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La pegada del uruguayo y la clase de Coutinho dan el triunfo al Barcelona ante el United en un partido que no responde a la grandilocuencia del envoltorio Ampliar foto Luis Suárez remata un pase de Messi que termina en gol tras tocar la pelota Shaw. ANDREW YATES REUTERS
La rivalidad ayuda a resolver a veces los mayores misterios del fútbol, pocos tan indescifrables como la sequía de Luis Suárez en Europa cuando es un afamado goleador en LaLiga, y la melancolía de Coutinho, deslumbrado por Dembélé. Ambos fueron dos futbolistas muy queridos en el Liverpool, el rival de por vida del United, y los dos fueron importantes para que por fin el Barça ganara en el inaccesible Old Trafford. Luis Suárez provocó el 0-1 y Coutinho ayudó a atacar durante un ratito, no mucho, a un rebajado Messi. La presencia del argentino en cancha inglesa, la liturgia del estadio, la mística del Manchester United y las anécdotas ayudaron a dar vuelo a un partido que no respondió a la grandilocuencia del envoltorio: nadie gimió ni se estremeció en Old Trafford el día en que el Barça volvió a marcar y a imponerse por fin en campo contrario en la Liga de Campeones.
Las citas con el Manchester United acostumbran a ser trascendentes para el Barça. Algunos de los mejores y también de los peores pasajes de la vida azulgrana empiezan y acaban en sus duelos con los diablos rojos de Old Trafford. Maradona salió humillado como barcelonista del Teatro de los Sueños por Maravillas Robson y Stapleton (1984). La misma cancha fue el epílogo también del equipo de Rijkaard después de que Scholes penalizara la penúltima pifia de Zambrotta (2008). Los muchachos de Guardiola alcanzaron en cambio la cima en Roma (2009) y Wembley (2011) con dos victorias que provocaron la admiración de Europa. Y en medio quedan partidos estupendos en tiempos de Cruyff (1994) y Van Gaal (1998) que se remataron con jugadas memorables como el arrastre de Romario, el taconazo de Sharpe o los goles de Yorke y Rivaldo.
Al United siempre hay que tomarle muy en serio, incluso cuando su alineación es sospechosa por la ausencia de jugadores como Herrera y Matic, y Solskjaer improvisa con una defensa de cinco, consecuente en cualquier caso con la sensación de que es una suerte que el partido de vuelta se juegue en el Camp Nou. Valverde apostó por la misma formación que triunfó en el partido de referencia de la temporada contra el Tottenham. Mantuvo a Coutinho y apostó por Semedo como lateral para ayudar a defender a Rashford, el velocista del United y uno de los delanteros más afamados de la Premier, el mismo que firmó de penalti la eliminación del PSG en París. El United jugó selectivamente para el espléndido Rashford, siempre pendiente de las pérdidas de balón del rival mientras el Barcelona se estiraba con largas posesiones hasta que daba con Messi. El partido se convirtió en un asunto de los dos 10.
MNU
BCN
M. United
De Gea, Smalling, Shaw, Nilsson-Lindelöf, Fred, Ashley Young, Diogo Dalot (Jesse Lingard, min. 73), Scott McTominay, Pogba, Lukaku (Anthony Martial, min. 67) y Rashford (Andreas Pereira, min. 84).
Barcelona
Ter Stegen, Clement Lenglet, Piqué, Alba, Nelson Semedo, Arthur Melo (Sergi Roberto, min. 65), Busquets (Aleñá, min. 92), Rakitic, Messi, Luis Suárez y Coutinho (Vidal, min. 64).
0-1 min. 11: Shaw (p.p.).
Gianluca Rocchi
Smalling (min. 85), Shaw (min. 19), Busquets (min. 16), Vidal (min. 70) y Jesse Lingard (min. 75).
Estadio:Old Trafford
El contraste era mayúsculo: al United le alcanzaba con dos toques para lanzar a Rashford; veinte pases daban a veces los barcelonistas alrededor de Messi. El rosarino intervino decisivamente antes que el inglés cuando dio continuidad a un servicio en largo de Busquets con un centro que cabeceó Luis Suárez. Aunque el VAR demoró la concesión del gol, adjudicado además a Shaw, quien rozó la pelota, el remate fue del 9. No pareció casual que Luis Suárez, sorprendentemente estéril en cancha contraria europea desde el 16 de septiembre de 2015 en Roma, hasta 16 partidos, se reencontrara con el gol en Old Trafford. Nadie del United olvidó que el uruguayo jugó en el Liverpool.
A pesar de que De Gea le sacó una pelota de gol a Coutinho, el gol anestesió al Barça, demasiado reincidente con las faltas, sobre todo el intranquilo Busquets. Los azulgrana perdieron ambición, empezaron a especular y propiciaron las cargas del United, perseverante en los centros laterales que tanto incomodan a Ter Stegen. La defensa del United invitaba a ser atacada y en cambio los exigidos eran los medios y zagueros del autosuficiente Barcelona.
Apretaban con ganas los diablos rojos y no sabían cómo sacar el balón del área de Ter Stegen. Los azulgrana incluso parecían estar a gusto con la presión inglesa, como si prefirieran contener un ataque estático antes que defender los contraataques del United. Valverde intervino para juntar al equipo con Sergi Roberto y Arturo Vidal. No ganaba un balón dividido el Barça y tenía problemas para circular por la medular ante un adversario que ganaba delanteros con Martial y Lingard. A partir de un 4-4-2, los barcelonistas recuperaron el control, superiores individualmente al United incluso con una versión pequeña de Messi. No necesitó más el Barça salvo un escorzo monumental de Piqué. Se dedicó a vivir de rentas de una jugada preñada de rivalidad, urdida por Luis Suárez.
Muy poca cosa para un partido que se anunciaba muy bravo en Old Trafford. No se trataba de impactar ni de emocionar sino de ser serios y efectivos para combatir la pesadilla de Roma en el Teatro de los Sueños de Old Trafford.
Old Trafford se le resistía al Barcelona. La primera vez que jugó en el estadio del United fue con Menotti en los cuartos de final de la Recopa de la temporada 1983-1984. Allí perdió el partido y la eliminatoria. Con un 3-0, los diablos rojos remontaron el 2-0 del Camp Nou en la ida. En la fase de grupos de la Champions de la temporada 1995-1996, con Johan Cruyff como entrenador, el Barça empató a dos en Mánchester. También en la fase de grupos de la Champions 1998-1999, el Barça de Van Gaal empató a tres en Inglaterra. El precedente más cercano era en las semifinales de la Champions de la campaña 2007-2008. El Barça fue eliminado, tras empatar a cero en su estadio, y caer por 1-0 en Old Trafford, con un gol de Scholes.
La victoria azulgrana también acaba con su racha de derrotas en los tres últimos partidos que jugó fuera en cuartos de final: 2-0 ante el Atlético en 2016, 3-0 ante la Juve en 2017 y 3-0 ante la Roma en 2018.
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