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El presidente del club, Florentino Pérez, y la alcaldesa de la ciudad, Manuela Carmena, presentan el comienzo de un proyecto de 525 millones de euros
Imagen del futuro estadio Bernabéu. VÍDEO: EPV/AS
Más de siete años después de empezar a dar los primeros pasos administrativos para remodelar el estadio Santiago Bernabéu, el presidente del Real Madrid, Florentino Pérez, y la alcaldesa de la capital, Manuela Carmena, comparecieron juntos este martes por la mañana en el palco de honor del recinto para explicar que ya no son necesarios más trámites. El Consistorio otorgó al club la licencia de obras el pasado 27 de marzo y las máquinas empezarán a trabajar en breve en una remodelación que se alargará al menos tres años y medio, durante los cuales el estadio seguirá funcionando. "Será el gran estadio del futuro, el mejor del mundo. Nuestro futuro pasa por el nuevo estadio, es lo que marcará nuestro destino", ha explicado Florentino Pérez.
No es la primera vez que se anuncia el comienzo de los trabajos. Cuando en enero de 2014 el Real Madrid encargó la remodelación al estudio de arquitectos alemán GMP Architekten en colaboración con el catalán L35-Ribas, el presidente de la casa blanca dijo que empezarían ese mismo verano de 2014.
La de la mañana de este martes tampoco es la primera vez que Pérez y Carmena han aparecido juntos para dar noticias del nuevo estadio. Ya comparecieron ambos el 16 de octubre de 2016 para presentar el plan especial que había aprobado el Ayuntamiento y que permitía la reforma, después de que la justicia hubiera anulado en febrero de 2015 la autorización anterior. La vía libre la había dado en noviembre de 2011 el Ayuntamiento de Alberto Ruiz Gallardón (PP) a través de una modificación del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU), anulada por el Tribunal Superior de Justicia de Madrid.
Nada hace temer que esta vez no sea la definitiva para el comienzo de unos trabajos que aumentarán la altura del estadio en 12 metros para poder dotarlo de una cubierta retráctil capaz de cubrir totalmente un recinto inaugurado en 1947 y cuya capacidad de 81.044 espectadores no variará. El estadio se envolverá con una capa asimétrica de acero inoxidable e incorporará nuevos espacios comerciales que permitirán al club ingresar unos 150 millones de euros anuales extra, según la estimación que hizo Florentino Pérez el pasado septiembre en la asamblea general de socios compromisarios.
Ese día, los socios aprobaron con un 92% que el club pudiera endeudarse hasta un máximo de 575 millones de euros para la ejecución de una reforma presupuestada en 525 millones. Florentino Pérez explicó que el coste de la financiación de las obras estaría en torno a los 25 millones de euros, en un máximo de 35 años a un tipo de interés fijo. El presidente blanco dijo que el contexto actual de bajos tipos constituía "una oportunidad que no se debe desaprovechar".
De este modo, el club afronta la operación sin necesidad de recurrir a un patrocinio, algo con lo que ya contó y que se desvaneció. En octubre de 2014, International Petroleum Investment Company (IPIC), la empresa del Gobierno de Abu Dabi propietaria de Cepsa, firmó un acuerdo con el Real Madrid para aportar 400 millones de euros a cambio de añadir un apellido al nombre del estadio. Sin embargo, IPIC rompió el acuerdo en noviembre de 2017, después de los continuos retrasos y modificaciones en el proyecto.
El laberinto administrativo y judicial que ha atravesado el nuevo Bernabéu en estos últimos siete años ha supuesto también que el coste estimado haya aumentado un 31%, de los 400 millones de euros iniciales a los 525. En eso se incluyen no solo los trabajos en el propio recinto, sino las modificaciones necesarias en el entorno urbano, lo que ha añadido complejidad a las licencias y autorizaciones requeridas. Frente al estadio en la zona que da al paseo de la Castellana, cuando terminen los trabajos, habrá una gran plaza pública de unos 20.000 metros cuadrados, que sustituirá al aparcamiento y los viales secundarios, cubierta en parte por una cubierta volante de 21 metros de anchura.
La otra zona del exterior que más cambios verá es la conocida ahora como Esquina del Bernabéu, un pequeño centro comercial, cuyos establecimientos ya se están vaciando y que desaparecerá. En su lugar, quedará una plaza pública de unos 5.500 metros cuadrados, cuyos trabajos pagará también el club.
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