteldo; y Josef Martínez. También jugaron: Romo; Seijas, Añor, Aristeguieta, Machis, Ronald Hernández y Jhonder Cádiz.
Goles: 1-0. M. 53. Bojan. 1-1. M. 59. Rosales. 2-1. M. 89. Javi Puado.
Árbitro: Xavier Estrada. Mostró la cartulina amarilla a Muniesa.
Estadio Montilivi. 12.671 espectadores.
Sufrió Piqué más de un desencuentro con los seguidores la selección, pitado en diferentes campos de España, abucheado en un entrenamiento del equipo que entonces lideraba Julen Lopetegui en Las Rozas en 2017. “Piqué cabrón, España es tu nación”, le gritaron. Mal recuerdo para el 3 azulgrana, una situación que no quiso que se repitiera en Montilivi. Y, cuando un parte del público en Girona insultó a España, Piqué salió al cruce. En el campo mandó a callar a los seguidores, ante los micrófonos pidió respeto. “Tenemos que predicar con el ejemplo todos, de un lado y del otro. Todo lo que sea una falta de respeto es intolerable”, subrayó.
Una situación, en cualquier caso, que no privó al central de que se pasara una noche agradable en el campo del Girona. “Cataluña ha generado muy buenos futbolistas en los últimos años y estamos encantados de venir aquí a jugar”, aseguró. Aunque Montilivi no se colmó como se espera (12.671 espectadores de los 15.000 pronosticados), la casa del Girona vivió una jornada divertida, sobre todo esperada de fútbol. La selección catalana se impuso ante un envalentonada Venezuela, que venía dulce, después de derrotar a la Argentina de Messi en el Wanda Metropolitano (1-3). Apareció Bojan, sorprendió Puado, se la pasó bien Piqué, el preferido de la hinchada gerundense.
Esperaba con ansias la selección de Cataluña el partido ante Venezuela. No era porque existiera una rivalidad especial con el equipo sudamericano ni porque que Montilivi deseara alojar a futbolistas de élite. Hoy, la casa del Girona, que por segunda vez en su historia oficiaba de huésped de la catalana, tiene a los muchachos de Eusebio Sacristán en Primera. La selección de Cataluña, simplemente, esperaba volver a jugar. Y hacerlo, por fin, en una Jornada FIFA. Noche de fútbol y política en Montilivi. Ni se esperó al minuto 17.14 para cantar por la independencia, entonado por primera vez, nada más terminó de sonar Els Segadors en la presentación de las selecciones. Una noche, en cualquier caso, de festejos en Girona. Y eso faltaron los jugadores: el Huesca, el Valladolid y el Rayo decidieron no ceder a sus futbolistas. Sin embargo, la ausencia más sentida fue la de Xavi Hernández.
La Federación catalana quería homenajear al exvolante del Barcelona ante Venezuela. Pero por motivos de calendario (su equipo, el Al Saad de catar, se juega la liga el próximo sábado). Ausente Xavi, los focos se posaron en Piqué, activo en el campo, ya sea para callar a la afición o para aparecer en el área de Venezuela. El central azulgrana fue uno de los grandes ovacionados cuando por la hinchada gerundense cuando el speaker coreó su nombre. Un público entregado también, como no podía ser de otra manera, a sus hijos predilectos, Pere Pons y Àlex Granell, jugadores del Girona.
Ni siquiera Sergio García, capitán y consolidado ayer como el jugador con más presencias en la catalana (16, superó a Sergio González), recibió tanto cariño como Piqué. Y estaba con ganas de corresponder a la afición el azulgrana. Solo tres jugadores repitieron en el once en el primer y segundo tiempo: Bojan, Aleix Vidal y el 3 del Barça. Hasta estuvo a punto de abrir el marcador. Acostumbrado a compartir equipo con Messi, Luis Suárez y compañía, Piqué no puede enseñar su capacidad para lanzar faltas. La tiene. Hasta se le adelantó a un especialista como Àlex Granell. No lo hizo nada mal, el larguero le negó el grito al central, no lo privó, sin embargo, de una nueva ovación de los seguidores cuando le dejó su lugar a Riqui Puig.
Parecía los palos se llevaban el protagonismo en el duelo -Murillo y Rosales por dos chocaron con las maderas-, hasta que Bojan, otro de los hijos predilectos de Cataluña rompió el silencio en el tablero. El delantero de Stoke City empujó el balón en el área chica, después de un buen pase de Montoya. Una de cal y una de arena para el lateral del Brighton. Asistente de Bojan, también de Rosales. El exazulgrana calculó mal en un pase al portero Becerra y le cedió el balón a Rosales. Sin problemas, el blanquiazul, superó al portero del Elche. Pero el equipo de Gerard López puso una marcha más, ya con todos los suplentes en el campo, Puado firmó el 2-1 para Cataluña se rencuentre con la victoria y el fútbol en Girona. Sobre todo para que Piqué pidiera respeto a la afición de Cataluña
FIN
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