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Los goles de Luis Suárez y Messi derrotan al Atlético y conceden al conjunto azulgrana una ventaja de 11 puntos Ampliar foto Messi en el remate del segundo gol del Barça. Manu Fernandez AP
Luis Suárez y Messi, los dos futbolistas que hoy dan sentido al fútbol del Barça, sellaron prácticamente el título de Liga. Muy pocas veces ha habido un equipo tan previsible y también tan fiable y regular como el de Valverde.
Nunca se puede dar a un futbolista uruguayo por muerto, y menos si se trata de Luis Suárez. No tiene la elegancia de Samitier, ni el carisma de Kubala, tampoco la popularidad de César y menos el talento de Messi. La garra del charrúa, sin embargo, es única e incontenible, y más si le defienden dos compatriotas como Giménez y Godín. El quinto mejor goleador de la historia azulgrana decantó el encuentro con un remate inapelable, imposible incluso para el excelente Oblak, y Messi firmó la victoria con una jugada ya muy vista y al tiempo siempre esperada del fenomenal 10. Los tantos de Luis Suárez y Messi fueron tan irreprochables como la actuación de Atlético, solo condenado por el irresponsable Diego Costa.
BCN
ATM
Barcelona
Ter Stegen, Sergi Roberto (Nelson Semedo, min. 83), Clement Lenglet, Alba, Piqué, Rakitic, Arthur Melo (Malcom, min. 62), Busquets, Luis Suárez, Messi y Coutinho (Aleñá, min. 79).
Atlético
Oblak, Filipe Luis (Morata, min. 57), Santiago Arias (Correa, min. 34), Giménez, Godín, Koke, Rodrigo (Juanfran, min. 87), Thomas, Saúl, Griezmann y Diego Costa.
1-0 min. 84: Luis Suárez . 2-0 min. 85: Messi .
Jesús Gil Manzano
Clement Lenglet (min. 77), Piqué (min. 73), Luis Suárez (min. 85), Giménez (min. 28), Godín (min. 28), Thomas (min. 26) y Saúl (min. 70).
Estadio:Camp Nou
Al cholismo, en cualquier caso, le queda vida en la era de Messi. El plan del técnico funcionó estupendamente y sus muchachos se batieron con la grandeza del mejor de los aspirantes al título en la casa de Messi hasta que apareció Luis Suárez, el punto y final de un equipo paciente, maduro y anoche inteligente, o si se quiere sensato, como Valverde.
Quizá porque empezó por atacar la portería del gol norte en la que le gusta acabar los partidos, el estadio dejó de ser la sala de espera en la que se había convertido en la mayoría de partidos de LaLiga. Tenía prisa el Barça, despabilado y vertical, y atacaba sorprendentemente con la pelota el Atlético. Hubo media hora muy rica, variada y digna de un partido decisivo para la suerte de un campeonato manejado por el Barça.
El juego barcelonista se localizaba en el costado izquierdo por las llegadas de Alba y la anticipación de Busquets. Hasta Coutinho tenía más presencia que nunca en el Camp Nou. Los rojiblancos descuidaron la conexión Alba-Messi, el recurso ofensivo azulgrana por excelencia, y no tomaron un gol porque el palo rechazo el tiro del lateral, rápido y hábil en el momento de coger la espalda a Koke. Al Atlético tampoco le costaba alcanzar posiciones de remate a partir de largas posesiones, mal acabadas por Arias y Thomas.
No se recordaba un equipo de Simeone tan bien posicionado y ambicioso en el Camp Nou. El partido tenía un muy buen ritmo, estaba muy abierto, podía romper por cualquiera de los dos bandos, hasta que Diego Costa fue expulsado sin contemplaciones por insultar al árbitro Gil Manzano.
A pesar de ser reincidente, no se entendió a qué venía la ira del ariete en un encuentro limpio y trepidante, ni tampoco se supo si el colegiado podía sentirse tan ofendido como para echar al delantero del Atlético. No perdió el tiempo Simeone y perseveró en su ofensiva: retiró a Arias y metió a Correa. Muy discutido en las jornadas de entretiempo, no quería el técnico que nadie dudara de que su equipo iba a por el partido y a por el Barça cuando se resolvía la Liga.
A pesar de la superioridad numérica, el Barcelona no conseguía reducir al Atlético, excelente en la basculación y defensa de ayudas, peligroso a balón parado ante Ter Stegen. Ausente Dembélé por lesión y sancionado Arturo Vidal, no había más mecha en el banquillo que la de Malcom. Así que Valverde aguardó durante un rato a que pasara alguna cosa en el área de Oblak a pesar de que no había manera de que se soltara Messi. No sabía cómo atacar el Barça y no firmaba el empate el Atlético. A escena salió Morata por Filipe Luis.
Alcanzaba con ver a Saúl y Thomas de laterales para contrastar la afrenta del Atlético. La propuesta rojiblanca no desesperó al Barça. Al equipo de Valverde nunca le gustó tomar riesgos innecesarios sino que le gusta recogerse y salir rápido a la contra con las diagonales de Messi. Apareció el 10 y Valverde de entendió que el partido se podía resolver desde los extremos, de manera que sacó a Malcom para que enfrentara desde la derecha a Saúl mientras Coutinho encaraba por la contraria a Thomas.
Abierto el campo, el Barça no paró hasta vencer a Oblak con un golazo de Luis Suárez y una jugada de Messi. No hubo noticias de Griezmann ante la indiferencia del Camp Nou. No necesita el Barça de momento al francés sino que le alcanza con el 9 y el 10, los jugadores que marcan la diferencia con Valverde.
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