A ocho días del Brexit, las opciones y la paciencia de la UE se agotan y los líderes europeos buscaban en la noche de este jueves en una cumbre en Bruselas vías para redoblar la presión sobre la primera ministra británica, Theresa May, para que cumpla su compromiso de sacar adelante el acuerdo de salida del Reino Unido de la UE o precipite un cambio político en la isla que evite el caos de una ruptura brutal el viernes 29 de marzo. El presidente de Francia, Emmanuel Macron, encabezó el frente de presión europeo sobre Londres.
May llegó a la cumbre europea con su petición de una prórroga del Brexit de tres meses (hasta el 30 de junio) y con la vaga promesa de que someterá por tercera vez a votación el acuerdo en el Parlamento británico y logrará dar la vuelta a los resultados negativos de los anteriores intentos, de proporciones históricas.
Durante hora y media, la primera ministra fue acribillada a preguntas por parte los 27 presidentes de Gobierno de la UE, cuya exasperación y hastío resulta cada vez más visible. “Ya no buscamos una puerta de salida, sino una salida de emergencia”, retrató la situación el primer ministro de Luxemburgo, Xavier Bettel, minutos antes de empezar la reunión.
Las respuestas imprecisas de May y la ausencia de garantías sobre sus posibilidades de tener éxito en Westminster no han hecho más que agravar la desconfianza y el resquemor de los líderes europeos, según relataron después fuentes diplomáticas.
May no se ha comprometido a lograr un acuerdo con la oposición laborista para aprobar el acuerdo, una sugerencia que se le repite en Bruselas desde hace meses. Y tampoco ha sabido despejar las dudas de los miembros del Consejo Europeo sobre los pasos que seguirá si, como parece probable, el Parlamento británico rechaza la semana que viene por tercera vez el pacto.
La sensación de estar negociando con una primera ministra grogui e incapaz de encontrar una salida viable ha endurecido las posiciones de los mayoría de las delegaciones, que con Francia al frente se inclinan por dar un ultimátum a May para que zanje el Brexit o se enfrente al dilema de una salida sin acuerdo o una prórroga indefinida. Las opciones, según fuentes diplomáticas, se resumían anoche en una prórroga corta con May o una larga sin ella.
El primer borrador de conclusiones de la cumbre recortaba la petición de May del 30 de junio al 22 de mayo, víspera de las elecciones al Parlamento Europeo, en las que Reino Unido se resiste a participar. El plazo pretende evitar que los británicos sigan siendo miembros de pleno derecho tras los comicios, para garantizar la credibilidad y fiabilidad de un proceso electoral en el que están llamados a participar más de 350 millones de europeos. Pero incluso ese plazo de dos meses podría resultar incómodo para algunos países como Italia, Bulgaria o Croacia, cuya cuenta atrás para convocar las elecciones empieza a primeros de abril, en torno al 11, y deberían saber entonces si el Parlamento contará con 28 países y 750 escaños, como ahora, o 27 países y 705 escaños, como sería el caso tras el Brexit.
Políticamente, algunos países, como Francia, tampoco quieren que el Brexit contamine la campaña electoral de las europeas y prefieren dar por concluido el proceso lo antes posible. La fecha del 7 de mayo fue una de las mencionadas, porque sería en vísperas de la cumbre europea en Sibiu (Rumania) del 9 de mayo, donde el club comunitario tiene previsto debatir su futuro después del Brexit.
“Si el Parlamento británico vota no al acuerdo, vamos hacia el no acuerdo”, advirtió el presidente francés, Emmanuel Macron, cuya línea dura es secundada, aunque con matices, por España, Bélgica o Irlanda. Esos países desean pasar la página del Brexit cuanto antes y aseguran estar preparados para cualquier contingencia, incluido el precipicio de un 29 de marzo sin acuerdo.
Pero incluso en ese bando más duro se mantiene abierta la posibilidad de un aplazamiento largo del Brexit que evite el caos a ambos lados del Canal. Para ello, exigió Macron, “haría falta un cambio político profundo en Reino Unido”.
Los escenarios de ese cambio, que podrían pasar por un relevo de May, justificarían a ojos de algunos socios europeos una prórroga mucho más larga (de nueve meses como mínimo) para dar tiempo a una recomposición del panorama político británico, hecho astillas desde el referéndum del Brexit en junio de 2016.
La canciller alemana, Angela Merkel, encabeza ese bando, que algunos diplomáticos califican como “pragmático” y en el que también militan Holanda, Austria, Dinamarca, Hungría o Portugal. “Debemos proceder con cuidado y hacer todo lo que sea necesario, hasta el último momento, para garantizar que Reino Unido puede salir de la UE de manera ordenada”, señaló Merkel.
Salir de la parálisis
Las discrepancias también giran en torno a las posibles interferencias de la prolongación del Brexit con los comicios europeos. La Comisión Europea insiste en que debe evitarse a toda costa que Reino Unido sea miembro de pleno derecho a partir del 23 de mayo si no se compromete a convocar las elecciones. Pero las otras instituciones, Consejo y Parlamento, ven posible mayor flexibilidad, siempre y cuando la situación se aclare antes del 2 de junio, fecha de inicio de la próxima legislatura europea. La intransigencia de la Comisión con la fecha del 23 de mayo se atribuye a una forma de reforzar la presión sobre Londres para que salga de su parálisis.
Fuentes diplomáticas coinciden con Berlín en que “una semana en términos de Brexit es muchísimo tiempo y hasta el 29 de marzo a medianoche puede haber muchos cambios”. Las instituciones comunitarias, tanto la Comisión Europea, presidida por Jean-Claude Juncker, como el Consejo Europeo, Donald Tusk, no descatan que sea necesario convocar una nueva cumbre extraordinaria para concretar la oferta definitiva a Londres.
Fuentes comunitarias indican que esa nueva cumbre será imprescindible si May se estrella de nuevo en el Parlamento británico la próxima semana. En ese caso, los 27 se reunirían de nuevo, probablemente el próximo jueves, para activar el plan B.
Ese plan pasaría, según la posición más comprensiva de Berlín, por el citado aplazamiento largo del Brexit. O por aceptar que el bloqueo es irresoluble y poner una fecha para la ruptura definitiva con Londres. En ese caso, la prórroga técnica solo serviría para completar los preparativos ante un precipicio por el que caerían May y Reino Unido.
EFE
El presidente francés, Emmanuel Macron, ha invitado a su par chino, Xi Jinping, a la canciller alemana, Angela Merkel, y al titular de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, a conversar en París el próximo martes sobre comercio y clima, anunció este jueves el Elíseo. Con esta cita, se busca “encontrar puntos de convergencia entre Europa y China”. La reunión llegará días antes de una cumbre de la UE y China en Bruselas y cuando los europeos buscan cómo responder a sus inquietudes sobre las inversiones de Pekín en el bloque.