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Francesco Molinari manda con -13, dos golpes de ventaja sobre Tony Finau y Tiger Woods, en un duelo entre una numerosa competencia por la chaqueta verde. Jon Rahm, con -6 Molinari, en el sexto hoyo. JUSTIN LANE EFE
Los maestros del golf van con todo. Una hermosa batalla se libra en Augusta. Pocas veces tantos y tan buenos golfistas tiraban de la chaqueta verde como esta vez en el Masters. No hay tregua para quien no quiera verse rebasado por unos jugadores que van como aviones hacia la gloria. Los birdies cayeron este sábado como si fueran gotas de lluvia en una jornada que precisaba de mil cámaras y mil ojos para no perderse detalle. La lista de aspirantes reúne a la mayor parte de la nobleza del golf.
1. F. Molinari (Ita), 203 golpes, -13.
2. T. Finau (EEUU) y T. Woods (EEUU), -11.
4. B. Koepka (EEUU), -10.
5. W. Simpson (EEUU) e I. Poulter (Ing), -9.
7. M. Kuchar (EEUU), J. Harding (EEUU), X. Schauffele (EEUU), L. Oosthuizen (Sud) y D. Johnson (EEUU), -8.
12. R. Fowler (EEUU) y A. Scott (Aus), -7.
14. P. Cantlay (EEUU), T. Olesen (Din), J. Thomas (EEUU), P. Mickelson (EEUU), J. Rahm y J. Day (Aus), -6.
50. R. Cabrera Bello, +3.
Francesco Molinari ha puesto a todos en fila. Por detrás viene la marabunta. Con 13 bajo par es el amo de la tabla con dos golpes de ventaja sobre Tony Finau (tarjeta de -8 en el día) y sobre un mito llamado Tiger Woods (-5). Un rugido subía de volumen en Augusta conforme avanzaba el día. Woods continúa nadando incansable hacia su meta. Los birdies en el seis, siete y ocho (tuvo putt de eagle) le colocaron entre los mejores y en la segunda vuelta dio el zarpazo hasta el -11. El Tigre busca a los 43 años su quinta chaqueta verde, su 15º grande. Este domingo peleará por la historia después de haber afilado el juego corto y de sufrir un solo bogey, en el cinco. El resto fue un ejercicio de avance seguro y continuo arañando posiciones en la tabla. Dos golpes de diferencia son un tesoro en Augusta, pero pueden desaparecer en un segundo. Claro que Molinari es un hueso que comete pocos errores. Poquísimos. Solo ha concedido un bogey en todo el Masters, en el hoyo 11 del primer día. Desde entonces son 43 sin fallo. Un robot. Y si está inspirado... Su golpe de salida este sábado en el par tres del 12 dejó la bola a un palmo el emboque y desató una tormenta de otros tres birdies más seguidos.
Tiger debe de tener pesadillas con el italiano. Ambos compartieron el duelo decisivo en el pasado Open Británico, cuando Molinari se coronó en Carnoustie con su primer grande y Tiger bajó a un sexto puesto entonces de muchos quilates. Y volvieron a verse las caras en la Ryder de París en septiembre. Molinari fue el héroe de la victoria europea con cinco puntos de cinco posibles y una pareja invencible con Tommy Fleetwood. Tiger fue el villano de Estados Unidos con cero victorias en cuatro duelos, tres de ellos precisamente ante el italiano y el inglés (el otro ante Rahm). Ahora Francesco vuelve a defender la bandera europea perseguido por un cuarteto de estadounidenses (Finau, Tiger, Koepka y Simpson) en un escenario diferente como Augusta, allí donde hizo de caddie de su hermano Edoardo en 2006.
