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El líder chavista no cierra la puerta a una mediación de la UE pese a los dardos que le lanzó a la jefa de la diplomacia europea y descarta la celebración de elecciones presidenciales
En foto, Nicolás Maduro, este viernes ante la prensa. En vídeo, Maduro interpela al periodista de EL PAÍS Javier Lafuente. A. MARTÍNEZ (REUTERS) | EPV
“Un show”. Así ha calificado este viernes Nicolás Maduro el propósito de la oposición, con ayuda de EE UU y Colombia, de introducir en Venezuela ayuda humanitaria. Un extremo que el líder chavista rechazó tajantemente, al igual que cualquier negociación que no sea la que proponen México y Uruguay con los países del Caribe. Maduro, que no cerró la puerta a una mediación de la UE pese a los dardos que lanzó a la jefa de la diplomacia europea, Federica Mogherini, descartó celebrar elecciones presidenciales, como le exigen todos los grupos internacionales que buscan una salida a la crisis en Venezuela.
El choque entre el chavismo y la oposición que se presupone desde hace días por el envío de ayuda humanitaria cobra más fuerza con el paso de las horas. La llegada de los primeros camiones con alimentos y medicinas a los centros de acopio de la localidad fronteriza de Cúcuta, en Colombia, coincidieron con el corte del puente de Tienditas por parte de las autoridades venezolanas. La escalada también es dialéctica. “Venezuela no va a permitir el show de la ayuda humanitaria falsa, porque no somos mendigos de nadie”, dijo Maduro en una rueda de prensa en Caracas.
Para el líder del chavismo, no existe la emergencia humanitaria ni la escasez de alimentos o medicinas. Maduro dijo que ese discurso está “fabricado desde Washington para intervenir” y es “el expediente que completa la intervención”. Volvió a deslizar la idea de que, tras los convoyes que pretende ingresar la oposición, se esconde una injerencia militar por parte de EE UU, una idea que los críticos con el chavismo —sabedores del rechazo internacional que genera— se han esforzado por desmontar durante toda la semana.
Prácticamente al mismo tiempo, el presidente interino de Venezuela, Juan Guaidó, aseguró que si Maduro no permite que la ayuda entre en el país convocará a sus partidarios a abrir un “canal humanitario”. Lo hará a través de una red de voluntarios que deseen trabajar en la distribución de fármacos y comida y cuya organización comenzará hoy, anunció. “El llamado ha sido abierto, amplio, a todos los sectores: fuerzas armadas, chavismo incluso”, señaló el presidente interino, quien precisó que se está almacenando el cargamento recibido y que, hasta que no estén todos los centros de acopio repletos, no se procederá a tratar de introducirlo. “Va a venir un tsunami de ayuda humanitaria para los venezolanos y lo vamos a poder anunciar con alegría en los próximos días”, ha asegurado en Cúcuta el delegado de Guaidó para la entrega de los cargamentos, Lester Toledo.
La premisa para la oposición es clara: dividir a los militares y poner en evidencia a aquellos que obstaculicen la entrada. Sobre si estaría dispuesto al uso de la fuerza, Maduro insistió en que impedirá el cruce de ayuda de manera “legal”.
Ante el choque frontal entre el chavismo y la oposición, respaldada por buena parte de la comunidad internacional, Maduro sigue esgrimiendo la idea de buscar una salida dialogada, aunque solo defiende las tesis que plantean México, Uruguay y los países del Caribe, estos últimos tradicionalmente aliados de Caracas a cambio de las regalías del petróleo.
Elecciones presidenciales
En cualquier caso, Maduro descartó convocar elecciones presidenciales, como le piden todos los grupos que buscan una solución a la crisis. El líder chavista tomó posesión para un segundo mandato de seis años el pasado 10 de enero y, aunque según el Parlamento y las principales instancias internacionales está usurpando su cargo tras unos comicios celebrados entre sospechas de fraude y sin rivales de peso, rechaza volver a las urnas. Su única oferta, que ya había hecho en los días previos y ha reiterado este viernes, es un adelanto de los comicios legislativos.
“El diálogo tiene que ser con agenda abierta, no para imponer condiciones al país. ¿Cuáles son las prioridades de los venezolanos? ¿Hacer elecciones? Creo que no”, dijo al ser preguntado al respecto. “Si convocásemos elecciones [presidenciales], inventarían cualquier cosa para no ir. Como pasó en 2017”, continuó en referencia a las fuerzas críticas con el chavismo que rechazaron participar. Esa decisión se debió, principalmente, a la imposición de las reglas del juego de la convocatoria y a que sus principales dirigentes estaban inhabilitados.
Maduro arremetió contra Guaidó y trató de demostrar que su desafío no es válido. “Si la payasada de ellos de asumir la presidencia interina tuviera alguna vigencia, ya tendrían que haber convocado elecciones, como hice yo en 2013. Y es lo primero que hice. Ellos dicen que se van a dar 12 meses”, siguió antes acusar de golpista al presidente de la Asamblea Nacional. “No quieren elecciones, quieren un golpe de Estado. Tipo Pinochet. Ellos quieren imponer en Venezuela un Pinochet”.