"); } "); } else document.write("
");
Dos clubes austeros y sin apenas desembolsos en fichajes se disputan la semifinal de la Copa de Europa liderdos por técnicos que apuestan por los jugadores jóvenes Ampliar foto Matthijs de Ligt, Frenkie de Jong y Dani de Wit se entrenan en el estadio del Tottenham. EMMANUEL DUNAND AFP
Donny van de Beek tiene 22 años. Pero bajo las luces plateadas del nuevo estadio del Tottenham este rubio casi albino de Nijkerkerveen parece un quinceañero. “Recuerdo como si fuera ayer el día que fui al Amsterdam Arena a ver al Ajax jugar un partido de Champions contra el Dinamo de Kiev”, dijo el mediapunta. “Era un hincha. Ni se me pasó por la cabeza que podría hacer lo que estoy haciendo ahora. Quiero que este momento se prolongue. ¡Por supuesto que queremos ganar el título!”.
Sentado a su lado, Erik ten Hag, su entrenador, lo mira enternecido. Este martes (21.00, Movistar Liga de Campeones) dirigirá a su equipo en el encuentro más inesperado de la Champions. Cada uno a su manera, el Tottenham y el Ajax representan el retorno a las raíces del fútbol. Justo cuando parecía que la única vía que ofrecía la industria hacia la máxima competición eran los proyectos que inflaban el mercado de fichajes, el club de Ámsterdam y el club del norte de Londres han construido dos semifinalistas sin gastarse un euro en reforzar a sus actuales plantillas en las dos últimas ventanas de fichajes.
“Necesitas ser creativo e innovador”, dice Ten Hag, cuando le preguntan cuál es la receta para crear sin inversiones desaforadas una maquinaria como su Ajax, capaz de eliminar al Madrid y a la Juventus barriéndolos del campo. “Hay que innovar en la captación de talentos, en el adiestramiento y en el modo de jugar”, explica. “Eso es muy importante. Pero sobre todo necesitas atreverte a dar a los jóvenes la oportunidad de jugar con continuidad. Para eso hace falta una filosofía de club y una estructura que te sustente cuando asumas ese riesgo”.
“Nadie habría apostado por un equipo holandés en semifinales”, señala el técnico ajacied. “Los chicos como Donny de Beek o Frenkie de Jong lo han hecho posible porque han madurado con cada partido. Han ganado experiencia sobre la marcha hasta integrarse como un equipo. Ahora no tenemos nada que perder”.
El fenómeno de los jóvenes que acaban adueñándose de un gran equipo hasta conquistar el mundo es tan viejo como el fútbol. Trasciende la Champions. Si los chicos del Ajax de Ten Hag son el motor de la renacida selección de Holanda, la selección de Inglaterra que alcanzó el cuarto puesto del Mundial de Rusia es tributaria del trabajo de Mauricio Pochettino con los jóvenes del Tottenham. Las motivaciones, sin embargo, han sido diferentes.
Levy, descalzo y en pijama
Este lunes le pidieron a Pochettino que recordara cómo empezó todo, cuando en el verano de 2015 le llamó el presidente Daniel Levy. “Nos encontramos en su casa”, dijo el técnico, con un mohín de comicidad. “Me recibió descalzo. Vestía un pijama y era pasado el mediodía. Quiso saber cuál era mi feeling. Me dijo que la plantilla tenía unos 36 jugadores. Le dije: ‘¡Oh, es un equipo de la NFL!”.
“Hablamos sobre cómo ayudar al club a construir el nuevo estadio sin dejar de ser competitivos”, prosiguió Pochettino. “Para mí lo más importante era la ambición de aproximarnos al triunfo. Acabar las obras de las instalaciones no es algo que yo tuviera en mente. ¡Yo quería jugar para la gloria! Cinco años después me siento orgulloso de haber desarrollado dos proyectos a la vez. Hemos proporcionado al club unas infraestructuras increíbles y hemos puesto al equipo en un lugar de primer nivel competitivo, reduciendo la brecha con los cuatro más ricos [United, City, Liverpool, Chelsea]. El plan era construir el estadio y después competir por la Champions. ¡Hemos saltado plazos! Esto es más que un trofeo. Es increíble. No creo que en la historia del fútbol haya un caso así. He tenido suerte, porque siempre trabajé con dirigentes que me dieron toda su confianza. Todos los entrenadores tenemos conocimiento. Lo más importante es la confianza de la directiva para desarrollar tus ideas”.
“Se parecen un poquito a nosotros”, observó Pochettino cuando le preguntaron por su rival este martes. “¡Nadie creía que estarían en las semifinales! Pero lo merecen de sobra”.
“Nuestro contrato de televisión es de diez millones de euros al año”, dijo Ten Hag, puesto a protestar ante los paralelismos establecidos; “¡no nos podemos comparar al Tottenham en el aspecto financiero!”.
El Ajax no alcanza los 150 millones de ingresos totales por curso. El Tottenham ingresa unos 100 millones anuales en derechos televisivos hasta completar un presupuesto que pasa de los 400. Eso es menos de lo que facturan el United, el City, el Chelsea y el Liverpool. Pero mucho menos de lo que puede gastarse Pochettino en jugadores. La principal meta estratégica del Tottenham ha sido construir una ciudad deportiva y un nuevo estadio. Las obras acaban de concluirse gracias al ahorro que han supuesto los canteranos a la hora de reforzar y financiar el primer equipo. Disputar las primeras semifinales de Copa de Europa desde 1962 es una coincidencia con forma de premio.
“Ya no sueño”, zanjó Pochettino. “Yo ya estoy viviendo mi sueño. ¡Estoy en una semifinal con el Tottenham! Era un sueño hace cinco años. Creo en el poder de la mente. Creo que no puedes conseguir nada si antes no lo sueñas”.
El Ajax es la plantilla más joven de la Champions. Pero en el cruce con el Tottenham los entusiastas holandeses son favoritos. El equipo inglés está mermado. Debilitado por la lesión de Harry Keane, su mejor futbolista; despojado del coreano Son, que cumple jornada de sanción y priva al equipo de su desmarque más profundo; sin la plenitud del mediocentro de referencia, Eric Dier, debilitado tras sufrir una peritonitis; y sin Harry Winks, un volante con mucho criterio, lesionado en un tobillo.
“Estamos muy limitados”, advierte Mauricio Pochettino, el técnico, que afronta con sencillez las cuestiones más complejas. “Es falso que la plantilla compense con su entrega las bajas de jugadores como Kane. Lo cierto es que tener a todos sanos nos permitiría escoger variantes, modificar nuestra manera de jugar y buscar soluciones alternativas que ahora no tenemos”.
El español Fernando Llorente se perfila como el nueve de referencia para salir del atolladero. Un estilete listo para cazar balones largos a la espalda de los mediocentros del Ajax, que se anuncia tan lanzado al ataque como siempre.
Puedes seguir Deportes de EL PAÍS en Facebook, Twitter o suscribirte aquí a la Newsletter.