El sondeo, en el que han participado más de 8.000 personas en ocho países (Alemania, Francia, Italia, España, Polonia, Bélgica, Suecia y Hungría), refleja que la mayoría de ciudadanos teme más una nueva crisis migratoria que otra gran recesión en el continente. Más de un tercio de los europeos cree que la inmigración extracomunitaria es uno de los principales desafíos de la Unión Europea y solo el 14% aprueba la gestión de Bruselas durante los años de mayor presión migratoria (2015 y 2016).
¿Cuáles crees que serán los principales retos de la UE? (tres respuestas)
En % de encuestados
Fuente: LENA / YouGov. N. C. EL PAÍS
Además, la mitad de los encuestados estaría de acuerdo con que su país no acogiera ni un solo refugiado más de zonas en conflicto. El investigador de YouGov Peter Mannott cree que el debate público en muchos países ha provocado que en la mente de algunos europeos haya desaparecido la distinción entre inmigrante irregular y refugiado.
El rechazo al extranjero es más notable entre los mayores de 65 años y mucho menor entre los jóvenes. En general, también son los europeos de menor formación y con las rentas más bajas los más partidarios de que la UE cierre sus fronteras incluso a los más necesitados. Solo una cuarta parte tiene claro que su país debe seguir concediendo el estatuto de refugiado a quien cumpla con las condiciones reconocidas internacionalmente.
Sin embargo, hay profundas diferencias en la percepción del fenómeno migratorio entre los distintos países en los que se ha realizado la encuesta. En Italia —principal vía de entrada de inmigrantes irregulares a Europa en 2016 y 2017—, el 53% considera que sus autoridades no deben aceptar más refugiados de zonas de conflicto y solo el 5% sostiene con rotundidad que la inmigración es beneficiosa a nivel nacional.
¿Estas de acuerdo con esta afirmación?: “Mi país no debería acoger más refugiados de zonas de conflicto”
En % de encuestados
Fuente: LENA / YouGov. N. C. EL PAÍS
La habitual retórica antinmigración entre los gobernantes de Europa del Este también se refleja en los datos. Más del 60% de los húngaros cree que, además de incrementar el riesgo de ataques terroristas, la inmigración nunca puede ser beneficiosa para su país. Los polacos, por su parte, se muestran muy críticos con la posibilidad de que se inviertan fondos europeos en África para tratar de reducir el flujo migratorio a través del Mediterráneo.
En Suecia —el país que acoge más refugiados per cápita de toda la UE—, la población se muestra muy crítica con la gestión de las fronteras exteriores de la Unión y con la ineficacia del sistema de reparto de refugiados propuesto por la Comisión Europea en 2015. La mayoría de los suecos rechaza que su Gobierno siga aprobando demandas de asilo, aunque la mayoría considera que, en general, la inmigración regulada es positiva para un país.
A pesar de haber acogido a más de un millón de refugiados durante la crisis, son los alemanes los que se muestran más a favor (con un 41%) de que su Gobierno siga dando protección a las personas que sean capaces de documentar que su seguridad no está garantizada en sus países de origen. En Francia, donde el impacto de la crisis migratoria fue menor, los encuestados creen que la gestión medioambiental y la deuda pública de algunos Estados miembros son los asuntos más acuciantes para la institución comunitaria.
A diferencia del fenómeno migratorio, la protección del medio ambiente se ha convertido en una causa común para los europeos. Los ciudadanos de todos los países analizados creen que la lucha contra el cambio climático debe de ser una prioridad en la agenda europea. Todos la sitúan entre los tres principales retos. Hace un lustro, eran principalmente los escandinavos quienes lo consideraban un asunto clave.
Tal y como se ha visto durante los últimos meses en las calles de ciudades europeas como Londres, Berlín o Estocolmo, son los jóvenes quienes más demandan a sus gobernantes acciones rápidas y eficaces que garanticen un futuro sostenible. Los datos también señalan que, para la ciudadanía, tanto Bruselas como los distintos Gobiernos nacionales comparten la responsabilidad de luchar contra el calentamiento global.
Los europeos se muestran, sin embargo, claramente en contra de que la UE asuma más competencias en materias trascendentales como empleo, pensiones, sanidad o educación.
¿Estas de acuerdo con las siguientes afirmaciones?
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Fuente: LENA / YouGov. N. C. EL PAÍS
Por el contrario, sí avalan la transferencia a Bruselas de más competencias relacionadas con la seguridad y defensa, asunto que será clave para las próximas instituciones que salgan de las urnas del 26 de mayo. Una clara mayoría también defiende que la UE tenga una política exterior independiente y aprueba la creación de un ejército común (en torno a un 47% frente un 21% de rechazo). En Francia —que cuenta con decenas de miles de soldados desplegados en operaciones en el exterior—, solo el 14% se opone al ambicioso proyecto comunitario en el plano militar.
Es en Suecia, el único de los países analizados que no forma parte de la OTAN, donde el apoyo a un ejército común es menor (38% a favor frente a 25% en contra). En Hungría también se aprecian más dudas en torno a la creación de un ente militar europeo. Además, sus ciudadanos se muestran los más nacionalistas. Tres de cada cuatro se siente más identificado como húngaro que como europeo o ciudadano de su región o localidad. En Alemania, sin embargo, solo el 45% señala la identidad nacional y casi un tercio prefiere la europea.
En materia de seguridad también destaca que la mitad de los europeos no cree que EE UU sea un socio de confianza. Desde YouGov señalan que esta tendencia se ha venido observando desde que Donald Trump llegó al poder hace dos años. Solo uno de cada diez alemanes estima que Washington es todavía un aliado incondicional para la UE. Además, la mayoría de polacos y suecos creen que Rusia es una amenaza para la seguridad europea, una percepción que se refleja con mucha menor intensidad en Hungría o Italia.
¿Crees que pertenecer a la UE es bueno para tu país?
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Ficha técnica. Muestra: 8.021 entrevistas online. Cuotas por país, sexo, edad, nivel educativo e ingresos. Error muestral: +– 1,4-3,1%. Realización: del 16 al 29 de abril de 2019.
Fuente: LENA / YouGov. N. CATALÁN EL PAÍS
Otra de las conclusiones significativas que se extrae de la encuesta es que una amplia mayoría de los europeos cree que la adhesión de su país al bloque comunitario ha sido beneficiosa. La imagen positiva de la Unión predomina en los ocho países analizados.
A pesar de las llamadas de atención de Bruselas a Varsovia y Budapest por la deriva autoritaria de sus gobernantes, solo en torno al 10% de los polacos y húngaros cree que la entrada al bloque europeo en 2004 ha sido perjudicial para su país.
Entre los socios clásicos, los alemanes son los que tienen una visión más positiva de la UE (un 70%). El índice de aprobación es menor en Francia (51%) y es en Suecia donde se aprecia un mayor porcentaje de eurófobos (25%) frente a la media europea (15%).
La encuesta también refleja que esta postura a favor de la Unión Europea es predominante entre los ciudadanos de mayor formación educativa.
Los alemanes, junto a los españoles, son también los más optimistas respecto al futuro de la institución comunitaria. En torno al 75% cree que la UE seguirá existiendo dentro de 10 años, cifra que entre los belgas y franceses se reduce al 60%.
La confianza de los ciudadanos europeos en la UE se desplomó entre 2007 y 2014, según datos del Eurobarómetro. La imagen favorable cayó 26 puntos porcentuales en siete años (del 57% al 31%). La tendencia comenzó a revertirse a partir de 2015 y en los años siguientes se ha consolidado la recuperación.