Desde contrataciones extraordinarias hasta sesiones informativas con una audiencia desbordada. Las empresas que ofrecen sistemas de gestión de presencia de los trabajadores (tornos, lectores de huella, sistemas de reconocimiento facial, aplicaciones móviles...) viven hace dos meses una actividad excepcional. “Desde marzo, cuando salió el decreto [con una moratoria de dos meses] se ha notado mucho la demanda”, resume Nuño Azcona, director general de B+Safe, filial española de la multinacional de tecnología para empresas Almas Industries.
Una situación parecida expresan desde Phoenix Redes y Proyectos Informáticos, una firma que comercializa hasta siete soluciones diferentes de gestión de horarios laborales bajo la marca Cucorent. “En el lapso de dos meses ha habido de todo: arrancó poco a poco, se fue incrementando y no ha parado”, señala el consejero delegado, Gabriel Cañadas.
Como ejemplo, Cañadas destaca que la herramienta que detecta las visitas a su página web recoge mucha más afluencia, incluso en fines de semana. Es un indicador de que muchas empresas están buscando información y de que quedan potenciales clientes “no se sabe bien hasta cuándo”. Pero el aumento de actividad también se nota en los proyectos concretos: “Normalmente cerramos al mes entre 30 y 40 empresas, pero en abril estuvimos en el entorno de 170”.
El repunte de clientes ha llevado a la compañía española a contratar más teleoperadores a través de empresas de trabajo temporal. “Conforme vemos que la atención telefónica se colapsa, pedimos más gente”, indica el primer ejecutivo de la firma.
Los sistemas de Cucorent cuentan con unos 1.800 clientes censados, que son los que están dados de alta en el sistema de mantenimiento de la compañía, ya que presta sus servicios tanto en venta como en alquiler. En su caso se encargan tanto del hardware (tornos, dispositivos de control biométrico...) como el software necesario para llevar a cabo esos registros desde ordenadores o teléfonos móviles.
Un control "sencillo"
Con una experiencia de 40 años (en 1991 se convirtieron en una empresa de soluciones independientes pero llevaban 10 años trabajando como comercializadora de otra marca), para Cañadas “controlar el horario de los trabajadores es relativamente sencillo”. Sin embargo, en los últimos meses han surgido dudas desde los ámbitos empresariales ante situaciones específicas, como el control de los turnos de comidas o el de los puestos comerciales que desarrollan su labor fuera de las oficinas. “Todo eso está inventado hace tiempo”, responde, “la gente lleva comiendo toda la vida y las empresas llevan haciendo controles de presencia muchos años. Que yo sepa, al menos desde 1981”.
Desde B+Safe, Azcona coincide en ese ruido de fondo y lo atribuye, entre otras causas, a que entre la aprobación del decreto y su entrada en vigor se hayan celebrado unas elecciones generales. “Había mucha incertidumbre sobre si se podría derogar o matizar”, recuerda. El directivo cree que la norma debe enfocarse como una “oportunidad de optimizar la plantilla y aumentar la productividad”.
Según sus cálculos, su sistema de fichajes basado en la huella dactilar ha sido implementado ya en unas 500 compañías. Pero cree que crecerá porque “ha pillado a muchas empresas a desmano”. También ha implicado un cambio interno. “Nosotros nos dedicamos sobre todo a grandes empresas, pero ahora también tenemos que hacerlo a pequeñas, porque la mayoría de las grandes ya tenían estos sistemas", explica el director general de B+Safe .
Nuevos actores
Precisamente esa nueva necesidad que crea el decreto entre las pequeñas y medianas empresas ha implicado la llegada de nuevos actores al sector de sistemas de control presencial de los trabajadores. Es el caso de Sage, una compañía que ofrece soluciones de gestión de negocio para pymes. “La nueva obligación legal no distingue entre tamaño de la empresa ni sector”, constata Diego Sánchez-Aparisi, su director de marketing de producto.
“Nosotros tenemos el motor de cálculo de nóminas, que es el núcleo principal de nuestro negocio”, relata Sánchez-Aparisi, “a partir de ahí tenemos que ver cómo adaptamos a la pequeña empresa una solución específica, porque esto llevaba años pero en empresas grandes”. La opción elegida fue ponerse de acuerdo con Woffu, un desarrollador específico de software de control horario, para hacer una integración en su sistema.
Pero pese a contar con ayuda externa, la actividad ha aumentado. Sage inició hace dos meses conferencias informativas en línea en las que pueden darse de alta hasta 500 participantes para preguntar sus dudas. Hay semanas en que han tenido que hacer dos. “Creemos que la proporción entre quienes ya han implementado el sistema y quienes todavía no lo han hecho es uno de cada diez”, explica el directivo.