Santiago Solari se presentó en la sala de conferencias de Valdebebas este viernes, la víspera de enfrentar al Eibar en Ipurúa, y por primera vez en calidad de entrenador del primer equipo del Real Madrid. El hombre acaba de firmar un contrato que le vincula al club hasta 2021 con un salario neto de cuatro millones por temporada y una cláusula indemnizatoria, en caso de despido, de 3,5 millones de euros. En las últimas dos décadas solo López Caro y Zinedine Zidane ascendieron del Castilla al primer banquillo. El caso de Solari, como indica la estadística, es excepcional. Cuandio le preguntaron cómo valoraba su ascenso, se revolvió y se apresuró a representar su entusiasmo. Como si quisiera despejar la sospecha de que se siente abrumado ante la idea de que el cargo que le encomiendan desempeñar es, más que un premio, el último peldaño de una escalera burocrática que indefectiblemente, tarde o temprano, conduce a la salida del club. “Estoy muy agradecido, y muy ilusionado con esta enorme y hermosa responsabilidad”, respondió el técnico mostrando todos los dientes de su sonrisa.
MÁS INFORMACIÓN
Como no hizo más valoraciones y se hizo un silebncio extraño, le repreguntaron. Le inquirieron cómo se sentía después de estampar la firma en un compromiso que se prolonga hasta 2021, un plazo que no se suele poner a entrenadores interinos sin experiencia en Primera División. “Para mí no cambia nada respecto a los 11 años precedentes que llevo en esta institución", señaló; "para mí lo importante, y creo que para todos, es el compromiso con el que cada uno realiza su trabajo día a día. Y evidentemente, luego todos estamos de paso aquí. En la vida, y más en el Madrid, y más en este cargo”.
Solari sabe que ocupa un asiento ardiente. Un mal lugar para alguien que, como él, aspira a llevar una vida tranquila. Resultó llamativa la premura conque despachó la batería de preguntas y lo rápido que el club organizó una conferencia bastante poco concurrida, ignorando la petición de turno de preguntas de algunos periodistas desplazados a Valdebebas.
El entrenador se mostró incómodo hasta para recrearse en cuestiones agradecidas, como aquella que le planteó la posibilidad de que Modric gane el Balón de Oro. “Me parece fenomenal, fantástico, tanto si lo gana él como Varane o Benzema”, dijo, sin que se comprendiera por qué metió en el mismo saco a Varane, el más accidentado de los centrales madridistas este curso, y a Benzema.
Casemiro, Nacho y Reguilón estarán de baja por lesión en Ipurúa. A Solari le compete reorganizar al equipo con el regreso de Marcelo y Carvajal, que salieron de la enfermería y se reincorporaron a las sesiones de entrenamiento. “No sé si será un partido cerrado", replicó, cuando le pidieron que imaginara aquello que se espera encontrar en Eibar. "Imagino un partido muy intenso y muy aguerrido porque es un equipo que tiene los conceptos muy claros. Y me cuesta verlo cerrado porque es un equipo agresivo que presiona muchísimo. Seguramente será entretenido”.
La baja de Casemiro abre vías para quie se mueva el banquillo. Ahi Solari ha sentado a Isco en todos los partidos oficiales que ha dirigido. “Lo veo bien: trabajando, mejorando...”, dijo, cuando le preguntaron por el malagueño.