(Especial para Clarín). Cada uno construyó a su personaje haciendo un recorrido propio, diferente al de los otros. Siendo intuitivo, buscando información o lidiando contra sus inseguridades. De eso se trata la obra: de la diferencia. O más bien, del valor que tiene ser distinto. Porque todos lo somos.
Multipremiada -y basada en un best seller del escritor Mark Haddon-, El curioso incidente del perro a medianoche llega al Maipo con elenco local. Reconocida tanto en Londres como en Nueva York, esta obra teatral de Simon Stephens será protagonizada a partir del 13 de abril por Pablo Alarcón (Ed Boone), Iñaki Aldao (Christopher Boone) y Melania Lenoir (Judy) y producida por The Stage Company.
La multipremiada obra llega al Maipo en esta segunda semana de abril. Foto: Juano Tesone.
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Reunidos en el teatro de la calle Esmeralda, en un descanso que les permiten los intensos ensayos, los protagonistas se disponen, entusiasmados, a hablar sobre la proximidad del estreno de una puesta que dura un poco más de dos horas. “Pero te juro que no te das cuenta de que es larga, por la dinámica que tiene”, sentencia Melania. A pesar de que cuenta un drama, “la obra tiene humor”, asegura la actriz. Y si bien aclaran que no es un musical, la música y la coreografía ocupan lugares destacados.
Iñaki no está acostumbrado a las entrevistas. Quiere que sus respuestas sean completas y pide perdón si no lo logra. Tiene sólo 19 años y debuta en el teatro comercial nada menos que con un protagónico. Alarcón, en cambio, tiene algunos años más y una larga y reconocida trayectoria. “La obra exige fuerza y ritmo, tanto que me ha revitalizado”, dice Pablo. Mela también ha transitado con talento y éxito varios escenarios, pero mantiene un bajo perfil.
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“Habla de un tema urgente: la necesidad de entender que todos tenemos visiones diferentes del mundo y de volvernos más amables con el otro”, reflexiona Mela. “Es una obra amorosa y sanadora, que se presenta a través de una trama policial. Es un thriller”, acota Pablo.
El curioso incidente... pone en escena la historia de Christopher, un joven de 15 años -hijo de Ed Boone y Judy-, que por sus características responde al síndrome de Asperger, trastorno que se encuentra dentro del espectro autista, que afecta la capacidad de socializar, pero, al mismo tiempo, quienes tienen esa condición suelen destacarse por su memoria y su pensamiento lógico, entre otras cosas. Sin embargo, ni en la novela, ni en la versión teatral, Christopher recibe un diagnóstico. Ed Boone y Judy viven tratando de entender por qué a su hijo le cuesta tanto relacionarse, por qué es brillante para algunas cosas, pero socialmente no logra la conducta que ellos desean. Son padres que ante la frustración se victimizan, según explican los protagonistas.
Después de enterarse de la misteriosa muerte del perro de su vecina, Christopher inicia una investigación para encontrar al culpable, la cual lo llevará a descubrir mucho más acerca de sí mismo, de su entorno y de su familia. En versión y con dirección de Carla Calabrese, la puesta cuenta con la participación especial de Adriana Aizenberg (Sra Alexander). Completan el elenco Pablo Sultani, Marcos Rauch, la propia Calabrese (que interpreta a la maestra), Andrea Lovera, Sebastián Prada, Manuel Victoria, Fernando Margenet, Geraldine Farhat y Mariano Caligaris.
-¿Cómo es Christopher?
Iñaki: Es un chico de 15 años al que uno puede conocer por cómo construye su mundo y cómo se relaciona con las cosas: le gustan las estrellas, las matemáticas, los animales... Desde afuera se puede decir que es un chico diferente, pero todos somos diferentes. La obra pone en duda quién es más normal que quién.
Melania: Creo que el hecho de que en la obra no se menciona que tiene Asperger tiene que ver con que si bien se lo podría etiquetar con ese diagnóstico, también las personas normales tienen un montón de aspectos re disfuncionales. De hecho, creo que la madre y el padre son disfuncionales. Y la sociedad también.
