"); } "); } else document.write("
");
La dieta y el sistema sanitario hacen de España el país más saludable del mundo La obesidad es uno de los problemas principales de salud en España EFE
España ha logrado desbancar a Italia como el país más saludable del mundo, según el índice Bloomberg Healthiest Country. Este índice analiza diferentes variables que intervienen en los niveles de salud de la población, como son las causas de mortalidad, la esperanza de vida, la dieta, el funcionamiento del sistema sanitario o la calidad del agua. Que España ocupe el primer lugar entre 169 países de los que se dispone de datos fiables es un gran logro colectivo del que debemos felicitarnos porque la salud es uno de los componentes esenciales del bienestar y su protección depende de una combinación de factores muy diversos. La buena posición de España no solo tiene que ver con las condiciones materiales de una naturaleza benévola, sino con la herencia cultural que hemos recibido y con determinadas políticas públicas que influyen sobre los hábitos y las condiciones de vida de las personas.
Entre los factores protectores de la salud de los españoles hay dos especialmente relevantes y valiosos: la dieta mediterránea y la calidad del sistema público de salud. Numerosos estudios han demostrado que la dieta basada en aceite de oliva, una gran variedad de frutas y verduras, legumbres y frutos secos reduce la incidencia de enfermedades cardiovasculares y tiene efectos protectores sobre la salud. Muchos países que carecen de esta tradición tratan de incorporar los principios de la dieta mediterránea a sus pautas culturales. Sería lamentable que ahora que ha quedado acreditada su bondad nosotros la abandonáramos para adoptar costumbres menos saludables.
El alarmante aumento de la obesidad en España debe ponernos en alerta sobre los cambios de hábitos que se están produciendo. Una reciente revisión científica de los estudios disponibles ha revelado que el 80% de los hombres y el 55% de las mujeres tienen sobrepeso. En apenas dos décadas se ha duplicado la tasa de obesidad, que ya afecta al 17% de la población. Particularmente preocupante es el 14% de los niños obesos, porque eso repercutirá sobre su salud en la edad adulta. Este rápido aumento de la tasa de sobrepeso tiene que ver con el exceso de grasas y azúcares en la dieta y una vida cada vez más sedentaria. Es preciso reforzar con campañas de educación nutricional una tradición, la de la dieta mediterránea, que debemos considerar como uno de los mejores tesoros que transmitir a las siguientes generaciones.
Disponer de un sistema público de salud, universal y gratuito es, sin duda, otro de los factores diferenciales que protege la salud de los españoles. Pese a los recortes provocados por la crisis y las condiciones de saturación en las que opera, el sistema de salud sigue gozando de una alta valoración de los ciudadanos, como ha puesto de manifiesto el último barómetro sanitario.
El hecho de haber sido catalogado el país más saludable no debe llevarnos a la complacencia. Hay mucho margen de mejora reforzando, por ejemplo, la asistencia primaria y los programas de prevención; combatiendo con más énfasis las causas de enfermedad y muerte evitables, como el tabaquismo, la obesidad o el sedentarismo, y abordando factores ambientales que, como la contaminación, tienen un impacto negativo sobre la salud.
Puedes seguir EL PAÍS Opinión en Facebook, Twitter o suscribirte aquí a la Newsletter.