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El régimen argelino otorga la jefatura de Estado durante tres meses a Abdelkáder Bensalá, miembro del clan Buteflika El presidente de Senado argelino, Abdelkader Bensalá (centro), a su llegada al Palacio de Naciones, este martes en Argel. RYAD KRAMDI AFP
Las dos cámaras del Congreso argelino se reunieron esta mañana en Argel para elegir como presidente interino a Abdelkader Bensalá, quien ha ejercido como presidente del Senado durante 17 años. Bensalá ejercerá la presidencia de forma interina durante tres meses, tal como establece el artículo 102 de la Constitución. Cientos de miles de argelinos se manifestaron el pasado viernes contra esta solución, que parece estar avalada por el hombre fuerte del país, el jefe del Estado Mayor, Ahmed Gaid Salah, de 79 años.
Bensalá es un miembro del clan de Abdelaziz Buteflika, el presidente de 82 años que dimitió el martes 2 de abril. Las manifestaciones iniciadas el 22 de febrero por la sociedad civil para expulsar a los miembros de un sistema corrupto, endogámico y opaco solo han logrado hasta el momento la dimisión de Buteflika. Pero la maquinaria del régimen sigue siendo la misma.
Bensalá es un antiguo periodista de un diario estatal, nació hace 77 años y es miembro del Reagrupamiento Nacional Democrático (RND), una de las grandes formaciones del régimen, junto al Frente de Liberación Nacional (FLN). Bensalá fue un ardiente defensor de la reforma de la Constitución que emprendió Buteflika en 2008 para poder optar a la presidencia de forma indefinida, más allá del límite establecido hasta entonces de dos mandatos. Se caracteriza por un lenguaje político vacío.
Mientras Bensalá resultaba elegido en la calle, como cada martes, miles de jóvenes se manifestaban en las principales ciudades del país. Esta vez, el lema era muy claro: “Fuera Bensalá”. Los policías utilizaron cañones de agua para dispersarlos. Hasta ahora, la inmensa mayoría de las manifestaciones han sido pacíficas. Pero la decisión de nombrar a Bensalá como presidente interino es vista por muchos internautas como una “provocación”.
El viernes 5 de abril, cientos de miles de argelinos reclamaron que se fueran “las tres B”: Una B es la de Nordín Bedoui, de 59 años, primer ministro nombrado por Buteflika en marzo. Otra es la del presidente del Consejo Constitucional, Tayez Belaiz, un jurista de 71 años que ha permanecido fiel a Buteflika hasta su dimisión. Y la tercera es la de Bensalá. Todos ellos siguen en sus puestos. Y todos desempeñarán un papel determinante en la organización de nuevas elecciones presidenciales. La calle cree que cualquier elección gestionada por las tres B solo puede traducirse en la permanencia del régimen.