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Elon Musk asegura que todos sus coches tienen ya el hardware necesario para conducir solos y pronostica que "probablemente en dos años" podrá hacer un coche sin volante ni pedales El presidente ejecutivo de Tesla, Elon Musk, durante la presentación del Model Y el pasado marzo. Jae C. Hong AP
Tesla considera que comprar cualquier coche que no sea uno de sus modelos es como “comprar un caballo”. No le faltó contundencia a su presidente ejecutivo, Elon Musk, en una conferencia para inversores este lunes en la que presentó con extremo detalle la tecnología de piloto automático de sus vehículos. Musk, junto a los responsables del hardware y de la inteligencia artificial con la que están equipados los Tesla, aseguró que haber desarrollado una tecnología propia los hace mejores que la competencia en uno de los mercados donde se está decidiendo el futuro de los coches.
“El mensaje fundamental que los consumidores deberían llevarse hoy es que es una locura financiera comprar cualquier coche que no sea un Tesla”, llegó a decir Musk en la sede de la empresa en Palo Alto, California.
La exposición sobre las ambiciones de coche autónomo de Tesla llega dos días antes de una presentación de resultados que se espera problemática para el fabricante californiano de coches eléctricos. Los analistas prevén pérdidas debido a las dificultades de entrega de su Model 3, el coche con el que esperaba llegar al mercado de masas.
Musk convirtió en una charla de ventas la presentación, extremadamente técnica, de la tecnología de Tesla. Pete Bannon, el diseñador de chips de Apple que fichó la compañía en 2016, hizo una descripción en detalle de la placa que va incorporada en los Tesla. Musk intervino para hacer accesible la presentación para el gran público. “Si falla cualquier parte de esta computadora, el coche sigue funcionando”, explicó sobre el chip. “El peligro de que algo falle es menor que si alguien se queda dormido al volante. Esa es la clave para medir” la calidad de la tecnología. “La pregunta es cómo es posible que Tesla haya diseñado el mejor chip del mundo. Eso es lo que ha ocurrido”, dijo Musk.
El presidente ejecutivo de Tesla relacionó directamente la tecnología propia de la empresa con el éxito de sus coches sobre cualquier otro competidor en los próximos dos o tres años, cuando el mercado, y sobre todo la regulación, de los coches autónomos ya debería estar más claro. Ahora mismo, dijo Musk, todos los coches que fabrica Tesla ya llevan incorporado ese chip, el hardware necesario para conducir solos. Solo necesitan las actualizaciones de software que sean necesarias.
“Dentro de un año tendremos un millón de coches con completa capacidad de conducción autónoma”, dijo Musk. El directivo ya generó titulares en este sentido el pasado marzo durante la presentación de su último coche, el Model Y, cuando aseguró que a finales de año habrá conseguido poner un millón de coches en las calles. Hay unos 400.000 teslas ahora mismo y la cifra fue entendida como demasiado ambiciosa.
Tesla presentó por primera vez un la función llamada Autopilot en sus coches en octubre de 2015, cuando la incorporó al software de su sedán de lujo, el Model S. En aquel entonces, Musk pronosticó que en tres años estaría disponible la tecnología para que el coche fuera “de casa al trabajo sin tocar nada”, pero advertía de que la regulación necesaria tardaría mucho más.
En 2016, comenzó a trabajar en un chip propio diseñado específicamente para hacer posible la conducción autónoma. Durante 2018, Musk insistió varias veces en que sus coches ya estaban preparados para hacer un viaje de costa a costa de Estados Unidos de forma completamente autónoma. El modo de piloto automático de Tesla detecta el tráfico, ve en 360 grados hasta 250 metros de distancia, aparca, entra y sale de las autopistas y cambia de carril. Sin embargo, Tesla reconoce que aún no se dan las condiciones para soltar las manos del volante. La supervisión del conductor sigue siendo necesaria.
Unas 60 empresas están investigando para desarrollar un coche completamente autónomo. Las más conocidas son Waymo, de Alphabet (Google), y el proyecto de Uber. El coche de Google, por ejemplo ya está en pruebas como taxi en Phoenix, donde da servicio a un grupo de usuarios.