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La compañía cancela los planes para construir unas nuevas oficinas en Long Island City ante las reticencias por la inversión y las ventajas fiscales que pedía El antiguo muelle de Long Island City, Nueva York. Bebeto Matthews AP
Amazon no construirá su segunda sede en Long Island City, Nueva York, después de que los políticos locales mostraran resistencia a otorgarle las ventajas fiscales que exigía para la inversión. La decisión, anunciada como definitiva este jueves, llega tras semanas de especulación con la viabilidad del proyecto. El gigante del comercio electrónico dice que no tiene planes de construir esas oficinas en ningún otro sitio “por ahora”.
“Estamos decepcionados de haber llegado a esta conclusión”, dice Amazon en un comunicado hecho público este jueves a mediodía de Nueva York. “Para Amazon, el compromiso para construir una nueva sede requiere de relaciones de colaboración positivas con cargos electos locales y estatales que lo apoyen al largo plazo. Mientras las encuestas señalan que el 70% de los neoyorkinos apoyan nuestros planes y nuestra inversión, cierto número de políticos locales y estatales han dejado claro que se oponen a nuestra presencia y no van a trabajar con nosotros para construir la clase de relación que se requiere para seguir adelante y que otros muchos veían para Long Island City”.
Amazon, que se disputa con Google, Apple y Microsoft el título de compañía más grande del mundo por valor de mercado, anunció en otoño de 2017 que pretendía construir una nueva sede fuera de Seattle. El nuevo campus sería igual de grande que el original. La empresa empezó a recibir ofertas de ciudades por todo Estados Unidos que aspiraban a una inversión estimada de 5.000 millones de dólares y unos 50.000 empleos.
El pasado 13 de noviembre, Amazon anunció que iba a repartir a partes iguales esa inversión entra Long Island City, Nueva York, y Arlington, Virginia. La cancelación de los planes para Nueva York no afecta a la inversión en Virginia, según el comunicado de este jueves. Amazon no buscará una nueva sede, “por ahora”.
The Wall Street Journal informaba el pasado 8 de febrero de que Amazon se estaba replanteando la inversión en Nueva York, que supuestamente produciría 25.000 empleos, por la oposición de algunos políticos locales a los incentivos fiscales y las inversiones públicas que exigía el proyecto. El alcalde de Nueva York, Bill de Blasio, y el gobernador del Estado, Andrew Cuomo, estaban de acuerdo en dar a la empresa unos incentivos fiscales que llegaban a los 3.000 millones de dólares.
En este proceso, concejales del Ayuntamiento de Nueva York han cuestionado todos los aspectos del proyecto, desde los incentivos fiscales hasta sus efectos en la gentrificación y el impacto de Amazon en el pequeño comercio. En esa batalla representaban también a sindicatos y asociaciones de pequeños comerciantes que galvanizaron la oposición al proyecto. La decisión final de Amazon, según el Journal, ha llegado después de que uno de los principales opositores al proyecto fuer nombrado para un puesto clave en el que habría tenido poder de veto sobre el mismo.
“Estamos profundamente agradecidos al gobernador Cuomo y al alcalde De Blasio, y sus equipos, que nos han invitado con entusiasmo a construir en Nueva York y nos han apoyado en el proceso”, decía la empresa este jueves en el comunicado. Amazon no se va de Nueva York, explica la empresa. “Tenemos actualmente 5.000 empleados en Brooklyn, Manhattan y Staten Island y planeamos seguir haciendo crecer esos equipos”.
El alcalde De Blasio no pareció corresponder a los elogios de Amazon. En un comunicado hecho público una hora después de anunciarse la decisión, De Blasio decía: “Para triunfar en Nueva York hay que ser duro. Le dimos la oportunidad a Amazon de ser un buen vecino y hacer negocios en la mejor ciudad del mundo. en vez de trabajar con la comunidad, Amazon desechó esa oportunidad. Tenemos el mejor talento del mundo y todos los días hacemos crecer una economía fuerte y justa para todos. Si Amazon no puede ver lo que vale eso, sus competidores lo harán”.
Entre las 20 ciudades preseleccionadas antes de tomar la decisión final, la única en el Oeste del país era Los Ángeles. Las condiciones que la ciudad ofreció a Amazon son secretas, protegidas por un acuerdo de confidencialidad y no sujetas a las leyes de transparencia porque se trata de una compañía privada. Cuando Amazon anunció su decisión sobre Nueva York, Los Angeles Times informó de cierto alivio entre algunos políticos locales angelinos de no tener que lidiar con las consecuencias.