Cuando Nora pegó el portazo, su creador Henrik Ibsen imaginó un futuro optimista para ella, su protagonista de Casa de muñecas. Pero eso fue en 1789. El optimismo de Ibsen tal vez fue desmesurado, puesto que casi 250 años más tarde aún hay cientos de miles de Noras para cuales ese portazo es una utopía.
Sin embargo Lucas Hnath, joven dramaturgo estadounidense, rescató a esa mujer audaz hasta el extremo (dejar su hogar, a su marido y sus hijos por entonces era mucho más que un sacrilegio) y la trajo de vuelta. En Después de casa de muñecas, Hnath imagina a Nora, 15 años después de su adiós, de regreso a esa casa familiar. La versión que dirige Javier Daulte en el Paseo La Plaza tiene a Paola Krum encarnando a esta Nora que vuelve. Una mujer que regresa para dar la cara ante su marido Torvald, su hija menor y el ama de llaves que cuidó de sus hijos durante su ausencia.
En tiempos de empoderamiento femenino, esta Nora adquiere dimensiones inesperadas que pocos hubieran imaginado apenas unos años atrás. Su visión del mundo, de las instituciones (sobre todo la del matrimonio), de la libertad y la soledad tienen una carga filosófica que invita a reflexionar y, al menos, a echar un vistazo sobre algunos conceptos cristalizados. Nora tiene muy en claro que esos conceptos están en crisis y no duda en decirlo con todas las letras. Pero la sociedad y su entorno no están tan dispuestos a escuchar.
"Después de Casa de muñecas". Paola Krum protagoniza la obra del estadounidense Lucas Hnath en La Plaza, junto a Jorge Suárez, Julia Calvo y Laura Grandinetti.
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Por otra parte, Nora también tiene sus contradicciones. Los afectos son su punto débil, pero está dispuesta pagar el precio. En ese sentido, es una verdadera heroína que pone en acción lo que dicen sus palabras. Y lo sostiene.
Hnath escribió este texto hace apenas dos años y ubicó la acción en los primeros años del siglo XIX, una estrategia muy inteligente para demostrar la dificultad que aún persiste para desarmar prejuicios y estructuras caducas.
Paola Krum sabe imprimirle a su criatura una cuota de verdad imprescindible para sentir por ella empatía. Jorge Suárez es Torvald, el esposo que sobrevivió al abandono, pero aparentemente no se quedó sólo anclado en el rencor. Ambos muestran a esta ex pareja en un juego de víctima/victimario de mucha verosimilitud. El elenco lo completan Julia Calvo, como el ama de llaves Anne Marie que representa un poco la voz popular, el qué dirán de la sociedad que castiga a sus ovejas negras; y Laura Grandinetti, como la hija que sorprende a su madre, demostrándole hasta dónde puede llegar con sus convicciones.
"Después de Casa de muñecas". Paola Krum se luce en la obra que dirige Javier Daulte en La Plaza.
La puesta en escena, con una parte del público ubicada en un estrado sobre el escenario, como si se tratara de un jurado, sintetiza de modo muy original, esa mirada de los otros siempre atenta a encontrar la paja en el ojo ajeno.
Después de casa de muñecas tiene algo de manifiesto por la libertad individual, por momentos desgarrado, pero sin dejar de lado cierto tono de comedia. Una lograda combinación destinada a conmover sin dejar de sonreír.
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Después de Casa de muñecas
Calificación: Muy buena
Dirección: Javier Daulte. Con: Paola Krum, Jorge Suárez, Julia Calvo, Laura Grandinetti. De miércoles a domingos. En Paseo La Plaza, Av. Corrientes 1660.