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El expresidente también perderá el derecho a secretaria, coche y tarjeta corporativa, aunque mantendrá la seguridad Francisco González sale del coche del BBVA al llegar a la Audiencia Nacional el pasado mes de abril. Jaime Villanueva
Francisco González se ha tomado con calma su salida del BBVA. Y su sucesor, Carlos Torres, tampoco le ha presionado para que se vaya pronto. González dimitió “temporalmente” como presidente de honor el 14 de marzo por su posible implicación en el caso Villarejo y ahora, mes y medio después, ha abandonado su despacho madrileño en la sede de la Fundación BBVA. Ya no tendrá derecho a secretaria, coche ni tarjeta corporativa. Solo mantendrá la seguridad, como otros expresidentes del BBVA.
En mayo de 1996, hace 23 años, González entró por primera vez en el Palacio del Marqués de Salamanca, en el madrileño Paseo de Recoletos, como presidente de Argentaria, gracias al apoyo del Partido Popular. El 30 de abril pasado se despidió definitivamente de la sede de la Fundación BBVA, a donde acudía casi a diario.
A la vez ha perdido las prerrogativas de su presidencia de honor, un cargo que había dejado el 14 de marzo, un día antes de la junta de accionistas del banco. Ya no tendrá derecho a secretaria, coche y tarjeta corporativa. Fuentes del mercado afirmaron que González pidió utilizar el avión privado del BBVA mientras era presidente de honor. Desde la entidad negaron que lo llegara a disfrutar.
Tras la dimisión, el BBVA justificó que pudiera seguir utilizando los recursos del banco durante un tiempo porque se había acordado que tuviera una “salida ordenada” de su despacho. Sin embargo, pasó un mes y seguía todo igual lo que provocó algunas críticas que, bajo el anonimato, cuestionan esta situación. “La capacidad de González para encontrar un despacho en Madrid es enorme, dado su nivel económico y sus relaciones. No es una persona que llene de documentos y libros las estanterías por lo que el cambio podría ser rápido. Tampoco es una cuestión de ahorro de costes. Parece más que no quería renunciar a lo que supone seguir bajo el paraguas del BBVA y, además, ha decidido marcar él los tiempos y no el banco”, apunta un exdirectivo.
Contratación de Baker & McKenzie
Fuentes del mercado añaden que la situación no ha sido cómoda para Torres, nombrado consejero delegado por González, dada la personalidad del exejecutivo. Torres no ha ocultado que cree en la inocencia de González en el caso Villarejo.
El exbanquero tiene asuntos relevantes de los que ocuparse en su futuro despacho. De hecho, ha contratado al despacho Baker & McKenzie (que fue presidido por su amigo Manuel Pizarro), para su defensa en el caso Villarejo, que ya está abierto en la Audiencia Nacional.
El abogado que le llevará el caso será el letrado Jesús Santos, socio director, según publicó El Confidencial. Santos ha llevado la defensa del exvicepresidente del Gobierno y expresidente de Bankia, Rodrigo Rato, en el caso Bankia y el asesoramiento al expresidente Mariano Rajoy en la trama Gürtel. En 2013, en plena investigación del caso Bárcenas, el PP ya contó con el asesoramiento del despacho de abogados Baker & McKenzie y el propio Jesús Santos.
La marcha temporal de González evitó una dimisión definitiva que hubiera supuesto asumir la culpabilidad en el caso Villarejo. Sin embargo, su vuelta depende de que Torres y el consejo del banco le vuelvan a nombrar, algo que ahora parece impensable.