"La realidad siempre está atravesándolo todo, y uno reacciona desde lo artístico. Es eso de pinta tu aldea y pintarás el mundo', traducido a 'pinta tu tiempo y serás atemporal'. Con un disco, lo que estás tratando de hacer es pintar tu tiempo”.
Con su flamante Algo ritmos sobre la mesa, Kevin Johansen resume la idea del disco, el noveno de su trayectoria, que firma sin The Nada, la banda que lo acompañó durante 18 años. “Con este álbum aproveché para decirle a los muchachos que iba a probar con otra banda...”
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Todos los jueves.
-¿Los despediste? ¿Les vallaste el ingreso a la sala con un enrejado?
-¡Jaja! "¿Su nombre, por favor...?" No, fue super hablado, durante varios años. Hasta nos preguntamos si no estaría bien hacer un adiós al estilo de Los Chalchaleros, que durara unos cuantos años. Pero igual, The Nada va a seguir; si tenemos que tocar para un narcotraficante en el medio de la selva por un millón de dólares, vamos. Y en el disco, inclusive, están presentes. El Zurdo Roizner, Cheba Massolo, Andrés Reboratti, Juanma Alvarez...
Un entramado de volúmenes entre manos, y de ritmos en su cabeza. En su nuevo trabajo, Kevin Johansen vuelve a mixturar distintas influencias musicales. (Foto: Gentileza Prensa/Nora Lezano)
-Pero desperdigados por los temas.
-Sí. En varios de los últimos discos pasó lo mismo. En ese sentido, Mis Américas Vol. 1/4 y Algo ritmos son muy compañeros. Los dos fueron grabados entre Nueva York, Rio de Janeiro y Buenos Aires.
-¿Qué cambia entre grabar en un lugar o en el otro?
-Todo. El sonido, el timbre, las formas, el ritmo. Es todo muy diferente. Sobre todo, porque en el disco hay un 'homenaje' a Brasil y otro a Nueva York, y en cada lugar podés lograr el espíritu de lo que querés decir con respecto a ese sitio. Además, esos dos lugares tienen mucho en común con Buenos Aires.
-Nueva York es más porteña que Rio...
-Sí, mucho tano, judío, europeo... Adoquín y ciudad que se camina. Y Buenos Aires tiene eso. Venimos de los barcos, ¿no? Desde la música uno está siempre absorbiendo, aprendiendo y aprehendiendo de un montón de distintas fuentes. Me da mucha curiosidad la línea divisoria entre culturas y dónde está la trazada por mi historia personal. Lo mío, es 'the best of both worlds'. Parafraseando al maestro Facundo Cabral, yo soy de aquí y soy de allá.
-Pero Facundo decía que no era de ningún lugar.
-Generacionalmente vemos, con otros colegas, eso de derribar un poquito estas cuestiones. Y la metáfora de Brasil me parece interesante. Lala, mi mujer, que es bonaerense, de Azul, me decía que como fantasía tiene un futuro en una chacrita, con gallinas y ovejas. Y cuando me preguntó por la mía, le dije que para cuando llegue a los 70 quiero un bulo en Río para estar en bata, con un whisky y mirar la playa de Copacabana.
-¿Cuánto hace que estás en pareja?
-Vamos por los 15 años.
-¿Cómo se hace, con tu profesión?
-La profesión, con el advenimiento de los hijos, cambia. No te olvides que tengo dos de la primera administración, Miranda y Kim, que tienen 21 y 15, y Tom y Roy, que tienen 11 y 4. Antes, me iba de gira tres semanas o cuatro, feliz. Ahora no puedo estar fuera de casa más de una y media. No puedo. ¡Extraño mucho! Igual, con esta profesión, cuando estás, también estás mucho, los podés llevar a la escuela, traer, ir y venir...
-Estorbar...
-También, si no tenés cuidado. Pero yo encuentro mucho en la noche. Ahí, agarro la guitarra y pruebo. O me sentás como Homero, frente a la tele, y pienso, busco alguna idea mientras miro el noticiero o una peli.
-¿Cuesta mucho encontrar ideas después de mucho discos editados?
-Sí, porque uno quiere mostrar lo mejor. Para Algo ritmos algunas canciones ya estaban algo trabajadas. Y al mismo tiempo tenía el lindo desafío de qué quiero decir yo, desde acá, sobre estos cambios de paradigmas a nivel de género, sexual, de libertades individuales, políticos y sociales. Y después, la cuestión meramente artística. Porque es interesantísimo no poder controlar lo que tirás al aire, que es esto (agarra el CD), que a la gente le gustará, le encantará, o no. Eso pasa como con la canción Tú ve, de la cual quienes escuchan el disco me hablan muy bien.
