En tiempos como los que corren, a veces pareciera que componer un hit masivo y saltar a la fama fuera cosa de una tarde. Cada verano, surge un nuevo artista que nos trae un tema que vamos a escuchar hasta en nuestros sueños. Pasó con Bailando de Enrique Iglesias, con Despacito, de Luis Fonsi y Daddy Yankee, y ahora está pasando con Calma, de Pedro Capó.
Su canción, en colaboración con Farruko, ya supera las 500 millones de vistas en Youtube, y lidera las listas en países como Honduras, Chile, Colombia, Costa Rica, El Salvador, Guatemala, México y Panamá. Además, se encuentra en los Top 50 de más de 12 países incluyendo Suiza, Malta y España. Y en la Argentina, el fenómeno se repite: figura 1ra. en YouTube y 2da. en Spotify.
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Los números hablan por sí solos, pero Pedro Capó esconde mucho más que sólo un hit pasajero. Con más de 20 años de carrera y un legado musical que le corre por las venas, el cantante puertoriqueño se confesó con Clarín.
-¿Cómo te iniciaste en la música?
-Fue desde muy pequeño, un poco de ADN y otro de crianza musical. Mi abuelo, Bobby Capó, fue un gran músico de su época, y mi padre también, en el ámbito de la bohemia. Él me daba a opinar en sus composiciones, y eso fue despertando la chispa de vocación en mí. A mis 14, cuando murió mi padre, aprendí guitarra con un método de libro y empecé a componer yo solo.
-¿Con qué género arrancaste?
-Con rock. Me colaba en bares, que no me querían dejar tocar porque era menor de edad; y a los 17 firmé mi primer contrato con una banda que se llamaba Marka Registrada. De ahí empecé a seguir mi camino solista, me mudé a Nueva York, y estuve 10 años buscando mi sonido, actuando también en teatro y en películas.
Nieto de Bobby Capó, autor del clásico "Piel canela" y cantante de la orquesta de Xavier Cugat, Pedro Capó dice que quiere estar a la altura de la vara que puso su abuelo. (Foto: Alfredo Martínez)
-¿Retomás cosas de tu abuelo?
-¡Claro! La disciplina con la que encaraba su música y, sobre todo, su manera artesanal de trabajar una canción. Siempre trato de mantener el respeto de la vara tan alta que puso.
-¿Te gustaría seguir por el camino de la música urbana o probar con otros géneros?
-Ahora mismo estoy disfrutando mucho esto de conectarme con mis raíces caribeñas; me gusta lo que genera en la gente. Pero en mi carrera ya exploré varios géneros, y no quiero encasillarme en ninguno. Siento que las canciones son las que dictan hacia dónde hay que ir.
-Muchos dicen que Calma es el nuevo Despacito. ¿Qué opinás?
-Para mí es un honor estar siquiera en la misma conversación. Respeto muchisimo lo que hicieron (Luis) Fonsi y (Daddy) Yankee, porque pusieron a Puerto Rico de vuelta en el mapa y abrieron un camino para todos nosotros. No sé si estoy a su altura, pero me alegra que Calma esté volando tan alto.
-¿Por qué crees que funcionó tan bien tu canción, y la música latina en general?
-No sé, los latinos tenemos lo nuestro. Hay mucha alegría para aportar, somos muy cálidos, y el mundo, especialmente en estos tiempos, está muy abierto a recibir eso. La verdad es que como artista uno vive con la ilusión de que una canción suya se vuelva número uno en el mundo, y aún así me sorprendió muchísimo.
-¿Qué opinás de la industria de la música actual, donde no hay más discos y el éxito llega de un día para el otro?
-Es muy interesante. Personalmente, soy un romántico que me encanta la historia de un disco, sentirlo en mis manos y todo eso. Eso se ha perdido un poco, pero ahora tenemos otras cosas, como el acceso universal que permiten las nuevas plataformas, que al final fue lo que me dio la posibilidad de llegar tan alto.
-¿Con quién te gustaría colaborar ahora?
-Soy muy fan de mucha gente. Me encanta lo que está haciendo Bad Bunny, lo de J Balvin también. Hay una frescura única en esta nueva generación. Pero también siento que las colaboraciones tienen que surgir de manera natural, y la química debe ser genuina. Es uno de los factores que se transmite en Calma.
-¿Y algún argentino?
-Soy fan empedernido de Fito Paez. Sería un honor trabajar con el maestro algún día.
-Contame cómo es tu proceso creativo.
-Hay momentos de inspiración y hay otros de transpiración, donde hay que buscar mucho. A veces escribo para mí y otras para otros artistas, como Ricky Martin, por ejemplo. Con Calma nos pasó que la hicimos completa en 3 o 4 horas. Yo digo que hay algo muy especial cuando las canciones surgen así: son puras. Y de hecho, lo que está grabado es mi voz en el demo, porque yo estaba enfermo y tenía la voz media ronca, pero tenía tanta vibra de alegría de haber escrito la canción, que después cuando quisimos replicarlo nunca salió igual.
Una cuestión de equilibrio. Para Capó, el proceso creativo se reparte entre momentos de inspiración y otros de transpiración. (Fotos: Alfredo Martínez)
-¿Para cuándo un concierto en Buenos Aires?
-Muy prontito, espero. Hacer los shows es mi parte favorita de todo esto. Para mí, el escenario es como un espacio de meditación. Me muero por llegar a todos estos países en donde Calma gustó tanto, para salir un poco de YouTube y devolvérle al público aunque sea un poquito de todo el cariño que me dan.
-¿Qué es lo que más te gusta de Argentina?
-Todavía no he visto mucho, estoy loco por conocer más. Pero diría la gente, que me ha recibido con tanto amor. Hay grandes talentos que admiro también. Hace poco conocí a Messi, y me impresionó tanto su calidad de persona y su humildad. ¡Hasta cantamos Calma juntos! Fue increíble. Y bueno la carne, la carnecita que está... (risas).
-Tenés muchas chicas que mueren por vos... Pero en casa te espera tu esposa. ¿Cómo es eso?
-Es un balance. Lo de la fama trae mucha ilusión en la gente, pero al final del día somos seres humanos como todos. Es importante saber que mi casa es mi casa, siempre. Y mi familia es sagrada.
-¿Qué opinan tus hijos de tu éxito?
-Ellos no me ven nada cool. Tienen 13, 7, y 5 años. El más chico sí se ilusiona todavía, me imita cantando, habla por teléfono como yo, da órdenes al estudio y todo. Por ellos principalmente es que hago todo esto.
-¿Cómo se sigue ahora? ¿Sentís presión?
-Ojalá lo supiera (risas). La verdad que no siento presión, porque nunca había tenido un momento tan grande como con Calma, y estoy disfrutándolo al máximo. Igualmente, no creo que perseguir el éxito sea la forma correcta. Habrá que hacer otra canción, con honestidad, y que se sienta bien. El público decidirá. CL