En el largo camino que le queda al Real Madrid para concluir una temporada que se le terminó hace algo más de un mes, esta es la semana más eterna. Los futbolistas blancos se enfrentan a ocho días sin fútbol, entre el partido del sábado pasado contra el Eibar y del lunes que viene en Leganés, en los que regresa la Champions, con ellos varados en Valdebebas. Cuando en Old Trafford, Anfield y el Camp Nou suceden las jornadas que han construido su leyenda, los jugadores enfilan un calendario que no los sacará de Madrid en todo el mes de abril. Viajarán a Butarque, al Coliseum Alfonso Pérez y a Vallecas, mientras Cristiano y Casillas ocupan el foco, y en las oficinas de la misma ciudad deportiva se mastica su futuro.
La Copa de Europa lo ha explicado casi todo en las últimas décadas en el Madrid. Estos días, por contraste, subraya su condición de náufrago competitivo. En las últimas décadas, forjó su magnetismo. Y en los últimos años incluso pudo llegar a distraer el rumbo. En la zona noble del club recuerdan el viaje de regreso desde Kiev con la decimotercera Orejona el año pasado. La alegría no era la misma de 2014, cuando volvían de Lisboa con la Décima. Ahí, dicen, se veían las señales del desgaste. Como las había visto Zinedine Zidane durante semanas: “Un cambio es necesario para seguir ganando”, dijo cuando dimitió cinco días después. Hoy, el club está dispuesto a aceptar la enmienda del técnico galo.
Pero las mismas fuentes del alto mando hablan de los riesgos que veían en emprender reformas después de enlazar tres Copas de Europa consecutivas, cuatro en cinco años, un dominio que remitía al mito fundacional de los cincuenta y a Bernabéu. Y ponen un ejemplo: ¿Qué habría pasado si hubiera salido Modric y luego gana el Balón de Oro? La duda de si a aquel grupo le quedaba algo que exprimir la despejaron en una semana el Barça y el Ajax. Aunque se trata de algo más mental que físico, dicen. En cualquier caso, el plan de reconstrucción se ha puesto ahora en marcha sin miramientos, ni siquiera con el último Balón de Oro, que cumple 34 años en septiembre.
LA PLANTILLA DEL REAL MADRID
Fuente: elaboración propia. EL PAÍS
Pogba y Hazard
"Tenemos claro el diagnóstico. Zidane lo tiene claro. El club lo tiene claro. Van a venir muchos nuevos”, dicen en la rectoría. Aunque para los anuncios, como para liquidar oficialmente el curso, será necesario esperar. No todos han bajado el telón tan rápido. Las principales ligas europeas, el caladero, aún están pendientes de decidirse, dicen.
Más allá del tráfico de entradas y salidas de representantes de Valdebebas, las ruedas de prensa del entrenador dejan alguna pista. Mientras ha ido despejando nombres, Zidane sí se ha detenido a mostrar su aprecio futbolístico, e incluso personal, por Paul Pogba, del Manchester United, y por Eden Hazard, del Chelsea. Ninguno de los caminos a esas operaciones sería una novedad.
Con el francés, se produjeron contactos directos en el verano de 2016, cuando dejó la Juventus rumbo a la Premier. Con el belga, la atención ha sido mutua. Antes de alguna de sus negociaciones contractuales con el Chelsea, como en su ampliación de contrato en 2015 hasta 2020, según una fuente de los despachos del club blanco, el jugador les hizo llegar una consulta sobre su encaje en el Madrid. En aquel momento Cristiano tenía 29 años; Benzema, 27 y Bale, 25. Y estaban James e Isco. “No puedes traer a estos futbolistas para que no jueguen”, decía esa fuente.
Para que se incorporen “muchos nuevos” tendrán que ser muchos los que salgan. Desde el club aseguran que no existe aún una lista cerrada. “Los jugadores no saben nada. Los tiene que identificar Zidane. Son todos muy buenos, pero algunos tienen que recuperar la moral”, sostienen.
La esperanza Vinicius
Volviendo a las comparecencias del técnico, el que se encuentra de manera más nítida fuera de la lista de prescindibles es Benzema. Entre los veteranos, él y Ramos han sido los últimos resistentes del desfondamiento general. Entre los jóvenes, las primeras referencias de los gestores blancos son para Vinicius y el esperado Rodrygo, que cumplió 18 años en enero y cuya llegada se ha previsto para este 1 de julio.
Zidane también ha tenido palabras de cobertura para Marcelo, criticado después de la derrota del Madrid en Mestalla: “Marcelo es Marcelo y a mí me gusta cómo juega”, dijo. Ese respaldo no lo han encontrado otros futbolistas como Gareth Bale: “Veremos qué pasa la temporada que viene”, dijo del galés después de que el Bernabéu le pitara durante el partido contra el Eibar el sábado.
LOS CEDIDOS EN LA TEMPORADA 2018-2019
Fuente: elaboración propia. EL PAÍS
Ni siquiera Keylor Navas, el portero de las tres Champions, por quien frenó el fichaje de Kepa Arrizabalaga. Tras el partido contra el Valencia, el costarricense reconoció que no veía nada seguro: “Tengo contrato, pero si el míster me dice váyase, qué le voy a hacer”. Un par de días después lo único que dijo Zidane es que no quiere debate por la portería el próximo curso: “Será muy claro”.
El club ha pasado del reproche público a Lopetegui por no sacar partido a una plantilla con ocho candidatos al Balón de Oro, a ver imprescindible una profunda reconstrucción. El mando es consciente de que para los futbolistas no es sencillo competir sin títulos a la vista, pero apuntan: “Si se quieren ir, también tendrán que hacerlo bien para que se les vea”.
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