-Será que aún no manejás el algoritmo que te permita saber por dónde ir.
-Bien, si uno lo piensa en la música latina lo que está invadiendolo todo es lo urbano. Es un fenómeno que está sucediendo. Reguetón, post reguetón, que es el trap. Y la otra cosa que está tocando el nervio de la gente en la música latina es lo retro. Natalia Lafourcade, Mon Laferte, el estilo de Amy en castellano. Y Tú ve tiene esa cosa medio doo-bop, los coros.
Sin demagogias. Kevin Johansen dice que tiene en cuenta los cambios de paradigma, pero que no sobreactúa. (Foto: Nora Lezano)
-¿Tomás en cuenta esos cambios de paradigma en lo que escribís?
-Si. pero sin caer en la demagogia. Además, me parece que es un capítulo que lo tienen que escribir las mujeres. Lo que puedo decir, es que les doy la bienvenida a esos cambios, y que los entiendo perfectamente. Y por supuesto que tiñen lo que uno dice. En Tú ve hablo del amor libre, del cambio respecto del compromiso en una pareja, de qué es eso de darle libertad al otro. A mí me llevó a pensar mi idea de pareja, del amor. No me llevó a un lugar negativo. Me desafía a arriesgar. Incluso me dio por el lado de plantearle a mi pareja que no quiero ser más celoso. Y no significa que la ame menos. Pero es algo que a mis 54, quiero abandonar. No quiero ser ni esclavo de eso, ni que la pareja sea esclava de los celos. No estoy diciendo que me voy a hacer el loco, o al revés. Es algo más mental. Uno puede tener un dialogo con la pareja, implícito, de decir: “Cuídate, querete, ojito, ojete…” Pero prefiero no enterarme. Obviamente, no te lo voy a prohibir, ni te voy a decir que soy lo último que tenés que tener en tu vida.
-¡Y lo único!
-(Risas) Me parece un poco omnipotente y pretencioso. Pero, cuando uno tiene cierta edad creo que uno abandona ciertos mecanismos de control. Y los celos nacen cuando uno siente que algo está fuera de su control.
-Más de un colega tuyo dice que con la cuestión de género en vilo tienen que tener más cuidado con cómo decir las cosas en una canción.
-Sí, pero eso no me recorta las posibilidades de escribir. Al contrario, me las amplía. Siempre fui muy abierto respecto al tema… El beneficio de haber tenido una madre soltera y feminista lo llevo como una bandera. Soy agradecido de haber tenido esa situación, porque mi vieja me hacía lavar los platos a la par de mi hermana menor, o más. Tuve una infancia muy aleccionadora en lo que tiene que ver con la igualdad entre la mujer y el hombre. Y tengo una cuestión de orgullo con respecto a mis hijas. Han ido a las marchas; la de 15 con la mochila y el pañuelo verde. Siento que cerró todo el círculo. Mi vieja venía de la escuela de monjas, de mis abuelos que eran relaburantes, y se convirtió en los EEUU en feminista, socialista, antiimperialista, atea… Y dio la vuelta. Lo que si podría decirte, con respecto al cambio del paradigma, es que está el peligro de que entren los puritanos. Una gran standapera gringa dio un ejemplo muy lindo de la diferencia entre el acoso y la seducción.
-Que sería…
-Dijo: “A mí me encanta que me seduzcan, que me digan cosas lindas. Cuál es la diferencia. Que al que acosa no le importa la empatía, no le importa la reacción del otro.” El acosador es un tractor que te pasa por arriba. La seducción viene de alguien a quien le importa tu reacción. Sabe cuando frenar. Y siempre tuve mucha conciencia de eso. Nunca fui un machirulo recalcitrante.
-En el disco hablás de un millonario que toma ron, solo en su mansión.
-Es una metáfora de Trump, que es que el va a haciendo un muro, hasta que la pared que mandó a hacer lo termina encerrando a él. Pero también hay temas como el de la belleza y el ego, eso de “mirá lo bien que me va, lo linda que estoy, el éxito que tengo”. La preponderancia del ego. A eso le respondo con que “la gente más linda es la que no sabe lo linda que es”. Que hay belleza en la imperfección, y a mí me gusta buscarla.
-La Argentina tiene bastante de imperfecta. ¿No te arrepentís de haber tomado hace mucho la decisión de venirte para acá, cuando ves lo que pasa?
