Madonna vive en Lisboa desde hace un año y medio, pero su paso por la capital portuguesa podría estar finalizando: la diva del pop está metida en una polémica que ha colmado la paciencia de los locales. ¿Qué hizo?
Grabó un video, Indian Summer, un adelanto del que será su nuevo disco, para el que alquiló un palacete del siglo XIX llamado Quinta Nova da Assunção. ¿Y? Nada, que la cantante eligió un “edificio histórico”. Que trató de meter un caballo dentro del palacio y lo pensaba a hacer sin permiso. Cuando las autoridades se enteraron, pusieron el grito en el cielo: no se permiten equinos cerca de los sillones Luis XV, fue la orden.
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“Madonna es una artista, pero el palacio es de todos y no dejaremos que sea dañado”, señaló el alcalde que, parafraseando a Los Beatles, remató: “Hay cosas que el dinero no puede pagar”.
Madonna, que cuando vino de visita a la Argentina casi se compra el pueblo de Uribelarrea, no podía creer semejante desplante: “¡Yo he dado tanto a este país y cuando pido que me hagan un simple favor para mostrar Portugal al mundo, me responden con un no rotundo...”.
Mientras se supone que ya desmontó el placard, se la agarró con su manager: “Todo esto es culpa tuya. Vos me convenciste de que me mudara aquí”. Desde su llegada a Portugal, la diva fue tratada como una reina y hasta unos de sus hijos, David Banda -el que quiere ser como Cristiano Ronaldo- encontró la posibilidad de jugar en el Benfica.
Pero la relación se rompió y los portugueses quieren volver a la calma en el lugar de Fernando Pessoa.