No era una broma. Tampoco una actuación. Mucho menos una puesta en escena en la cual los espectadores quedaron petrificados. Aquella noche del jueves 11, las risas fueron llanto, sorpresa y angustia.
Lo que ocurrió en The Atic Bar, un pub de la localidad inglesa de Bicester, se transformó en el último acto del célebre standupero Ian Cognito.
Mirá también
Newsletters Clarín Lo más leído del día | Enterate de que se habló hoy para no quedarte afuera del mundo
De lunes a viernes por la tarde.
¿Qué sucedió? Víctima de un paro cardíaco, el comediante británico de 60 años murió, literalmente, sobre el escenario.
Paul Barbieri, su verdadero nombre, fue comparado con artistas de la talla de Lenny Bruce, Bill Hicks y Jerry Sadowitz. Y si había un tema con el que bromeaba, era con la muerte a la cual le dedicó, vaya triste coincidencia, su última chanza.
Cognito lanzó una trágica profecía ante su público: les preguntó qué ocurriría si sufría un derrame cerebral en plena presentación. “Me imagino sufriendo un ataque y despertándome hablando en galés”, bromeó con su verba filosa.
Pero aquellas palabras fueron la antesala para algo terrible. A los pocos minutos de esa broma, Ian comenzó a sentir que se desvanecía, no hacía pie y tuvo que sentarse con dificultad en una silla, donde quedó inmóvil. El público pensó que eso era parte de la broma y siguió riéndose.
Mirá también
Pero algo estaba mal, muy mal. Entonces, dos enfermeras -que presenciaban el show y estaban fuera de servicio junto a un oficial de policía- lo socorrieron y comenzaron a practicarle RCP (reanimación cardiopulmonar) al mismo tiempo que se llamó a una ambulancia.
Según los servicios médicos, falleció sobre el escenario mientras el público atónito no podía creer lo que estaba viendo. “Salimos sintiéndonos muy enfermos, nos quedamos sentados allí durante cinco minutos observándolo, riéndonos de él”, declaró uno de los espectadores.
Las condolencias y homenajes de parte del mundo humorístico no tardaron en hacerse presentes en las redes sociales.