Pablo: Desde la época en la que se sitúa la historia, en los ‘90, hasta ahora, ha cambiado mucho el concepto de enfermedad. Antes eran víctimas; hoy se ha reivindicado mucho el lugar de los llamados distintos. Y yo, que trabajé en un hospital psiquiátrico, pasé por la confusión de no saber quiénes eran los sanos y quiénes los enfermos...
Fue en el '76, cuando Alarcón se encontraba exiliado en Italia, que entre los empleos por los que pasó (vender artesanías, pintar casas), fue profesor de gimnasia en un psiquiátrico. “Italia fue el primer país que abolió la locura como institución y cerraron todos los hospitales psiquiátricos. Entonces hubo que pasar a todos los internos a otros hospitales. Y fue en esa transición que me contrataron. Un día fui a pedirle un remedio a un señor con delantal blanco, porque como vivimos en una sociedad de roles, los médicos son los que llevan delantal blanco. Me dio la medicación, la tomé y después apareció un señor sin delantal que le pidió al otro que le devolviera el guardapolvo”, cuenta.
-Poner en escena al personaje permite mostrar temas tabú.
Pablo: Claro, de eso no se hablaba, se escondía.
Melania: Estos temas nos interpelan como sociedad. Es una obra que tiene un mensaje contundente y transformador. Abre un debate enorme. A priori todos piensan que es la obra de un chico con Asperger... Para mí habla de lo diferentes que somos todos. Y de que los que nos creemos -aparentemente- normales... tal vez no lo somos tanto.
Pablo: Porque más allá de la historia que cuenta, si la traemos al plano nacional, siento que de algún modo habla de la grieta y de darnos la posibilidad de dialogar con el que piensa diferente.
-¿Investigaron sobre autismo para la composición de los personajes?
Iñaki: En un momento habíamos hablado de ir a una institución con chicos con estas características, pero después pensamos que no era lo mejor. Porque no quisimos hacer un estereotipo. Vamos a hacer a Christopher, que es único.
-La obra se promociona como de “gran impacto visual”. ¿Cómo lo describirían?
Melania: Tiene una tecnología descomunal al servicio de la historia, que logra que el espectador vea cómo el protagonista percibe el mundo.
Pablo: Se presenta con un gran poderío técnico. Hay video mapping, leds, hay veinte proyectores, pantallas, efectos especiales... Las luces no están puestas para adornar, sino que tienen un valor dramático fundamental.
Y entre las rupturas que propone la puesta, está la del tiempo. El relato no es cronológico y presenta varias elipsis “Es uno de los principales desafíos como actores”, dice Iñaki. “Como espectador, enseguida entendés el código, pero para nosotros es una exigencia enorme”, añade este actor nacido en San Rafael, Mendoza, que vive en Buenos Aires desde que cumplió su primer año de vida, pero que vuelve siempre a su ciudad natal. De hecho, allí se encontraba de vacaciones cuando recibió la noticia: después de largas audiciones -para las que se presentaron también actores conocidos- había sido elegido para el papel. Antes, había actuado en “espectáculos amateurs”, cuenta. Pablo viene de hacer temporada en Mar del Plata, con dos obras, y Mela viene de presentarse en el Colón con Disney en Concierto y también es parte del elenco de Forever Young.
-Una obra que resultó un éxito en Londres y en Nueva York, ¿cómo se traslada a la escena local?
Melania: La obra original sucede en Londres y se eligió mantener ese lugar.
Iñaki: La historia es universal y no importa dónde sucede ni cuándo. Tan universal es que tengo primos de 12 años que leyeron el libro en el colegio. No hay edad para venir a verla, es para todos.
“Mis amigos actores que les cuento del proyecto se mueren de envidia. Y otros me piden entradas... No hay un solo amigo que no me haya llamado. Creo que he recibido más llamadas este último mes que en todo el año”, asegura Alarcón. Será el poder del teatro.
La experiencia de Alarcón, en el centro de este trío de actores.
Dónde y cuándo
El curioso incidente del perro a medianoche obtuvo varias distinciones en sus versiones en Londres y en Nueva York. Entre ellas, luego de estrenarse en Londres en 2012, ganó siete Premios Olivier, incluido el de Mejor Obra de Teatro Nueva. Y cuando en 2015 llegó a los escenarios de Broadway, alcanzó cinco Premios Tony. A partir del 13 de abril, subirá al escenario del Maipo (Esmeralda 443).