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Una espectacular carrera de 87 metros del lateral del Espanyol propicia un autogol de Godín y destensa el juego de los de Simeone, rematados por Borja Iglesias Ampliar foto Adrià Pedrosa supera a Savic. JOSEP LAGO AFP
El Atlético se apagó en Barcelona. Desde que el Barça dejó la esperanza rojiblanca en la UCI en el Camp Nou, los muchachos de Diego Simeone se mentalizaron en retrasar lo máximo posible el alirón azulgrana. Pero ya con la copa en las vitrinas del Museo del Barcelona, el Atlético se quedó sin su leitmotiv: el nervio. Y eso que lo intentó. Pero no hubo caso. Se encontró con un Espanyol alegre, impulsado por sus canteranos, por un primer gol gestado en una carrera a lo Bolt de Adrià Pedrosa, y por Borja Iglesias, goleador de Segunda y de Primera, máximo artillero del cuadro de Rubi. Un 3-0 rotundo, que mantiene viva la ilusión de Europa en Cornellà.
ESP
ATM
Espanyol
Diego López, Rosales (Víctor Sánchez, min. 85), Mario Hermoso, Naldo, Adrià Pedrosa, Darder, Granero, Marc Roca, Óscar Melendo (Sergio García, min. 90), Wu Lei (Javi Puado, min. 78) y Borja Iglesias.
Atlético
Oblak, Savic (Correa, min. 45), Juanfran, Godín, Filipe Luis, Koke, Rodrigo (Vitolo, min. 58), Lemar (Francisco Montero, min. 58), Saúl, Morata y Griezmann.
1-0 min. 45: Godín (p.p.). 2-0 min. 51: Borja Iglesias . 3-0 min. 88: Borja Iglesias (p).
José Luis Munuera Montero
Marc Roca (min. 37), Saúl (min. 17) y Morata (min. 58).
Estadio:RCDE Stadium
Sin más motivación que el segundo escalón del podio en LaLiga, segundo consecutivo, tercero desde que Diego Simeone se adueñó del banquillo rojiblanco, el Atlético llegó relajado al RCDE Stadium. En la búsqueda de un fútbol más alegre, menos atenazado, más cerca de la portería de Diego López que la de Oblak. Un equipo para que florezca Lemar, al ritmo de lo que decida Rodrigo, de nuevo al mando del mediocampo, con Saúl liberado a su lado. Necesitaba un punto el Atlético para sellar la segunda plaza y así finalizar LaLiga por vigésima ocasión en su historia por delante del Real Madrid. No pudo ser. Enfrente se encontró con un Espanyol igual de desacomplejado, más afortunado, definitivamente más certero.
No supo el Atlético aprovechar los agujeros del Espanyol. La intensa presión de los muchachos de Simeone funcionó de entrada. Morata le birló el balón a Hermoso, para que después Diego López calculara mal en un cierre. Ni el exdelantero del Madrid ni Koke aprovecharon los errores de la zaga blanquiazul. Al ritmo del intermitente Rodrigo, el Atlético movía la pelota por momentos con velocidad, en ocasiones con parsimonia. Sin espacios, en cualquier caso, para el Espanyol aprovechara la velocidad de Wu Lei y Borja Iglesias, con Melendo más contenido en el callejón del 10. No había más solución en ataque que el desparpajo del canterano, con Granero y Darder sin ritmo ni fiereza.
Pero los pocos huecos que dejaba por entonces el Atlético, esos que no supieron encontrar los puntas del Espanyol, los descubrió Adrià Pedrosa. Un contragolpe de autor, una escala inmensa a toda velocidad del lateral blanquiazul por la izquierda, que dejó en el camino a dos jugadores del Atlético. Tras recorrer 87,6 metros, según los datos facilitados por Movistar +, se plantó frente a Oblak. Y no se animó a rematar. Buscó a Wu Lei, pero se interpuso Godín, que rechazó mal y mandó el balón a la portería del meta esloveno. Segundo remate entre los tres palos del Espanyol, primero con peligro: 1-0. Un golpe duro para Simeone, segundos antes de paso por los vestuarios.
Metió mano el técnico argentino en el descanso. No le quedó más remedio. Afuera Savic, lesionado, adentro el inquieto Correa. Mismo sistema, con Saúl como central, una posibilidad que contemplaba Simeone. Cuando parecía que renacía el Atlético, de nuevo metido en el encuentro, dispuesto a llevarse por delante al Espanyol, Rodrigo volvió a calibrar mal un pase. Esta vez con el peor final para el Atlético. Melendo pescó el balón en la medular y arrancó a la espera del desmarque de Borja Iglesias. Buen movimiento del Panda, mejor definición, nada menos que ante un prácticamente invisible Oblak, camino a su cuarto Zamora consecutivo. Entonces sí, se desinfló el cuadro rojiblanco. A merced del Espanyol, solo sostenido por el meta esloveno, vistoso para rechazar los remates de Darder y Borja. No pudo, sin embargo, con el último remate del 7 desde el punto de penalti. Puado, otro de los jovencitos de Rubi, se coló en el área y Juanfran le tiró un absurdo topetazo. El árbitro señaló penalti. Un caramelo para Borja que cantó su gol número 15 en LaLiga, en su primera campaña en Primera.
Volvió a agitar el banquillo Simeone. Un cambio sin sorpresa: Thomas por Rodrigo. No hubo revolución. El Atlético se quedó sin gasolina, lo aprovechó un Espanyol desacomplejado, liberado a partir de la habilidad de Melendo, la velocidad de Pedrosa y poder goleador de Borja.
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