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El entrenador no entra a valorar su posible despido y carga contra Isco: "Para jugar hay que ponerse primero en forma física", dijo sobre el mediapunta
FOTO: Solari, durante el entrenamiento previo al partido en Valladolid. / VÍDEO: Rueda de prensa del entrenador. Víctor Lerena (efe) / atlas
Santiago Solari asomó por la sala de conferencias de Valdebebas con la sospecha de que puede ser la última vez que ocupe la silla en la que se estrenó el 30 de octubre del año pasado. Anunciado entonces como entrenador "provisional" tras el despido de Julen Lopeteguii, Solari parece ahora más transitorio que nunca. Fuera de LaLiga, la Copa y la Champions en una semana, sin el respaldo de la directiva ni del vestuario, su continuidad se debe únicamente a la ausencia de alternativas para reemplazarle. Mientras los dirigentes continúan buscándole un sustituto, bien inmediato, bien para junio, la papeleta que afronta Solari le lleva a Valladolid (20.45 horas, Movistar Partidazo), precisamente el rival ante el que debutó en el campeonato.
Las circunstancias modificaron la habitual puesta en escena del argentino. Apareció más tarde de lo esperado, con más de una hora y veinte minutos de retraso. "Estábamos trabajando, disculpen", se escudó. La espera no fue lo más sorprendente. Solari, un tipo políticamente correcto, siempre esquivo, cumplió con su papel de empleado obediente de la directiva, pero apuntó directamente al vestuario.
El entrenador rechazó valorar su posible despido después de que el Madrid se quedara fuera de todos los títulos en la última semana. "Todos estamos de paso. En un puesto como este, más aún", se limitó a decir. En la que pudo ser su penúltima aparición pública como entrenador del club blanco, Solari optó por mantener a salvo la reputación de la dirigencia y puso el foco en su plantilla, insinuando falta de compromiso por parte de alguno de sus miembros y señalando al único futbolista por el que fue preguntado explícitamente, Isco Alarcón.
"¿Piensa usted que todos sus jugadores han estado a la altura de este escudo?", le cuestionaron a Solari. El entrenador respondió que no. "La mayoría", contestó con gesto desafiante. "Y a quienes no han estado, se lo he transmitido personalmente". Solari no reculó ante una segunda pregunta. "¿Hay futbolistas que le han decepcionado a nivel personal?". "La pregunta había sido si los jugadores habían estado a la altura del escudo. Dije que la mayoría lo habían estado, y los que no ya lo sabe, pero de mi parte", repitió el técnico, con semblante serio, tremendamente escueto en sus respuestas y más retador de lo habitual con los redactores congregados en Valdebebas.
Las palabras del entrenador invitan a pensar que entre ese grupo de jugadores que no han estado a la altura se encuentra Isco. El nombre del malagueño fue el único que se mencionó durante su comparecencia. "¿Empieza una nueva vida para él tras pedir perdón? ¿Puede tener más opciones?". Solari aprovechó la cuestión para insinuar que Isco no se está en condiciones físicas para jugar. "Las cuestiones disciplinarias lo manejamos de manera interna. Lo deportivo es lo de siempre, no cambia, es así aquí y en todos los equipos. Para jugar hay que ponerse primero en forma física y luego agarrar la forma competitiva. Eso es inexorable", argumentó.
La ruptura entre Solari y su plantilla es total. Muchos de sus jugadores han observado con enfado e incredulidad sus recientes decisiones. Ahora, con el grueso de sus titulares de baja, el técnico se ve obligado a recurrir a ellos para la visita a Pucela. La expedición madridista la encabezará Sergio Ramos, que ha decidido viajar junto a los convocados pese a causar baja por sanción. En Valladolid tampoco estarán Bale, Lucas, Carvajal ni Vinicius, lesionados, y tampoco se espera a Mariano, que se ausentó del entrenamiento por enfermedad. Hombres como Marcelo, Odriozola, Ceballos o el inédito Brahim pueden entrar en el momento más comprometido después de verse apartados en las últimas semanas.
"Tenemos una obligación profesional y hay que quedar lo más arriba. Hay que afrontarlo con profesionalismo, sirve porque se ve quien da la cara, quien desaparece, quien está contento, quien está triste o quien se rebela contra la situación", dijo Solari, evocó a todo lo conseguido por el Madrid en los últimos años: "Es un momento doloroso, pero no es incompatible con el agradecimiento o el reconocimiento del orgullo y el honor de este equipo tras más de 1.000 días campeón de Europa. No lo veremos probablemente más en otro club. La autocrítica puede ir de la mano con el reconocimiento a este periodo glorioso".
Sabiéndose despedido, a unas horas del que puede ser su último partido como entrenador del Madrid, Solari decidió aumentar todavía más su brecha con unos jugadores que ahora deben aguantar el tipo en Valladolid.
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