“¿Esto afecta a mi campaña?”, se pregunta Selina Meyer, atrincherada en la Embajada de Finlandia en Noruega tras un pedido de captura de la Interpol. Con las elecciones presidenciales a la vuelta de la esquina, el personaje interpretado por Julia Louis-Dreyfus está preocupado por la pérdida de popularidad a pesar de sus serias chances de ir a la cárcel por crímenes de guerra.
Ese tipo de situaciones absurdas marcan el sello de Veep, la serie que se burla de los políticos -en este caso, de los estadounidenses- y que luego de siete temporadas, tendrá su episodio final este domingo 12 de mayo por HBO. En la Argentina, será emitido a la medianoche -a las 00:05 hs. del lunes-, media hora después del anteúltimo capítulo de Game of Thrones.
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Catalogada por la crítica como una de las mejores comedias de los últimos años -la avalan 17 Premios Emmy-, esta sitcom creada por Armando Iannucci (nominado al Oscar como co-guionista de In the Loop) alude a la abreviatura en inglés de vicepresidente, el cargo que ocupó Meyer al inicio de la historia.
Gran parte del éxito de las siete temporadas de Veep tiene nombre y apellido: Julia Louis-Dreyfus, la brillante actriz que ganó seis Emmy consecutivos por este rol -es además una de las productoras ejecutivas- y que ya tenía un Globo de Oro y otros dos Emmy por la legendaria Seinfeld y por The New Adventures of Old Christine.
La actriz Julia Louis-Dreyfus (55) es el alma de la multipremiada comedia Veep, que tendrá su capítulo final este domingo por HBO.
Pero hay un gran aporte de personajes secundarios: su asistente más cercano y fan número uno, Gary Walsh (Tony Hale, un personaje con reminiscencias al Buster Bluth de Arrested Development), el incorrecto trepador Jonah Ryan (Timothy Simons), o la asesora workaholic Amy Brookheimer (Anna Chlumsky).
Sigue la ajetreada cotideaneidad de Meyer, quien junto a su poco eficiente equipo de trabajo va apagando incendios políticos e intentando equilibrar una agenda pública cargada con una vida particular intensa.
Después de la renuncia del presidente Stuart Hughes, Meyer se convirtió en la primera mujer Jefa de Estado de los Estados Unidos al final de la temporada 3. Pero luego pierde las elecciones y su figura política parece quedar eclipsada por la de Laura Montez, la nueva presidenta.
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Decidida a competir otra vez por la presidencia, la séptima y última temporada mostró a una Selina Meyer dispuesta a todo con tal de conseguirlo. Para eso volvió a reunir su histórico equipo de asesores, excepto por Mike McLintock, su ex portavoz, ahora reemplazado por Leon, el periodista de The Washington Post que solía hostigarla.
En el capítulo 6 de séptima temporada, vimos cómo Selina se las arregló para escapar de la Interpol y conseguir el apoyo del presidente de China para las próximas elecciones. En el séptimo y último episodio se verá si logra ser presidenta por el voto popular.
Cuando arrancó allá por 2012, Veep parecía llevar a un extremo la satirización del detrás de escena de la política; la incompetencia de un funcionario -o candidato- y de su círculo de asesores para tomar una decisión; o la impunidad a la hora de hacer lobby, conseguir financiamiento para una campaña o tapar un escándalo de escala internacional. Algo así como House of Cards en clave de comedia.
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Claro que, alguna veces, la realidad supera a la ficción. Y la llegada al poder de Donald Trump en 2016, habilitó -casi que obligó- a los escritores de la serie a estirar aún más los límites del absurdo.
Veep podría resumirse como una sátira hilarante del día a día de la política, un ambiente en el que aún las decisiones más triviales –desde el sabor de un yogurt a la elección de la mascota de la vicepresidente– pueden tener grandes e inesperadas consecuencias.