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Tensión en Caracas durante las movilizaciones convocadas por chavistas y opositores Manifestación contra Maduro, este miércoles en Caracas. FEDERICO PARRA AFP
Juan Guaidó no se ha resignado y trata de aumentar la presión contra Nicolás Maduro para provocar una quiebra del régimen chavista en Venezuela. Pese a que la liberación del dirigente opositor Leopoldo López no consiguiera el martes un levantamiento decisivo de la población ni una fractura de los estamentos militares, el presidente de la Asamblea Nacional está decidido a mantener el pulso en la calle de forma indefinida. Este miércoles ha vuelto a llamar a sus seguidores a movilizarse, mientras el oficialismo pretende contrarrestar las protestas de la oposición con una marcha convocada con ocasión del Día del trabajador. "Le pido hoy a toda Venezuela, y sé que hemos dado mucho, hasta la vida. Pedir más a veces es injusto. Pero se lo pido porque siempre he dado la cara. Mientras mantengamos la presión en las calles, estaremos más cerca", afirmó desde la urbanización caraqueña de El Marqués.
Miles de personas se concentraron a partir de media mañana en la plaza de Altamira, símbolo de las manifestaciones antichavistas, y en otros puntos del este de la capital. La tensión se disparó en las proximidades de la base aérea de La Carlota con lanzamiento de gases lacrimógenos. Fue allí donde Guaidó anunció por sorpresa la liberación de López, que en cuestión de horas pasó de su arresto domiciliario a refugiarse en la embajada de España en Caracas. Esa operación, que fue posible con el apoyo de un grupo de uniformados y sectores del Servicio Bolivariano de Inteligencia (Sebin), tenía que ser determinante para desencadenar una rebelión de las Fuerzas Armadas y una renuncia de Maduro. Sin embargo, el golpe de efecto acabó al final del día con enfrentamientos y episodios de represión.
El jefe del Parlamento, reconocido como presidente interino por más de 50 países encabezados por Estados Unidos, apeló al hartazgo de millones de venezolanos, asfixiado por una insoportable crisis económica y una hiperinflación sin freno. "Reconocemos el valor del trabajo digno, que les permita bienestar y progreso. Hoy sabemos que no hay sueldo que alcance, que se ignoran sus derechos y logros", manifestó en las redes sociales antes del comienzo de las marchas "Los acompañamos en sus exigencias. ¡Nos vemos en la calle!", enfatizó. "Les juro que lo vamos a lograr, claro que sí se puede, seguiremos recorriendo los puntos de concentración, fuerza Venezuela", dijo después ante una multitud de seguidores.
Guaidó cree que, pese a que las cientos de deserciones de militares tengan por el momento momento carácter simbólico, que Maduro no tiene el respaldo de las Fuerzas Armadas. "Hoy es un día histórico para el país en este inicio de la fase definitiva de la Operación Libertad para el cese de la usurpación. Hemos visto que la presión, que la protesta genera resultados", afirmó en un mensaje en vídeo difundido la noche del martes.
Poco después compareció el sucesor de Hugo Chávez, flanqueado por el ministro de Defensa, Vladimir Padrino, y el jefe de la Asamblea Nacional Constituyente, Diosdado Cabello. El pronunciamiento del mandatario no tuvo consecuencias inmediatas. Advirtió de que "no puede haber impunidad". "Tiene que haber justicia para que haya paz", consideró. Exigió lealtad absoluta a los uniformados, aseguró que la mayoría de los militares que respaldaron la acción de Guaidó lo hicieron bajo engaño y que los que no le abandonaron a lo largo de la mañana ya están siendo investigados por la Fiscalía. Arremetió contra Guaidó y López con varias descalificaciones, aunque no les amenazó abiertamente. De alguna manera, trató de exhibir la unidad del chavismo y aparentar una normal separación de poderes, a pesar de que la justicia siga bajo la influencia del gobernante Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV).