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La FIFA pretende aprobar este viernes una competición cada cuatro años con 24 equipos y financiada por un consorcio japonés con 15.000 millones de euros hasta 2029 El presidente de la FIFA, Gianni Infantino (izquierda), y Alexander Ceferin, de la UEFA, charlan durante el congreso de 2017 del organismo que rige el fútbol Mundial. Mike Hewitt - FIFA FIFA via Getty Images
La FIFA se dispone este viernes a dar un vuelco histórico a la industria del fútbol con la implantación de un nuevo torneo. El Consejo del organismo que rige el fútbol mundial votará en Miami si aprueba la organización de un Mundial Clubes compuesto por 24 equipos que se celebraría cada cuatro años a partir de 2021. La primera edición se disputaría del 17 de junio al 4 de julio del citado año, en un país, probablemente asiático, aún sin determinar.
El ambicioso y revolucionario proyecto de la FIFA está financiado por el consorcio japonés Softbank's, que ha puesto sobre la mesa entre 12.000 y 15.000 millones de euros hasta 2029. En un principio, la cifra a desembolsar se elevaba hasta los 25.000 millones de euros porque incluía una Liga de Naciones mundial, a semejanza de la que ya ha puesto en marcha la UEFA, pero finalmente ha sido descartada por problemas en los ajustes de calendario.
La iniciativa había desencadenado una guerra comercial encubierta entre la FIFA y la UEFA, personalizada en sus respectivos presidentes, el suizo Gianni Infantino y el esloveno Aleksander Ceferin, recientemente reelegido. Hasta ahora, la FIFA se limitaba a liderar las competiciones de selecciones cada cuatro años con la celebración de la Copa del Mundo. Infantino, que en sus tiempos de secretario general de la UEFA fue el ideólogo del actual y rentable formato de la Champions y de la innovadora Liga de las Naciones europea, considera que la FIFA debe contar con una pujante y atractiva competición de clubes que sustituya al devaluado Mundialito que organiza anualmente.
La UEFA observa en esta creación de Infantino una amenaza al estatus de la Champions como la competición por equipos más lucrativa y mejor organizada. Ceferin, apoyado en un principio por la ECA, la asociación de clubes europeos presidida por el mandatario de la Juventus, Andrea Agnelli, se ha opuesto a la idea desde que Infantino la lanzara en el Congreso de la FIFA de marzo de 2018. La UEFA interpreta este Mundial de Clubes como una boca enemiga con la que repartir el multimillonario pastel en el que se ha convertido el negocio del fútbol. También teme que, a la larga, la competición se dispute cada dos años.
Infantino cree que su plan es necesario para incrementar el dinero destinado a los programas de desarrollo del fútbol por todo el mundo. En su primer mandato, será renovado en mayo al ser candidato único, ha destinado unos 1.000 millones de euros a este fin. Joseph Blatter, el anterior presidente destituido por corrupción, destinó 320 millones de dólares en su última etapa. La FIFA estima que, si se aprueba el proyecto, en el próximo cuatrienio podrá elevar hasta los 1.700 millones el gasto en desarrollo.
Los mentideros del fútbol internacional ven en la figura de Gianni Infantino un revolucionario que multiplicó los ingresos de la UEFA y que ahora pretende extrapolar su modelo a la FIFA. Con el nuevo Mundial de Clubes ocupará las fechas del calendario destinadas a la devaluada y poco rentable Copa Confederaciones de selecciones, que se disputaba un año antes en el país organizador de la Copa del Mundo. Para esta competición, Infantino también someterá hoy a votación la ampliación de 32 a 48 selecciones, guiado por la idea de que es el camino más factible para expandir el fútbol y por ende los ingresos que genera.
Este nuevo formato del Mundial de selecciones, al que la UEFA también ha mirado con recelo, constará de 16 grupos compuestos por tres selecciones, que completarán un total de 48 partidos, los mismos que en modelo de 32 participantes con el que se disputaba hasta ahora.
Las dos primeras de cada grupo pasarán a las eliminatorias directas desde los dieciseisavos de final. En total se disputarán 32 partidos en las rondas por eliminación, incluido el encuentro por el tercer y cuarto puesto. Esto supone un total de 64 partidos, 16 más que en el formato de 32 selecciones.
Por las dimensiones del país y por las infraestructuras creadas por Qatar, el Mundial de 48 selecciones sería muy complicado de celebrar sin contar con países del entorno que ejercerían de coorganizadores. La FIFA maneja los nombres de Bahréin, Kuwait, Omán, Emiratos Árabes y Arabia Saudí como candidatos a colaborar en la organización del Mundial con más participantes de la historia.
El pasado mes de octubre, durante la última reunión del Consejo de la FIFA, el nuevo torneo ya pudo aprobarse. Infantino tenía mayoría sobre el total de los 37 votantes del órgano ejecutivo, pero prefirió un último intento consensuado con la UEFA. Entonces se determinó crear grupos de trabajo conjuntos, pero las discrepancias se mantuvieron hasta el punto de que durante las últimas semanas se especuló con que los nueve representantes de la UEFA no acudirían a la votación de Miami. Finalmente, han viajado, pero se han encontrado con un Infantino dispuesto a sacar su idea adelante con o sin su apoyo. Este jueves, la UEFA parecía estar más cercana a una negociación marcada, entre otras cosas, por el número de participantes europeos. La FIFA pretende que sean doce plazas para Europa para asegurarse un número mayor de sus grandes clubes, cuatro para Sudamérica más una quinta salida de una repesca con el campeón de Oceanía, dos de Centroamérica, dos de África, dos de Asia, y una última para el país organizador. La UEFA propone que sean solo ocho los clubes que la representen. La FIFA considera esto un intento por rebajar el pedigrí del torneo. Los cuatro últimos vencedores de la Champions y de la Liga Europa, más otros cuatro seleccionados por coeficiente son los criterios de selección que se manejan.
El gancho principal de la FIFA para atraer a los grandes clubes europeos es el dinero que recibirán simplemente por participar, que oscilaría entre los 20 y 30 millones de euros. Las ganancias pueden dispararse a 80 millones si avanzan en la competición y hasta 120 para el ganador por un máximo de cinco partidos. El formato sería de ocho grupos de tres en el que los ganadores accederían a eliminatorias directas desde los cuartos de final. El Real Madrid, ganador de la última Champions, ingresó 88 millones de euros por 13 partidos.
Algunos clubes de la ECA, pese a su posición oficial, admiten que las cifras que ofrece la FIFA son lo suficientemente convincentes para embarcarse en el proyecto. Barcelona y Real Madrid ya manifestaron que la empresa les atrae. El Manchester United también está en esa línea de no cerrar los ojos ante la posibilidad de obtener esos elevados ingresos.
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