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La televisión estatal informa de un inminente anuncio por parte de las Fuerzas Armadas Decenas de personas han participado en una protesta este martes exigiendo la salida del presidente sudanés, Omar al-Bashir, en Jartum. STRINGER EFE
El Ejército de Sudán se ha desplegado este jueves en torno a la sede del Ministerio de Defensa y en carreteras y puentes clave de Jartum a primera hora de la mañana, en un momento en el que miles de manifestantes siguen protestando contra el presidente del país, Omar Hasán al Bashir, según ha podido comprobar Reuters.
Minutos antes, la cadena de televisión estatal ha informado de que las Fuerzas Armadas harán un anuncio importante en breve, en medio de las especulaciones sobre un intento de golpe de Estado para derrocar a Al Bashir tras meses de protestas en su contra.
"Las Fuerzas Armadas harán una declaración importante en breve. Estén atentos", ha explicado la cadena de televisión estatal sudanesa, sin aportar más detalles. El Ejército y las fuerzas de seguridad se han desplegado en torno a la sede del Ministerio de Defensa y en las principales carreteras y puentes de Jartum en un momento en el que miles de personas se están incorporando a la protesta que se mantiene desde hace días ante la sede del Ministerio de Defensa, según ha podido constatar un testigo de Reuters. En la sentada ante el Ministerio de Defensa en Jartum, los manifestantes están coreando "¡Ha caído, hemos ganado!!.
La cadena de televisión Al Arabiya ha informado de que el presidente del país, Omar Hasán al Bashir, habría presentado la dimisión y ha señalado que varios altos cargos han sido arrestados, incluidos el ministro de Defensa, aunque no hay confirmación oficial al respecto.
La cadena de televisión y la radio estatal han puesto música patriótica, un gesto que ha recordado a los sudaneses de mayor edad anteriores golpes militares en momentos de revuelta civil en el país africano.
Al Bashir, un exparacaidista que se hizo con el poder mediante un golpe de Estado en 1989, ha sido una figura que ha generado división por su forma de abordar las sucesivas crisis internas y por su enfrentamiento con Occidente.
Sudán ha sufrido largos periodos de aislamiento desde 1993, cuando Estados Unidos incorporó a Sudán a su lista de países patrocinadores del terrorismo por dar refugio a terroristas islamistas. Al Bashir está imputado por Tribunal Penal Internacional por cargos de genocidio en la región sudanesa de Darfur durante la campaña contra la insurgencia que comenzó en 2003.
La última crisis llegó el fin de semana a su punto más álgido, cuando miles de manifestantes comenzaron a acampar ante el Ministerio de Defensa, en el centro de Jartum, donde está situada la residencia de Al Bashir. El martes se registraron enfrentamientos entre miltares que protegían a los manifestantes y agentes de seguridad y de Inteligencia que intentaron disolver la protesta. Los enfrentamientos dejaron once muertos, incluidos seis militares, según informó el Gobierno.
Desde el 19 de diciembre, Sudán se ha visto marcado por las continuas protestas contra el presidente por el intento del Gobierno de subir el precio del pan y por la grave crisis económica, que ha derivado en escasez de combustible y de dinero en efectivo.
La oposición ha pedido a las Fuerzas Armadas que ayuden a negociar para poner fin a las casi tres décadas de mandato de Al Bashir y para comenzar una transición a la democracia.