"); } "); } else document.write("
");
El entrenador del Oporto detalla cómo vivió el equipo el momento en el que el portero sufrió el infarto en pleno entrenamiento: "No pensamos que fuese tan grave"
Una joven con la camiseta del Barça reza a las puertas del hospital de Oporto donde está ingresado Casillas. En vídeo, declaraciones de Sara Carbonero. RAFAEL MARCHANTE (reuters) | atlas
Con la receta del sosiego, Iker Casillas pasa las horas en el hospital CUF Porto sometido a diversas pruebas médicas para evaluar el estado de su corazón tras el infarto que sufrió el pasado miércoles durante una sesión de entrenamiento. Su pareja, Sara Carbonero, confirmó esta mañana que la previsión es que el lunes pueda regresar a su domicilio en Foz de Douro y avanzar ya sin el trajín hospitalario hacia su total recuperación. Los médicos garantizan que así será. Otra cosa es si se quiere someter al rendimiento exigible a un deportista profesional.
De momento, este viernes abandonó la unidad de cuidados intensivos y evoluciona favorablemente, según ha informado el club. "Todos los parámetros evolucionan dentro de la normalidad. Muestra buena disposición y el sentido del humor habitual", añade la nota.
“El fútbol forma parte de la vida, pero la vida es más importante que todo lo que la compone”, quiso filosofar Sergio Conceiçao, el técnico del Oporto. Mañana le aguarda un partido en O Dragao frente al Desportivo Aves en la pelea por recortar diferencias al Benfica, que a falta de tres jornadas marcha dos puntos por delante del actual campeón luso. Conceiçao ofreció nuevos detalles sobre lo sucedido. Casillas realizaba en el momento de su indisposición trabajo individual. “Los fisios se dieron cuenta de que tenía dificultades e inmediatamente avisaron al médico. En ese momento no pensamos que fuese algo tan grave”, apuntó el entrenador. Pero la situación les dejó a todos mal cuerpo porque Casillas tuvo que ser retirado del campo en un pequeño coche eléctrico. “Seguimos 20 o 25 minutos más, pero ya no estábamos enfocados en el trabajo”, explicó.
Conceiçao explicó que desde el miércoles por la tarde está en contacto telefónico con el jugador y sus cuidadores, pero que los responsables médicos decidieron proteger al futbolista y restringirle la conexión con el exterior. Que este viernes por la tarde la plantilla, con Conceiçao a la cabeza, tenga previsto visitarle en el hospital es una magnífica noticia respecto al estado del guardameta. “Iremos antes de concentrarnos para el partido. Iker estaba en un periodo en el que se aconsejaba mucha tranquilidad y que no se expusiese a emociones muy fuertes como podría ser ver a sus compañeros”. Apenas sus más íntimos pasaron en las últimas 48 horas por el hospital para pasar unos instantes con él. Pero los médicos ya consideran que puede empezar a dar nuevos pasos y comenzar, de alguna manera, una nueva vida.
Mientras tanto la compañía aseguradora que trabaja con el Oporto está dispuesta a analizar todo lo sucedido en torno al episodio sufrido por Casillas y los informes que realicen los médicos. Se tratará de dilucidar si estamos ante un accidente laboral o una dolencia congénita, detalle importante a nivel de indemnizaciones y de quien se debería hacer cargo del contrato del portero, renovado hace unas semanas por dos años más.
Puedes seguir Deportes de EL PAÍS en Facebook, Twitter o suscribirte aquí a la Newsletter.