Certificado el título de campeón para el Barcelona, ningún otro equipo de la Liga tiene definida su ubicación en la clasificación cuando faltan tres jornadas para el cierre del campeonato. Con solo dos semanas por delante, las matemáticas campan a sus anchas en un torneo todavía lleno de variables. Libres de asignación se encuentran desde el segundo puesto hasta el 20º, con la gloria y el drama conviviendo en el ambiente, dentro de un baile con múltiples intereses en juego. 19 equipos conviven hoy con ilusiones entrelazadas, ante un final de campeonato tan definido en su conquista como borroso en todo lo demás.
Lucha por la cuarta plaza. La temporada pasada, a estas alturas del campeonato, el Getafe observaba al Valencia a 18 puntos de distancia (67 a 49), siendo matemáticamente inalcanzable la cuarta plaza que poseían entonces los che, y que acabaron haciendo suya. Hoy son los azulones quienes con 55 puntos defienden una frontera que asedian Sevilla (55), Valencia (52), Athletic (50) e incluso el Alavés (47). De terminar cuarto, el Geta firmaría la mejor clasificación en Primera en sus 95 años de historia.
“Tengo prohibido pensar en la Champions”, contrapone su técnico, José Bordalás, consciente de que el calendario no le depara un final de temporada aseado. Cuentan a su favor los madrileños con el factor campo, pues se enfrentarán al Girona y al Villarreal en el Alfonso Pérez —donde solo han escapado cuatro puntos de los últimos 28—, y con la diferencia de goles de cara ante Sevilla y Athletic, no frente al Valencia. Los de Marcelino, que tras su derrota ante el Arsenal en la ida de las semifinales de la Liga Europa suman tres encuentros consecutivos perdiendo, se enfrentarán fuera de casa a dos equipos en plena lucha por la permanencia: Huesca y Valladolid. El Sevilla perdió ayer la oportunidad de asaltar la cuarta plaza momentáneamente al caer con el Leganés en casa (0-3). La semana que viene visita al Atlético, un equipo al que solo le hace falta un punto para quedar segundo por delante del Madrid.
Mucho más quimérica supondría la entrada en Champions del Alavés, que necesitaría un pleno de victorias y que Getafe, Sevilla, Valencia y Athletic no puntuasen en ninguno de sus compromisos. La inexistencia de enfrentamientos directos entre ellos cuatro genera que el panorama clasificatorio quede, por el momento, abierto hasta la última jornada.
Ocho clubes en peligro. Tras su victoria de ayer en el Pizjuán, el Leganés (45) certificó su permanencia en Primera y se escapa del pelotón que debe seguir pugnando por evitar el descenso, aunque unos con más agonías que otros. El Eibar, con 43 puntos, ocho por delante del Valladolid (35), tiene en su mano mantener la categoría por quinto año consecutivo, para lo que le bastaría con replicar el resultado del equipo pucelano. Si el equipo de Sergio González pierde mañana ante el Athletic en el José Zorrilla, quedará automáticamente certificada la continuidad en la máxima categoría del cuadro armero; y el Villarreal (40) necesitaría a su vez la victoria en el Bernabéu.
Con un volumen de carambolas multidireccionales mucho más alto encaran estas últimas tres etapas Celta, Levante y Girona, todos ellos con 37 puntos. Ninguno de los tres cuenta con un calendario favorable, especialmente el conjunto granota, que se medirá hoy al Rayo en el Ciutat de València (“el partido es más definitivo para ellos”, dijo ayer Paco López), y con el Girona, a domicilio, la próxima jornada. El equipo catalán, en caída libre después de firmar una secuencia de cuatro derrotas en las últimas cinco jornadas, se topará primero con el Getafe, en otro duelo con mucho en juego.
Todo o nada. Las posibilidades de alcanzar la permanencia en el caso del Rayo y del Huesca, penúltimo y último clasificados respectivamente, pasan por completar un final de temporada sin errores. El equipo vallecano contará además con una serie de partidos frente a rivales directos (Levante, Valladolid y Celta), algo que los de Paco Jémez encaran con una dosis extra de optimismo tras la última victoria ante el Madrid. “No hay que confundir lo complicado con lo imposible”, declaró ayer el técnico. Cuenta, sin embargo, el Rayo con la desventaja añadida de tener perdido el golaveraje con el Girona, lo que dado el caso podría resultar definitivo si terminan la liga empatados.
En el Huesca, por contra, el cálculo es mucho más sencillo: si pierde alguno de los tres duelos será equipo de Segunda. Solo en caso de empate con el Girona (si estos pierden sus tres duelos) saldría victorioso, ya que el Celta cuenta con el cara a cara a su favor, mientras que de quedar igualado con el Levante prevalecería la diferencia total de goles, ahora favorable a los granota (-11 a -18).
G. R. P./ Madrid
La diferencia entre conseguir una plaza para la Liga de Campeones o la Liga Europa no es solo una distinción deportiva, también económica. Especialmente para clubes como el Getafe, que esta temporada ha contado con 39 millones de euros de presupuesto, el cuarto más bajo del campeonato.
Atendiendo a los últimos datos facilitados por la UEFA para esta temporada, los equipos clasificados para la fase de grupos de la Champions recibieron 15,3 millones de euros en concepto de prima de participación, a los que se suman el denominado market pool, un concepto que hace referencia al valor promocional del mercado televisivo al que pertenece cada uno de los equipos. Esa cifra inicial se ve incrementada a medida que se avanza en la competición, llegando incluso a triplicarse. En la Liga Europa, sin embargo, los emolumentos son cinco veces inferiores: 2,92 millones por clasificarse, además de que las victorias se cotizan a la baja (570.000 euros frente a los 2,7 millones de la Liga de Campeones).
Más peliaguda resulta la situación para todos aquellos equipos que pierden la categoría a final del campeonato. A pesar de que LaLiga dispone de un fondo de compensación para los descendidos, y que repartió 33 millones y medio entre Sporting (9,6), Osasuna (9,8) y Granada (14), descendidos en la 2016-2017, según el último balance publicado, el golpe económico es enorme.
La disminución del porcentaje en el reparto de los derechos audiovisuales (Girona y Leganés fueron los que menos recibieron en Primera en la temporada pasada con 43; mientras que el Granada ingresó 23, el mayor de Segunda), unida a la pérdida de patrocinadores y la caída del taquillaje obligan a una reconversión de la que muchos equipos no se recuperan.
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