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El atacante francés comunica primero a Gil Marín y a Simeone, y después mediante un vídeo, su adiós: “He decidido irme, necesito nuevos desafíos”
Vídeo de despedida de Griezmann que el club ha colgado en Twitter.
Antoine Griezmann dejará de ser jugador del Atlético de Madrid. Lo hará tras abonar la cláusula de rescisión, que a partir del próximo 30 de junio pasa de 200 millones de euros a 125. Al acuerdo de esa rebaja en la cantidad que le permite liberarse se llegó en junio de 2018 cuando firmó una renovación hasta 2023 a razón de 20 millones de euros netos por temporada. En una reunión con Miguel Ángel Gil Marín, consejero delegado del club, el entrenador, Diego Pablo Simeone, y el director deportivo, el italiano Andrea Berta, el jugador francés, de 28 años, manifestó su intención de abandonar el club rojiblanco alegando la necesidad de afrontar nuevos retos. Griezmann no comunicó a qué equipo se va, pero tal y como adelantó este periódico, tiene un acuerdo cerrado con el Barcelona desde hace unas semanas.
Tras comunicárselo a los representantes del club, Griezman lanzó un vídeo que recogió la página oficial de la entidad. Esta vez, el show no fue como el de la temporada pasada, cuando grabó el documental La Decisión que puso fin al culebrón. En esta ocasión, con un fondo claro y austero, con barba y peinado desarreglados, Griezmann protagonizó un escueto mensaje de apenas dos minutos: “Después de hablar con el Cholo, Miguel Ángel y la gente de los despachos quería seguidamente hablar con los aficionados que me han dado mucho cariño. He tomado la decisión de irme, ver otras cosas, tener otros desafíos y con mucha dificultad he tomado ese camino. Es lo que siento y necesito, han sido cinco grandes años donde he ganado mis primeros trofeos importantes con un club, ha sido una etapa muy importante. Os llevo en el corazón y por eso quería que después de entrenador y club lo supieseis”. Griezmann prosiguió: “He disfrutado muchísimo, he dejado todo en el campo, he intentado ser un chico bueno con el aficionado, he intentado dar alegría a la gente que ha venido al Wanda Metropolitano y también fuera de casa y sólo tengo agradecimiento para todos vosotros”.
La marcha de Griezmann supone el adiós del jugador sobre el que el Atlético ha centrado en el último lustro sus aspiraciones de conquistar títulos, en especial la Liga de Campeones. Con el Metropolitano como escenario de la final, este era el gran objetivo de este curso. Una vez que no se cumplió tras caer eliminado el Atlético en octavos de final ante la Juventus, los rumores sobre su marcha se dispararon. La ventaja del descenso de su cláusula liberatoria; la posibilidad de cambiar su decisión de rechazar al Barcelona; la salida tras un fuerte y soterrado enfrentamiento entre el club y Godín, su compadre y padrino de su hija; y su creciente descontento con el juego del equipo han actuado como espoletas para forzar su marcha. “Damos muchos pelotazos”, llegó a exclamar en más de una ocasión tras la estrepitosa caída en Turín, donde el Atlético no tuvo capacidad de respuesta ofensiva.
Tras la derrota en el Camp Nou que descolgaba definitivamente a los rojiblancos de la pelea por la Liga, el proceso iniciado en enero, cuando sus representantes empezaron a ofrecerle a los grandes clubes de la Premier y al Bayern, se aceleró.
Solo desde hace pocos días, el club parecía sospechar que las las informaciones que surgían sobre el futuro del futbolista cobraban visos de hacerse realidad. Durante el último mes, Simeone se encargaba de desactivar cualquier noticia que hacía referencia a un posible adiós del jugador que ha mimado y desarrollado durante cinco años. “No hay ningún motivo que nos invite a pensar que se marchará”, repetía. La última vez, el pasado fin de semana, en la previa y en la rueda de prensa posterior al encuentro con el Sevilla.
El bagaje de Griezmann en el Atlético es de 256 partidos, 129 goles y tres títulos: Liga Europa y Supercopa de Europa (2018) y Supercopa de España (2014). Y también de largos veranos en los que los jugueteos con su marcha le deparaban suculentos aumentos de sueldo. Con el actual, el Atlético ya no podía aumentarle más. El club solo quería que le comunicara lo antes posible su decisión para poder planificar el próximo curso.
La fuga de Antonie Griezmann no ha hecho más que acentuar la sensación de desbandada generalizada que se respira en el vestuario del Atlético. Solo la renovación de Oblak se opone a ese sentir. El primero en dar el paso, sin esperar siquiera a que terminara el curso, fue Lucas Hernández, que se marchó al Bayern en marzo para ser operado allí tras abonar el club alemán los 80 millones de euros de su cláusula. Este fue un golpe duro en la planificación de futuro del club y de Simeone, que aspiraban a formar una pareja de larga duración con el central francés y con Giménez ante la anunciada marcha de Godín, confirmada la semana pasada.
A principios de esta semana, Juanfran, otro pretoriano del Cholo, comunicaba que no aceptaba la oferta del club para continuar una temporada más. Filipe, salvo que el club no encuentre un futbolista que le mejore, tampoco seguirá. El lateral brasileño se reunió con la dirigencia el viernes pasado, y no recibió oferta alguna. Le conminaron a que esperara a ver cómo se desarrollaban en las próximas semanas las negociaciones con otros jugadores y le invitaron a que si en ese tiempo recibía una oferta interesante la tomara. Algunos de los que dicen que se quedarán, como Saúl, no saldrán ante la falta de ofertas. Lo mismo sucede con Diego Costa, enfrentado al club desde septiembre cuando reclamó un aumento de sueldo, y con un expediente interno abierto por su expulsión en el Camp Nou que le puede costar una fuerte sanción económica.
La gran incógnita ahora es qué sucederá con Rodrigo, por el que el Manchester City de Pep Guardiola está muy empeñado en pagar los 70 millones de euros que cuesta su libertad. El mediocentro debe decidirse durante los próximos días si permanece o acepta la oferta del City o incluso de los otros clubes que le pretenden: el PSG y el Bayern de Múnich.
La diáspora es significativa. Con la marcha de los veteranos se pierde jerarquía y a los baluartes defensivos en los que se han basado los éxitos de la era Simeone. Con las salidas de Lucas, Griezmann y la posible de Rodrigo, el Atlético pierde presente y futuro. Este será el verano más complejo para Simeone y el director deportivo, Andrea Berta, de cuantos han vivido desde que aterrizaran en el club. Hasta el momento el club solo ha confirmado los fichajes del mediocentro Héctor Herrera y del central Felipe, ambos procedentes del Oporto.
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