El presidente del Banco Sabadell, Josep Oliu, no se cierra a ninguna operación a medio plazo. "Ahora no está sobre la mesa una operación con Bankia", ha dicho ante los medios en la víspera de la junta de accionistas. Sin embargo, preguntado por las posibilidades de revisar esta fusión después de las elecciones, con el nuevo Gobierno, añadió: "Todo lo que está debajo de la mesa podría ponerse encima y volver a plantearse".
Hace una semana, el presidente de Bankia, José Ignacio Goirigolzarri, fue más tajante al apuntar que no había ninguna operación a la vista ni esperaba que la entidad fuera comprada por nadie. Sin embargo, entre los analistas se especula con que el Sabadell y Bankia pudieran llegar a una fusión si se encontrara una fórmula para que el Estado, dueño del 61,4% de Bankia, saliera del capital antes de que se produzca esta operación. La justificación, según los inversores, es el escenario de bajos tipos de interés hasta 2020 o incluso 2021, lo que presionaría a la baja los márgenes de las entidades bancarias.
Sobre esta cuestión, Oliu dijo que no cree que los tipos de interés son una razón para fusionarse "porque todo lo baja termina subiendo. Sí hay razones para las integraciones, como el ahorro de costes, tener una mayor dimensión, poder hacer frente a los costes de la nueva tecnología... siempre se puede aprovechar el exceso de capacidad que tiene el sector".
Presidente desde 1999
Oliu, que será reelegido consejero y presidente del Sabadell por otros cuatro años, (desde 1999 es el máximo ejecutivo), ha admitido que el banco está infravalorado en Bolsa, lo que podría favorecer que fuera comprado, pero cree que "no hay apetito inversor por las entidades financieras". Tras caer un 50% en los últimos doce meses, “alguien podría pensar que el banco vale mucho más que lo que cotiza en Bolsa. Cuando algo está barato… es una posibilidad para que alguien lo compre. Sí, el banco está barato, pero los principales bancos también están así. Miren a Francia o Alemania”.
El presidente admitió que su entidad está cotizada al 50% de su valor contable en los libros, "pero el Deutsche Bank está al 30% y Société Générale al 35%", señaló. Pese a estas valoraciones, afirmó que los inversores no quieren comprar porque se aplaza la subida de tipos y con ella la recuperación de la rentabilidad bancaria.
Sobre la filial británica, TSB, que ha atravesado grandes problemas con la clientela por la caída de los sistemas informáticos, Oliu apuntó que esperaba que este año no provocara pérdidas y que aportara a la cuenta de resultados en 2020. "Una vez que se ponga en rentabilidad, es decir, en el plazo de tres años, creo que podría fusionarse con otro o a ser comprada porque ya tendrá un valor", señaló. Hace unos meses, el presidente del Sabadell dio a entender que estaría dispuesto a venderla con rapidez. Respecto al Brexit, admitió que "seguirá generando incertidumbre durante bastante tiempo".
Peticiones al nuevo Gobierno
Preguntado por lo que pedía al nuevo Gobierno que salga de las elecciones del 28 de abril, Oliu dijo que lo primero era que "pueda formarse un gobierno estable o, al menos, no haya que repetir las elecciones". Reclamó que el nuevo ejecutivo que "adopte reformas" para luchar contra los dos grandes problemas de la economía, que, en su opinión, son el alto índice de paro y la gran deuda pública y el déficit que soportan las cuentas del Estado. "Si vienen periodos con alta inflación, podríamos pasarlo mal", comentó.
Preguntado por los viernes sociales del Gobierno de Pedro Sánchez, dijo que no quería juzgar las decisiones políticas pero que había que tener cuidado con las medidas que se adopten para evitar que "por intentar solventar la desaceleración acabemos de estropear lo que está funcionando".
Respecto a la posible escasez de capital que sufre el Sabadell, según algunos analistas, Oliu restó importancia a esos comentarios. Afirmó que este año esperan terminar en un 11,7% de CET 1 fully loaded, el capital de máxima calidad, "y quizá lleguemos al 12%" por lo que descartó realizar cualquier ampliación de capital.
También criticó "la incertidumbre regulatoria, ya que no sabemos cuándo terminarán de elaborar nuevas normas" y pidió seguridad jurídica a todos los tribunales que juzgan a los bancos, tanto en España como en Europa.
Por último, abordó el tema del cierre de oficinas, "un proceso continuado dentro del mundo de la evolución tecnológica". Apuntó que no podía concretar el calendario porque es algo progresivo y continuo, aunque indicó que en el último año "probablemente hemos cerrado 100". Lo justificó explicando que "con el tiempo habrá menos necesidad de oficinas, porque muchas de las relaciones bancarias se hagan a través del digital".