“Todo empezó cuando era un niño y mis padres trajeron el primer ordenador a casa. Mi hermano mayor comenzó a jugar a Counter Strike y yo me uní. Mis compañeros de clase también se divertían con juegos electrónicos y cuando luchaba contra ellos, era el mejor. Cuando tenía unos 10 años un amigo de mi hermano me preguntó: ¿Peter, quieres vivir de los videojuegos cuando seas mayor? Yo dije claro, seria genial, pero eso es imposible”. La historia la cuenta Peter Rasmussen, más conocido como Dupreeh. Juega en el equipo danés Astralis, el número uno del deporte electrónico CS:GO a nivel mundial. Desde que firmó su primer contrato en 2013, Dupreeh ha ingresado un millón y medio de dólares (1,3 millones de euros)
Ahora se encuentra en Madrid, junto con el resto de jugadores del equipo, para participar en una nueva edición de Blast Pro Series, un campeonato que se llevará a cabo el 10 y 11 de mayo en el Pabellón de Madrid Arena, premiado con 250.000 euros. Todavía hay entradas disponibles que rondan desde los 27 hasta los 89 euros. El aforo es de 6.000 personas aunque millones podrán seguirlo por Twitch (la plataforma para ver campeonatos de videojuegos en streaming) de Blast, por donde millones de personas siguieron la pasada edición, celebrada a finales de marzo en São Paulo, Brasil.
El gran rival a combatir es Astralis, ganador de tres majors (son los torneos más prestigiosos de CS:GO, premiados con un millón de dólares, en el que participan los mejores veinticuatro equipos de todo el mundo) y multitud de ligas y torneos. Los suecos Ninjas in Pyjamas (NiP), los finlandeses Ence, los ucranianos Natus Vincere (NAVI) y los estadounidenses Cloud9 tratarán de demostrar que son mejores.
Además, los dos equipos de la península ibérica ganadores de una fase previa, los españoles de Movistar Riders y los portugueses de Vodafone Giants, se batirán entre ellos el viernes 10 de mayo a las 16:15 horas (al mejor de tres sets). A continuación comenzará el campeonato.
El aforo es de 6.000 personas aunque millones podrán seguirlo por el Twitch (la plataforma para ver campeonatos de videojuegos en streaming) de Blast
Los jugadores son todos hombres. El menor tiene 17 años (el finlandés Jere Salo, conocido como Serjeg) y comenta que su familia siempre le apoyó y no le importó que tuviera que dejar sus estudios para dedicarse a los eSports de manera profesional. Todos los jugadores de CS:GO rondan la veintena, aunque hay algún miembro de la élite que supera los 30.
Todos coinciden en la disciplina que ha de tener un equipo para llegar al Top 10 mundial de CS:GO y que su gran objetivo es ganar un major. Todos entrenan entre 6 y 8 horas diarias (con un día libre) y quieren dedicarse el mayor tiempo posible a los eSports. “Me gustaría seguir siendo un jugador profesional hasta que deje de ser bueno y después ser entrenador o tener otro puesto dentro de los deportes electrónicos, aunque tengo un módulo de informática y otro de veterinaria”, comenta Alejandro Fernández-Quejo, el jugador de los Movistar Riders más conocido como Mopoz.
No se necesita estar en buena forma física; pese a ello, la mayoría de equipos practican mens sana in corpore sano. Además de un entrenador, los equipos de la élite de los eSports pueden contar con un dietista, un psiquiatra y una persona que les resuelve problemas administrativos del día a día como seguros médicos o problemas personales.
Como existe el dopaje en el deporte, también hay casos en los deportes electrónicos. Todo comenzó cuando Semphis, un jugador canadiense de CS:GO reconocio en 2015 que había consumido drogas junto a varios miembros de su ex-equipo: Cloud9. La sustancia más habitual es Adderall, que se usa para mejorar la capacidad de concentración. A partir de entonces los campeonatos tomaron medidas e implantaron controles antidoping. La organización de Blast Pro no revela cuándo los realiza para que los jugadores no lo sepan pero aseguran que los llevan a cabo varias veces al año.
Ni una mujer en la élite de CS:GO
Todos los jugadores, personal de los equipos y aficionados a los eSports coinciden: hay más hombres que mujeres aficionados a los deportes electrónicos. Algunos jugadores cifran en un 95% de hombres y un 5% de mujeres los amateurs a eSports, razón por la que hay menos mujeres en la élite según Mapoz, jugador de los Movistar Riders. Otros, sin embargo, creen que la razón es que las mujeres no tienen "suficiente motivación porque no ven mujeres profesionales en la élite o no tienen las mismas oportunidades laborales y de salarios que los hombres”, asegura Fredrik Sterner, el jugador de Ninjas in Pyjamas, más conocido como Rez.
El jugador de Ence, Sergej dice no saber la razón y Jonas Olofsson (de Ninjas in Pyjamas) afirma que “la élite de CS:GO es un circuito cerrado en el que es difícil entrar”.
Aleksiv, jugador de Ence señala que a las mujeres les gusta jugar contra otras mujeres y deberían jugar "contra gente más buena" para mejorar. “En el futuro será una realidad, pero hoy en día no es muy normal que haya mujeres profesionales”.