Sin duda, el pianista Ernesto Jodos es uno de los artistas que brillan en la escena del jazz, un músico referente del género tanto por su calidad interpretativa como por sus composiciones de una audaz prestancia artística. Jodos presentará su nuevo disco, La mirada detenida, este domingo 21 de abril, a las 19, en La Usina del Arte.
Sobre su música, señala “En el disco no grabamos temas que nos guste tocar, porque preferí darle una dirección más exigente. Creo que la exigencia levanta mucho la energía en la música. Siempre es una posibilidad hacer música que cueste un poco para darle mayor intensidad. Hay grandes maestros que pueden hacer música muy simple y hacer que suene intensa, pero a mi no me sale”, dice el pianista durante la charla con Clarín.
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-¿Esto es siempre así en tu música?
-Hoy es así. Mantenernos lo más despiertos posible. Para este disco busqué esa sensación de vértigo. Tampoco es que la música sea tremendamente difícil. Además descubrí que hay músicos que escriben con un pelín de molestia en busca de generar esta intensidad. En realidad, es en busca de superar nuestros propios límites.
-¿Lo viviste con algún músico?
-La más clara de estas experiencias fue tocar la música del saxo alto Tim Berne. Las veces que la he tocado entendí que ese era el propósito (lo llegué a hablar con él). Era una situación buscada, y aunque la música de Berne no es difícil frente a otras propuestas que son muy complejas hay que estudiarla. Compleja pero tocable, esa es la idea.
La mirada detenida, editado por el sello rosarino Blue Art, es el duodécimo disco del pianista, uno de los músicos que surgió de una atmósfera cargada de creatividad como sucedió en Buenos Aires a fines de los noventa en la escena del jazz. Veinte años atrás grababa su primer disco Ernesto Jodos Sexteto, con música original y comenzaba su camino como referente del jazz local.
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-¿Te genera alguna responsabilidad ser un referente del jazz desde hace 20 años?
No soy consciente de esta situación; no siento esa responsabilidad, me alcanza con mi propia obsesión a la hora de hacer música. Ahora, en perspectiva creo que el jazz en estos veinte años ha mantenido un camino sin interrupciones, sin altibajos marcados. Como docente puedo decirte que quizás escuche en la música de colegas más jóvenes cierta influencia que la considero más generacional que personal.
Jodos es uno de los músicos que encabezó esa ola de compositores en el jazz local y aunque antes los había, no tenían tanta continuidad. “Por aquella época no era muy conocida la actividad de los músicos de jazz como compositores y junto con otros colegas como Hernán Merlo, el Quinteto Urbano y otros, comenzamos a componer bastante y se creó un público amplio con gente que quería escuchar música original. Se alcanzó un pico, y hoy bajó. Hoy es más difícil poder mostrar música original y parece que hay una buena parte del público que no quiere escuchar eso. Casi te diría que estamos como cuando empezamos (Se ríe), o quizás estamos recorriendo un espiral”, conjetura el pianista.
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-¿Por qué no siguió creciendo este mercado?
-Creo que estamos en un ciclo neoconservador en la música y en todo, muy parecido al de los años '80. En aquel momento se buscaba de alguna forma, con el neoclasicismo en el jazz, correrse de la fusión. Aunque no todos hicieron ese camino, por supuesto.
-Veinte años de composiciones. ¿Cómo eras y cómo sos hoy?
-Cuando comencé a escribir la música del sexteto y de Cambio de Celda (su siguiente grupo, en trío) estaba en la búsqueda de un sonido que me llevase hacia otros lugares; que aprendiéramos a tocar a partir de esas composiciones, que nos enseñara a tocar algo distinto, y eso con el tiempo bajó un poco. Hubo épocas en que no tenía esa ambición. Quería sólo escribir algo que me guste, y otra vez sucedió lo primero y después lo segundo. En este disco traté de escribir música que nos haga tocar de otra forma. Y no puede decirte a qué responden estos ciclos.
Músico de una postura artística amplia, Jodos lidera un cuarteto con Inti Sabev en clarinete, Maxi Kirszner en contrabajo y Carto Brandán en batería, un grupo que integra dos generaciones y un espíritu de integración interesante. “Quería tocar con Brandán y llamé a dos jóvenes como Maxi e Inti, uno de los pocos clarinetistas que hacen jazz. Trabajamos un repertorio amplio, con temas de Monk y de Andrew Hill, incluso. Quería un grupo al que pudiese pedirle un alto nivel de exigencia; son tres personas que están dispuestos a viajar así: parados”, señaló el artista.
Tras su concierto en la Usina, el cuarteto de Jodos se presentará el 24 y el 31 de mayo, en Thelonious y el 25 de mayo, en el Parque España, de Rosario.
Jodos Cuarteto presentará La mirada detenida el domingo, a las 19, en la Sala de Cámara de la Usina del Arte, Caffarena 1.