-No. Por suerte tengo el beneficio de viajar, y todo es un quilombo. Obviamente, los ciclos de crisis acá son mas cortos, cada cinco o 10 años hay una. Pero a su vez rescato mucho el aguante que tiene la Argentina. Es impresionante. Fui criado por una madre docente, sin un mango pero con mucha cultura. Tipo familia de clase media 'Mafalda', sin siquiera el Citroën, pero rica en cultura. Y eso todavía el argentino lo tiene. Cada vez menos, pero lo tiene. Y si uno ve las opciones, en mi caso que soy medio gringo, de ir a Nueva York o a Los Angeles; ni en pedo. ¿Ir allá con mis hijos, teniendo el cagazo de que entre uno a asesinar a 20 pibes en una escuela pública, con ese tipo de locura que hay? Tengo hijos chicos, y la Argentina es un lugar lindo para criar pibes, todavía y a pesar de todo.
En constante búsqueda. La cuestión, para Johansen, pasa por encontrar nuevas ideas que mantengan "fieles a los fieles" y que despierten "al desprevenido". (Foto: Gentileza Prensa/Nora Lezano)
-¿Realmente pensás eso?
-Sí. Por supuesto que hay un montón de cosas que son un bajón. Y uno ve esa polarización, con muchos pobres, con cada vez más gente con acceso a nada. Y te preguntás cómo carajo puede ser eso. Pero, aunque no te des cuenta, nosotros nos besamos, nos abrazamos, y allá te miran y de cien "hi". Además, es mi madre tierra, la tierra de mi vieja, adonde llegué a los 11 y de donde me fui a los 26. Los primeros amores, las primeras decisiones vocacionales las tomé acá, por lo cual me siento profundamente argentino, a la vez que puedo criticar con amor un montón de cosas. Pero así y todo, digo que a la Argentina le han dado para que tenga, y que a pesar de eso no hay con qué darle. Gobierno tras gobierno de corruptos, “paremos de robar dos años”, “tenenos que robar menos”, esos comentarios nefastos que hubo y sigue habiendo. Y sin embargo, salimos.
Algo ritmos: Un disco sin "efectismos"
“Tengo el sueño de que mi canción perdure”
-Si hubiera sido por mí, habrían quedado 16 canciones, que es un montón. Quedaron 13, y también son muchas. Sé que me propasé una vez más, pero me gusta ser generoso. Pero uno lo piensa que la gente tiene tiempo para ver 20 capítulos de Game of Thrones...
-Pero no para escuchar un disco de punta a punta.
-¿Viste? ¿Por qué? Si dura 49 minutos, y Game of Thrones dura 200?
-Pero escuchar el disco exige una abstracción.
-Exige abtraerse. Es interesante. Por eso está el desafío de proponer ideas. Y de esa forma mantener fieles a los fieles, y a la vez despertar al desprevenido.
Así es la tapa de "Algo ritmos", el nuevo disco de Johansen, con fotografía de Nora Lezano y esculturas de Alois Kronschlaeger.
-¿Cuánto cuesta despertar la atención de los nuevos?
-Un montón. Más, si no querés ser efectista ni comercialón. Tengo el sueño de que mi canción perdure al menos unos 20 años. Entonces, el desafío es cómo tocar un nervio sin ser sensacionalista o provocador al pedo. Muchos caen en esa trampa.
-En Mis Américas tenías como invitado a Palito Ortega;en Algo ritmos a jorge Drexler. ¿Diferencias entre ellos?
-Yo los respeto a todos. Palito es una canción, un estribillo con patas. YJorge es un Caetano Veloso en español, que elucubra el espíritu ente lo cerebral y lo emocional. Jorge es el eequilibrio.
Cada cosa por su nombreEl puritanismo y la condena social
Con respecto a los cambios de ciertos paradigmas, Johansen advierte el peligro del rol que jueguen los puritanos. “De pronto pasa lo que se dio con la discusión en Hollywood, cuando salieron las francesas a decir: ‘Che, todo bien, pero pará; tener sexo está bueno. Es lindo. A mí me gusta seducir a un hombre, y que un hombre me seduzca.’”
Y en línea con esa mirada, el cantautor pone el ojo en los escraches mediáticos en serie contra algunos músicos. “No me gusta la persecución a pibes jóvenes, que tienen bandas y que se vieron en una situación de estar tocando, que una piba lo fuera a buscar, los dos dijeran ‘eh, qué bueno’, y se fueran a hacer algo por ahí’. No creo que haya que ponerle un dedo acusador a un pibe que por ahí está disfrutando de su sexualidad”, dice.
-O de su poder.
-A uno que está abusando de su poder, sí. Lo que digo es que no haya un maccartismo sexual. Hay a quienes se los ha encontrado responsables de maltrato y abuso. Entonces sí, bancatela. Pero hablo de la ambigüedad, donde hay un pibe que por una condena social no puede laburar más porque estuvo en un baño con una piba…