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El argentino reconoce que arrastra una pubalgia desde diciembre que no remite, lo que obliga a Valverde a administrar al diez ante un calendario con nueve partidos en un mes Ampliar foto Valverde conversa con Messi, en el entrenamiento del Barcelona. Alejandro Garcia EFE
El ambiente era de euforia. Comedida en el cuerpo técnico; exagerada en los empleados. Lionel Messi estaba de regreso y la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) quería festejarlo. Hasta tenían preparado un incómodo vídeo, por exagerado y tendencioso, en el que comparaban al capitán del Barcelona con 10 grandes personalidades argentinas. No estaba incluido Maradona, por supuesto, siempre crítico con la actual directiva de la federación. Ocurrió, sin embargo, lo inesperado. En el segundo día de trabajo de la Albiceleste en Valdebebas, Messi no pudo completar el entrenamiento de Lionel Scaloni. Un viejo problema de La Pulga apareció en la concentración de Madrid de la pasada semana. Y esta vez no eran sus desencuentros con la hinchada argentina.
“Se me cargó más de lo normal”, le advirtió Messi al cuerpo médico de Argentina. No eran nuevas las molestias del 10 en el pubis, dolencia que arrastra desde diciembre, antes del descanso por Navidades. El rosarino no se volvió a quejar. “Está perfecto”, subrayaban desde la AFA. Jugó todo el partido de Argentina en la derrota frente Venezuela en el Wanda Metropolitano (1-3). Malas noticias para la táctica de Scaloni, también para el físico del capitán. En contra de sus planes y los de su familia (su mujer e hijos, que estaban en Madrid, planeaban acompañarlo durante toda la gira), Messi no viajó a Tánger para el amistoso ante Marruecos y regresó a Barcelona.
“Reagudización de dolor pubiano bilateral”, informó la AFA. Fue el primer comunicado médico sobre las molestias del rosarino, hasta entonces guardadas en el mutismo habitual de la Ciudad Deportiva Joan Gamper, cómplice con la voluntad de los futbolistas en hacer públicas sus lesiones. A César Luis Menotti, director de selecciones nacionales de Argentina, ya le preocupaba el posible desgaste del 10. “Me da miedo que Leo juegue. Lo veo con una fatiga emocional importante entre la Champions y la selección. Lo veo muy cansado”. Messi no especuló, necesitaba volver a vestirse de celeste y blanco. “Era la última oportunidad para volver antes de la Copa América, quería conocer al cuerpo técnico y a sus nuevos compañeros”, subrayan desde la AFA. Más corazón que razón, el 10 arriesgó una vez con su vuelta a la Albiceleste.
“El tratamiento ideal para el problema que tienes es reposo absoluto y tranquilidad”, le advirtieron al rosarino. El Barcelona tomó nota: Messi descansó como nunca después del parón por selecciones. Ernesto Valverde le dio cuatro días libres, más que al resto de internacionales azulgrana. Volvió al trabajo el miércoles, “con normalidad”, según cuentan en Sant Joan Despí. “Son molestias que tiene desde hace tiempo, esperamos que vayan remitiendo”, aseguró el Txingurri. “La pubalgia es complicada. No se saca de un día para otro. Me encuentro mejor pero no la limpié. Tengo que cuidarme”, contó Messi en un programa de radio en Argentina.
El jueves, sin embargo, volvió a quejarse. “Tuvo un problema en el entreno, nada más”, minimizó el técnico azulgrana. En el Barcelona confían en la mano de Valverde para gestionar la ansiedad del argentino, siempre dispuesto a jugar todo lo que aparece en el calendario. Al Barcelona le esperan nueve partidos en los próximos 30 días, incluidos el derbi de este sábado ante el Espanyol (16.15 hora, beIN LaLiga) y la visita del Atlético al Camp Nou. Además, del duelo ante Manchester United de los cuartos de final de la Champions, la gran obsesión de Messi, después de ver cómo el Real Madrid se llevó cuatro de las últimas cinco Orejonas.
El rol de Valverde
“Ernesto tiene ascendencia sobre el grupo. Hablará con Leo y cuando consideren que tiene que descansar lo hará como lo ha hecho hasta ahora. No estamos preocupados con Leo, pero tampoco hay que confiarse”, aseguran desde el club. Y Messi corrobora: “De los últimos años es la temporada que menos he jugado”. En el curso 2015-2016, el rosarino disputó 49 de los 62 partidos del Barça (el 79%). Sin embargo, cargó sus piernas con ocho partidos más con Argentina. En la 2016-2017, 52 de 59 (88%), más seis con la Albiceleste. La campaña pasada, 54 de 59 (91%), pero participó en solo un duelo con la celeste y blanca (sin tener en cuenta el Mundial). Este año, lleva un solo duelo con Argentina (el de Venezuela) y ha participado en 37 de los 45 encuentros del equipo de Valverde.
“Con Messi todo lo tratamos de una manera natural, aquí todos trabajamos en conjunto. Pensamos que sí puede estar al 100% ante el Espanyol”, explicó el técnico del Barcelona. Máxima atención en Sant Joan Despí con el pubis del capitán. Por ahora, todos tranquilos. Valverde cuida a Messi. Messi se entrega al sentido común de Valverde.
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