Estoy muy contento. Feliz de estar en Buenos Aires. Ayer me levanté muy temprano con el efecto del jet lag y me puse a caminar con el vientito frío en la cara. Eran las 7.30 de la mañana, vi los cafés con algunas personas adentro, y sentí el ambiente tan agradable que hay en esta ciudad”, cuenta verborrágico Rolando Villazón, una de las voces más reconocidas en el mundo de la ópera. El tenor mexicano se presenta hoy con Daniel Barenboim al piano, en el CCK.
Encantador y de una energía desbordante, cuenta todos los proyectos que lo apasionan. No sólo se dedica a su gran carrera como músico, también escribe novelas, hace programas de televisión y, desde que debutó en 2011 como director de escena con una producción de Werther de Massenet con la Opéra Lyon, continúa desarrollando esa actividad.
Rolando Villazón cantará acompañado por Daniel Barenboim en piano. Foto: Laura Szenkierman-Prensa CCK.
Newsletters Clarín En primera fila del rock | Te acercamos historias de artistas y canciones que tenés que conocer.
Todos los jueves.
-Como si fuera poco todo lo que hacés, en julio de este año empezaste como director artístico de la Semana Mozart en Salzburgo. ¿Cómo te sentís con el nuevo rol y qué te gustaría hacer?
-Empecé hace dos años, porque la programación hay que prepararla con anticipación. Ser director artístico vino como una sorpresa para mí. No tenía como meta ser director, así que me tomé mis semanas para pensarlo. Es una gran responsabilidad la de Salzburgo. El nivel es altísimo, tenemos a los mejores intérpretes. Es una gran aventura que durará cinco años. Para mí lo más importante es poder darle a la gente lo que yo he recibido de Mozart, uno de mis mejores amigos. Ahora estoy terminando una novela que tiene mucho que ver con Mozart.
-Hablando de literatura, tenés una relación muy estrecha con la literatura argentina, ¿no?
-Sí, me encanta. Me encanta el gran maestro Borges, pero tengo pasión también por Julio Cortázar. Vivo en París porque quería vivir en una página de Cortázar. Hasta el día de hoy camino por los lugares buscando a la Maga por todas partes. Me encanta, también Ernesto Sabato, Bioy Casares, y algunos escritores contemporáneos, como Samantha Schweblin y César Aira. Los dos payasos, de Aira, me influenció mucho en mi novela Malabares. Leí todas las historias de Alan Pauls. Y Rodrigo Fresan, que tiene Mantra -súper mexicano- y la historia de Peter Pan, un personaje que adoro.
-¿Qué nos podés decir sobre la selección de la música del programa? ¿Cuál es tu relación con el repertorio iberoamericano?
-Este es un recital que he estado haciendo mucho con mi pianista. Lo hice en Salzburgo, en Zurich, en Munich, muchos lugares. Es un programa que me gusta mucho. En la primera parte abrimos con Manuel de Falla y luego Fernando Obradors, catalán-español. Después de la pausa, lo dedicamos a América latina: repertorio de Argentina, Colombia, México y Brasil. Y también tenemos Cinco canciones de niños, de Silvestre Revueltas, que es una rareza. No se encuentra en YouTube. Y son canciones preciosas, muy tiernas, en el espíritu de García Lorca. Es poesía y música junta. Después de hacer Schubert, Liszt, a los grandes lideristas, me gusta hacer este tipo de repertorio.
-¿Será el placer de cantar en tu propio idioma? Supongo que cuando expresas tus emociones o sentimientos elegís el castellano, entre los cinco o más idiomas que hablás, ¿no?
-Exactamente, aunque a veces se me escapa alguna palabra en otro idioma. Para mí poder cantar en castellano es maravilloso, porque hay una conexión culturalmente directa con mi idioma natal. Casi nunca canto en castellano, muy raramente, salvo cuando canto romanzas de zarzuela.
-¿Podrías describir la experiencia de hacer música de cámara? ¿Te preparás de otra manera, usás otra técnica?
-Se cuentan historias de dos minutos. Aunque sea un ciclo, cada canción tiene su propia historia, con un principio y fin. A ciertas canciones hay que encontrarles la historia, las Siete canciones populares españolas de Falla, por ejemplo. Hay una conexión con un ciclo precioso de cantejondo. Así que hay que buscar y encontrar en qué se inspiró Falla. Y, por otro lado, combinar el canto lírico, pero sin perder el origen de esa música, porque si cantás con una impostación lírica exagerada matás la canción. Esto no es ópera, pero sigue siendo un cantante lírico el que lo interpreta. Creo que lo más importante son las dinámicas y los colores. Además esto es un dueto entre piano y voz. Lo que se canta y lo que se toca tiene el mismo valor, el piano no está acompañando sino que estamos interpretando juntos. Tener a un maestro como Barenboim es algo particularmente especial.
Ficha
Festival Barenboim.
Música y reflexión Rolando Villazón (tenor) Daniel Barenboim (piano)
Viernes 2 de agosto a las 20 Sala Sinfónica, CCK.
Programa: Manuel de Falla: Siete canciones populares españolas, Fernando Obradors: Selección de Canciones clásicas españolas, Silvestre Revueltas: Cinco canciones de niños, Carlos Guastavino: Las nubes, Alberto Ginastera: Canción al árbol del olvido, Alberto Nepomuceno: Coração triste, Luis A. Calvo: Gitana.