La cumbre europea que aspira a ser la penúltima del Brexit empieza este jueves en Bruselas con la intención de presentar un claro ultimátum a la primera ministra británica, Theresa May: rematar la salida del Reino Unido de la UE en cuestión de semanas o aplazarla hasta dentro de varios meses.
El plan no lo explicita, pero fuentes diplomáticas señalan que la segunda opción pasaría inevitablemente por la inmolación política de May, un sacrificio que ella misma apuntó este miércoles durante el anuncio en la Cámara de los Comunes de su petición de una prórroga del Brexit hasta el 30 de junio. En ambos casos, la decisión definitiva se materializaría en una segunda cumbre, tal vez la última del Brexit, a celebrar la semana que viene en Bruselas.
La petición de May, cursada en forma de carta al presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, recibirá en la cumbre europea "una respuesta muy concreta", según apuntan fuentes diplomáticas. La contraoferta se negoció este miércoles por la noche en una larga reunión de los embajadores de los 27 Estados miembros en Bruselas (el llamado Coreper).
Las mismas fuentes apuntan que la cita arrojó "un consenso general" sobre el rechazo a la prórroga de tres meses solicitada por May y la posibilidad de ofrecerle otras alternativas. La única vía que sigue descartada es la de un Acuerdo sin salida, hipótesis que tanto Bruselas como Londres se han propuesto evitar siempre que sea posible.
Las razones invocadas para el rechazo a la propuesta de May son la posible interferencia con las elecciones al Parlamento Europeo (23-26 de mao) y, sobre todo, el convencimiento de que prolongar el proceso durante tres meses no valdría para nada si May no logra un acuerdo político transversal (conservadores-socialistas) la semana que viene.
El plan pergeñado por los embajadores necesita el visto bueno unánime de los 27 presidentes de gobierno de la UE, que se reúnen esta noche en Bruselas. La coreografía prevista apunta a una primera reunión, a media tarde, en la que también participará durante unos minutos la primera ministra británica. Después se continuará con el transcurso normal de la cumbre (con la política industrial y las relaciones con China como temas dominantes). Y al final, se volverá al formato de los 27 socios para preparar la respuesta a la carta de May.
"La noche puede ser muy, muy larga", anticipan fuentes comunitarias. "Estamos ante una decisión histórica que solo se puede tomar al más alto nivel y en la que los presidentes de Gobierno deben calibrar con mucho cuidado las tremendas consecuencias de su conclusión", apuntan esas mismas fuentes.
Las negociaciones previas a la cumbre han preparado los posibles escenarios, aunque fuentes diplomáticas reconocen que la decisión final es de tal magnitud que hasta el último minuto no se sabrá el veredicto de líderes como la canciller alemana, Angela Merkel, o el presidente francés, Emmanuel Macron. La reunión de embajadores del miércoles allanó un primer terreno con dos alternativas que, de momento, son las que parecen más viables.
Reunión urgente y segundo referéndum
"Si la próxima semana no hay votación, o un voto positivo del parlamento británico, habrá que ver si se reúne otra vez el Consejo Europeo antes del 29 de marzo" declaró este jueves por la mañana la canciller alemana Angela Merkel ante el Bundestag. Mientras, el ministro británico de Exteriores, Jeremy Hunt, aseguraba en una entreva con BBC Radio que es posible que la semana que viene se celebrara esa cumbre de emergencia y que la UE condicionara la prórroga a la celebración de un referédum. “No sabemos cuál sería la extensión de esa prórroga y podría ir acompañada de condiciones onerosas", como esa segunda votación. Hunt ha añadido que no cree que el Parlamento británico apoyara esta posibilidad.
La primera propuesta sobre la mesa de los presidentes de Gobierno de los 27 esta noche será una prórroga muy corta, de solo unas semanas, y no más allá del 23 de mayo, fecha de inicio de las elecciones al Parlamento Europeo. Esa prórroga, además, estará condicionada a que May someta a votación el Acuerdo de Salida en el Parlamento británico el próximo lunes o martes y que lo saque adelante.
Si May sale airosa de la votación, la breve prórroga le dará tiempo a tramitar la ratificación del Acuerdo y aprobar las leyes y centenares de normas legislativas que todavía faltan para consumar la salida. Bruselas, sin embargo, desconfía de la capacidad de Londres para rematar el proceso sin nuevos sobresaltos y contratiempos.
La mayoría de los embajadores, de hecho, no ven muy alta la probabilidad de que Westminster respalde el Acuerdo de salida la semana que viene. "Algunos creen que un 5%, otros un 10%, los más optimistas un 20%", relata una fuente diplomática. Por eso trasladarán a la cumbre de esta noche un segundo escenario "de emergencia" que se pondría en marcha durante una nueva cumbre europea en Bruselas que se celebraría, con toda probabilidad, el próximo jueves a poco más de 24 horas de que se cumpla el plazo del Brexit (medianoche del 29 de marzo).
El dramático plan B pasaría por aprobar en esa cumbre una prórroga larga, de al menos nueve meses, para dar tiempo a que el Reino Unido se recomponga políticamente y elija definitivamente qué tipo de Brexit desea. La oferta necesita el consentimiento de May, que este miércoles ha advertido que no la acepta. “Me opongo a una prórroga larga. No la quiero. (...) Supondría horas y días interminables de debates en esta Cámara, mirándonos el ombligo en torno a Europa", ha señalado May ante la Cámara de los Comunes.
La negativa de Bruselas a aceptar una prórroga hasta el 30 de junio y el rechazo de May a una prórroga larga podría desembocar en el escenario más temido de un Brexit brutal sin acuerdo. "Pero la primera ministra ha demostrado que es una mujer de Estado responsable y nunca llevará a su país al precipicio", apuestan fuentes diplomáticas en la capital comunitaria. Los embajadores parecen convencidos de que el día 27 o 28 de marzo, ante una alternativa tan dramática entre una prórroga larga o una ruptura sin acuerdo, May no dudará en elegir la primera. A sabiendas, de que eso supone el final de su trayectoria política y tal vez, incluso, el final del Brexit.