El exvicepresidente de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) Carlos Arenillas ha presentado esta mañana la querella que había anunciado por el supuesto espionaje al que fue sometido cuando ocupaba ese cargo. La querella, entregada en el Juzgado Central de Instrucción nº 6 de la Audiencia Nacional, que ocupa el juez Manuel García-Castellón, pretende "la salvaguarda de sus legítimos intereses" y se dirige contra el comisario jubilado José́ Manuel Villarejo Pérez, el exjefe de seguridad del BBVA Julio Corrochano y el expresidente de la entidad Francisco González, "así como cuantas personas pudieran estar implicadas en los hechos investigados", según ha sabido este periódico de fuentes jurídicas.
La querella acusa a los implicados por los delitos, al menos, de intervención de las comunicaciones llevada a cabo por un funcionario público (art. 198 en relación con el art. 197.6 y 7 del Código Penal); apoderamiento de secretos de empresa (art.278.2 C.P.); delito contra el honor (art. 208 C.P.) y delito de coacciones (art. 172 C.P.).
La denuncia en los juzgados, que ya adelantó EL PAÍS que estaba preparando el exvicepreidente de la CNMV, se presenta un día antes de que se celebre la junta general de accionistas del BBVA en Bilbao, y se suma a la presentada conjuntamente por el expresidente de Sacyr Luis del Rivero, el exdirectivo de esta empresa Vicente Benedito y exvicepresidente del BBVA José Domingo Ampuero y la personación que ha pedido el exministro Miguel Sebastián por motivos similares.
El demandante solicita que se le tenga como parte perjudicada en el procedimiento y que, una vez alzado el secreto de sumario, se le dé copia de lo actuado y lo que se actúe, y se le permita intervenir en las diligencias que se acuerden.
La querella, dirigida por la abogada Almudena Peleteiro, señala que parte de las publicaciones que se han sucedido durante los últimos meses acerca de la supuesta contratación por parte BBVA del funcionario de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado Villarejo Pérez, ahora jubilado, y a la sociedad de éste para realizar “labores de inteligencia”. En esa contratación estarían implicados, presuntamente, el que era presidente del BBVA, Francisco González, y el exjefe de seguridad Julio Corrochano.
La querella asegura que la colaboración "habría quedado, al menos en parte, plasmada en una serie de informes, algunos de los cuales han sido directamente publicados en Internet". En los referidos informes, sostiene Arenillas, se recogen una serie de afirmaciones que, de ser ciertas, supondrían el desarrollo de una estrategia de “hostigamiento sostenido” contra varias personas entre las que se incluye el querellante. En la querella presentada se aportan otros indicios y pruebas.
Todo ello supondría la comisión de varios delitos que, en lo que a él querellante se refiere, "habrían lesionado directamente mi intimidad, pero también mi reputación, mi carrera profesional y mi propia vida personal y familiar".
Pinchazos y persecuciones
A lo largo del escrito se describen los hechos y el acopio de información sensible en las que se basan los delitos solicitados. En ese sentido, el exvicepresidente de la CNMV destaca la persecución y acoso al que fue sometido, tanto por pinchazos de sus teléfonos como por el seguimiento de su coche oficial. También recoge la entrada en su domicilio particular, las coacciones a las que fue sometido con intención de amedrentarle y "acciones de desinformación" al difundir información falsa "con objeto de menoscabar su imagen pública".
Asimismo, se refiere a los secretos que hubieran podido ser conocidos correspondientes a la CNMV y al Banco de España, en el que Arenillas era consejero por cargo. Precisamente, Arenillas envió una carta a ambos organismos en los que adelantaba que iba a presentar la querella y les preguntaba si, a la vista de que habían podido utilizar información privilegiada, iban a actuar en consecuencia y personarse en el procedimiento judicial que investiga los hechos.
Los hechos investigados se centran en unos documentos publicados en los que se describen las actuaciones de Villarejo. Este habría recibido el encargo de Francisco González de investigar al denominado "grupo hostil" que pretendía hacerse con el control del BBVA y que estaba encabezada por el grupo Sacyr. Entre los teléfonos pinchados estaban, además de Arenillas, Miguel Sebastián, entonces director de la Oficina Económica del presidente del Gobierno y a quien había despedido del BBVA; Luis del Rivero, entonces presidente de Sacyr; Juan Abelló y Demetrio Carceller, vicepresidentes de esta constructora; Vicente Benedito, directivo de Sacyr y exdirector del BBVA; José Pérez, presidente de Intermoney y ex director general del BBVA, y José Domingo Ampuero, exvicepresidente del BBVA y miembro de las familias de Neguri que crearon el banco. El espionaje se habría extendido a más altos cargos, empresarios y periodistas.