El Gobierno regional murciano acaba de presentar el Brexam, una herramienta para que los empresarios puedan diagnosticar su grado de exposición a una enfermedad que se extiende por la economía de todo el continente: la salida del Reino Unido de la Unión Europea. Con el Brexam, los exportadores de la región estudiarán su grado de madurez, sus fortalezas y debilidades ante los distintos escenarios del Brexit. Este es solo un ejemplo de cómo el mundo de los negocios español se está preparando para unas vibraciones que amenazan con convertirse en un terremoto.
La llegada de Boris Johnson a Downing Street —con su discurso duro de que el próximo 31 de octubre su país estará fuera de la Unión, sea como sea y sin importar a qué precio— ha redoblado los temores a un Brexit sin acuerdo para el que nadie está preparado. La reacción de los mercados ha sido una buena muestra de ello: el efecto Boris tumbó la libra, que ha perdido esta semana un 0,6%, hasta los 1,09 euros, cada vez más cerca de la paridad. Las Bolsas de toda Europa, especialmente la española, temblaron el martes.
No es de extrañar esta reacción. Reino Unido es el principal mercado para las exportaciones españolas de bienes y servicios, que el año pasado ascendieron a casi 39.000 millones de euros. España recibió el año pasado casi 19 millones de turistas británicos, de lejos el primer mercado emisor. Y exporta allí unos 300.000 vehículos.
Empresas como Iberia han unido su destino a British Airways a través de la fusionada IAG, que el viernes, en su presentación de resultados, insistió en que las aerolíneas han aprobado planes de contingencia para afrontar un posible Brexit sin acuerdo. El 11% del beneficio del Santander procedió en el primer semestre del mercado británico. Inditex dispone de 109 tiendas en las islas... El listado de lazos hispanobritánicos es interminable.
“España está en primera línea de fuego. La vinculación de nuestras empresas hace que seamos de los países más expuestos”, explica Santiago Carbó, director de Estudios Financieros de Funcas. “El impacto de un Brexit duro sería muy negativo no solo en el comercio exterior, sino sobre las empresas muy expuestas al Reino Unido. No hay más que ver la evolución en Bolsa de los últimos días”, añade el catedrático de Análisis Económico Joaquín Maudos.
El Gobierno español, que en marzo aprobó un real decreto para contrarrestar los efectos de un adiós británico sin acuerdo, ya se está preparando para lo peor. En puertos como Santander o Bilbao se ha reforzado el número de inspectores y agentes aduaneros por el riesgo de que, de un día para otro, Reino Unido se convierta en un país tercero, sin mayor ventaja que la de ser miembro de la OMC, lo que implicaría un arancel medio cercano al 7%.
Pero, como reconoce el director general de Política Comercial, José Luis Káiser, es imposible tenerlo todo previsto. “Si los británicos salen de la UE sin acuerdo, los efectos serán inmediatos. Todos los camiones que crucen la frontera tendrán que ser inspeccionados. No puede saberse con antelación cuánto se tardaría. Cada minuto adicional tendría importantes costes”, asegura el alto cargo del Ministerio de Industria y Comercio.
El Banco de España, sin embargo, relativizaba los efectos del Brexit para el tejido empresarial español. “El impacto negativo puede estar amortiguado por la diversificación geográfica de los actuales exportadores e importadores y por sus niveles de eficiencia”, aseguraban sus economistas en un artículo publicado el año pasado.
Los sectores de automoción y agroalimentario, en torno a la mitad de las exportaciones al Reino Unido, prometen ser los más afectados. El del automóvil, de hecho, ya lo ha sido. Desde 2015, el año anterior al referéndum en el que venció por la mínima el leave, las exportaciones de coches han caído un 20%. El golpe es muy importante ya que procede del tercer mercado para el sector, después del francés y el alemán.
Independientemente de lo que acabe ocurriendo con el Brexit, la devaluación de la libra y la incertidumbre económica ya han dañado al automóvil español. Arancha Mur, de la patronal de fabricantes Anfac, calcula que el golpe ronda los 700 millones de euros, no solo por la caída de ventas de vehículos al exterior, sino también por el efecto en el importante mercado de los componentes.
No son solo los coches. Las cifras globales de intercambios comerciales entre los dos países también muestran esta ralentización. Las exportaciones de bienes alcanzaron su techo en 2016 al superar los 20.000 millones, y cayeron al año siguiente casi un 7%. En 2018 se recuperaron un 1,3%, hasta los casi 19.000 millones. Algunos expertos explican esta ligera mejoría por el efecto almacenamiento, el provocado por el deseo de los importadores británicos de provisionarse antes de dar el salto al vacío que supone irse de la UE a las bravas.
Tres años después del referéndum nadie sabe a ciencia cierta cuándo, cómo o incluso si el Reino Unido acabará yéndose de la UE. Pero tres años de debate monotemático han tenido efectos en la inversión, que teme sobre todas las cosas a la incertidumbre. Miguel Otero, investigador del Instituto Elcano, es de los que sigue creyendo que el Brexit jamás se producirá. Y que si ocurre sin un acuerdo, la disrupción en los mercados sería tal que el país se vería obligado a negociar in extremis para evitar el pánico. “En menos de 48 horas, Johnson estaría en Bruselas para cerrar un acuerdo. Con las Bolsas desplomándose, colas de camiones, vuelos sin salir… La presión sería demasiado fuerte para negarse”, concluye.
Reino Unido es el país que más viajeros envía a España. En junio, la cifra cayó un 5%, aunque esto también se debe al auge de destinos como Turquía o Egipto. Pero hay temor a que un Brexit duro erosione más las llegadas.
La posibilidad creciente de una salida del Reino Unido de la UE ha cogido al sector desprevenido. “La probabilidad de ello era prácticamente cero en abril, cuando elaboramos nuestras últimas previsiones. Con el triunfo de Johnson es algo que está en el horizonte. Pero por ahora ni siquiera contemplamos un escenario así”, asegura Óscar Perelli, director de Estudios del lobby turístico Exceltur.