Tiger y Molinari reeditarán el pulso de la Ryder con la novedad de un compañero de viaje que tiene mucho que decir, Tony Finau. Inmenso el estadounidense de 29 años, el mayor pegador en el campo (318,8 yardas de media de drive), desbocado hacia el que sería su primer grande después de haber picado tres top ten en los majors el curso pasado. Entre ellos un décimo puesto en el Masters tras sufrir un surrealista esguince de tobillo cuando corría hacia atrás en una celebración en los pares tres. En esta ocasión va muy en serio y su lección en los nueve primeros hoyos entró en la historia al igualar el récord de 30 golpes de Augusta, una marca que compartían entre otros Phil Mickelson. Finau arrancó con un triplete de birdies a los que abrochó otro más y un eagle en el ocho para poner la clasificación patas arriba. El ritmo era insostenible en el segundo capítulo del día, pero aún así mojó en los dos pares cinco para un -11 que abría la veda. Con -10 acecha Brooks Koepka, con -9 están Webb Simpson e Ian Poulter, con -8 Matt Kuchar, Justin Harding, Xander Schauffele, Louis Oosthuizen y Dustin Johnson, con -7 Rickie Fowler y Adam Scott... Son 13 muchachos en seis golpes. Todos contra todos en una lucha sin cuartel con un nivel de juego sobresaliente. La media de golpes, cada vez más baja, así lo demuestra: 72,87 el jueves, 71,98 el viernes, 70,77 este sábado. Por primera vez en mucho tiempo, Augusta pareció rendirse ante tal exhibición de talento reunido.
El Masters mira al cielo. La previsión meteorológica este domingo en Augusta es de rayos y truenos: un 80% de probabilidades de tormenta eléctrica a partir de las cuatro de la tarde (hora local, seis más en España) y mucho viento. De modo que la organización anunció que los jugadores saldrán este domingo en grupos de tres, en lugar de dos, y por dos tees, el uno y el 10. El primer partido comenzará a las 7.30 (13.30 en España), y los líderes saldrán a las 9.20 (15.20). El Masters intenta evitar así acabar el torneo el lunes, como sucedió cinco veces: en 1938 (ganó Henry Picard), 1954 (Sam Snead), 1961 (Gary Player), 1973 (Tommy Aaron) y 1983 (Seve Ballesteros).
Hubo más de una vuelta maestra. El mismo -8 que Finau (a uno del récord histórico de Augusta, los 63 de Nick Price en 1986 y Greg Norman en 1996) escribieron en su libreta Webb Simpson y Patrick Cantlay (y eso que solo aprovechó uno de los pares cinco) para ponerse con -9 y -6 respectivamente.
Jon Rahm se mueve también en ese -6 tras una ronda irregular. El chico de Barrika pronto torció el morro. El vasco no sacó rédito al par cinco del segundo hoyo y perdió la calle en el tres. Le salvó una vez más, como tantas ocasiones el viernes, un golpe de talento para salir vivo de los árboles y abrazar el par. Fue su último truco antes de cargar con un bogey en el cuatro con tres putts. Era la primera vez que empeoraba un hoyo después de 31 seguidos sin hacerlo, y de 18 pares uno detrás de otro. A esos tres golpes sobre el green sumó otros tres en el hoyo ocho que parecían condenarle a una mala tarde. Hasta que curiosamente renació donde más había sufrido, en esos pares cinco que tan poco provecho le habían dado en las dos jornadas y media anteriores. Fue con en el arreón del 13 (eagle) y en el 15 (birdie) con dos grandes golpes desde la calle cuando el vasco recortó distancias, aunque cargó con un bogey en el 18 que le hizo retroceder un escalón. Encendido por ese error final, se fue al campo de prácticas a dar bolas para soltar el cabreo. Es puro fuego Rahm. Le remueve todo lo que no sea ganar. "Estoy rabioso porque es frustrante remar tanto y que no salgan las cosas, es muy duro jugar así", declaró. Pero bien saben los mayores que a los 24 años, y en el que es solo su tercer Masters, estar en el pelotón de arriba con seis bajo par y seis rondas seguidas en números rojos es de notable.
La sombra de Tiger persiguió de nuevo a Rahm. No lo tenía de compañero, pero sí en el partido de atrás. El Tigre andaba suelto. La mejor orquesta del golf no podía tocar sin él. Augusta volvió a ponerse en pie para despedirle al final de su ronda. Woods engrandece una lucha de gigantes.
Clasificación completa del Masters de Augusta.
Horarios de salida y emparejamientos de este domingo.
TV: Movistar Golf, de 15.00 a 21.00.
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