Ver fotogalería Rafael Sánchez Ferlosio, en el año 2003. Carles Ribas
El escritor Rafael Sánchez Ferlosio ha muerto en Madrid a los 91 años, según ha informado su editorial, Debate. El prosista nació el 4 de diciembre de 1927 en Roma, porque su padre, el periodista y escritor Rafael Sánchez Mazas, que fue uno de los fundadores de la Falange, estaba allí destinado como corresponsal del diario Abc. Estudió en los jesuitas del colegio San José de Villafranca de los Barros (Badajoz). Recordando sus años de interno dijo a EL PAÍS: “Los jesuitas nos decían que un niño puro puede condenarse si comete un acto impuro. Lo decían para que no nos tocáramos la pilila”. Empezó a estudiar Arquitectura, pero abandonó la carrera para cursar Filología semítica en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Complutense de Madrid. Se doctoró y trabó relación en aquellos años con escritores como Ignacio Aldecoa, Jesús Fernández Santos y Carmen Martín Gaite, que fue su primera esposa. Con ellos y muchos otros más se configuró la que literariamente se conoce como generación del 50, o de los niños de la guerra.
Sánchez Ferlosio empezó como escritor publicando relatos en revistas literarias a finales de los años cuarenta. Él mismo codirigió en 1953 la Revista Española, publicación de corta vida –un año- que dio a conocer cuentos, obras teatrales y artículos de escritores desconocidos que fueron luego notables autores, como Juan Benet o Manuel Sacristán. Su primera obra fue Industrias y andanzas de Alfanhuí, de 1951. En una entrevista a este diario en 2017 afirmó que era su mejor obra, en realidad la única que salvaba por su calidad: “Será que solo me quedo con el Alfanhuí. Yo vivía entonces en casa y se lo iba leyendo a mi padre y a mi madre conforme lo escribía. No me acuerdo qué edad tenía. Eran incondicionales de lo que escribía. Mi madre pagó la edición. Costó 13.000 pesetas, 1.500 ejemplares. Fue un negocio particular. Alfanhuí tuvo una crítica decisiva. Estaba en el copito, en el auge, y Camilo José Cela me hizo una crítica muy buena. Le gustó. Y eso le dio un empujón imponente.”
El Jarama es su novela más conocida. Premio Nadal en 1955, año de su publicación, y de la Crítica un año más tarde. Su novedoso estilo narrativo al recrear diálogos cotidianos le aupó al éxito, pero su juicio personal sobre esta obra era muy negativo. “En El Jarama está muy cuidado el lenguaje, muy escuchada el habla popular, pero no tiene ni pies ni cabeza. No me gusta nada. Sería un libro que si lo hubiera escrito otro diría: ¡pero qué pelmazo!”, señaló en una entrevista a EL PAÍS en 1986.
En vídeo, entrevista a Sánchez Ferlosio en diciembre de 2017, cunado cumplió 90 años. CARLOS ROSILLO / VÍDEO EPV
El resto de su obra está dominada por el ensayo, un género que dominó desde la heterodoxia, aunque volvió a la novela con El testimonio de Yarfoz (1986). Algunos de sus libros de no ficción más influyentes son Las semanas del jardín (1974), con el que se reveló su original voz ensayística, La homilía del ratón (1986), Campo de Marte. 1. El ejército nacional (1986), Mientras no cambien los dioses, nada ha cambiado. (1986), Vendrán más años malos y nos harán más ciegos (1993), o Guapo y sus isótopos (2009). En 2015 publicó Campo de retamas, recopilación de notas y aforismos que él denominaba "pecios" y que escribía en unos abigarrados cuadernos y publicaba también en los periódicos.
“Supone la pérdida de un personaje único de la literatura española. En los cincuenta revolucionó la narrativa, con obras como Industrias y andanzas de Alfanhuí o El Jarama. Con posterioridad pasó a una especie de ensayo literario, social, político, crítico siempre brillante que nos dio obras maravillosas. Me gustaría destacar Las semanas del jardín, un hito en el momento en que se publicó. Lamentamos su pérdida y el hueco especial y particular, siempre inteligente, siempre incisivo, siempre alumbrador, de su literatura y su persona”, ha asegurado el ministro de Cultura, José Guirao, en un mensaje remitido a los medios.
Sánchez Ferlosio fue galardonado con el Premio Cervantes en 2004 en reconocimiento a “su espíritu libre y su trabajo como narrador y ensayista”. En 2009 recibió el premio Nacional de las Letras Españolas y en 2015 la medalla de oro al mérito en las Bellas Artes. Vivía en Madrid junto a su esposa Demetria Chamorro y pasaba temporadas en Coria (Cáceres). Con la escritora Carmen Martín Gaite estuvo casado 17 años desde su boda en 1953 y tuvieron dos hijos, ya fallecidos.
El velatorio del escritor será instalado a partir de las 14.30 de hoy lunes en Madrid, en el tanatorio de la M30. El entierro tendrá lugar mañana martes.