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Los trabajos comenzaron antes de la fracasada cumbre de Hanói entre Kim y Trump, según analistas militares de EE UU Imagen de la plataforma de lanzamiento de satélites en Corea del Norte. REUTERS
Corea del Norte ha comenzado a reconstruir su centro de pruebas y de lanzamiento de satélites en Sohae, en el noroeste del país, según han alertado los servicios secretos del sur y analistas militares estadounidenses. Pyongyang había desmantelado parcialmente estas instalaciones -claves en el desarrollo de los motores de sus misiles balísticos- como parte de sus gestos para demostrar buena voluntad en las negociaciones sobre desarme nuclear, y el centro se encontraba inactivo desde agosto del año pasado.
La existencia de las obras, visibles en imágenes vía satélite, se da a conocer apenas una semana después del fracaso de la cumbre entre el presidente estadounidense, Donald Trump, y el líder norcoreano, Kim Jong-un, en Hanói. En aquella reunión el 27 y 28 de febrero, Estados Unidos rechazó la oferta de Corea del Norte de desmantelar su centro nuclear de Yongbyon a cambio del levantamiento de las sanciones internacionales impuestas a partir de 2016, y que afectan a los principales sectores económicos del país asiático. Washington planteaba levantar las sanciones solo a cambio del completo desmantelamiento del programa nuclear norcoreano.
Tanto según los servicios de inteligencia surcoreanos, que este martes informaron a los parlamentarios en Seúl en una sesión a puerta cerrada, como analistas estadounidenses han resaltado que los trabajos de reparación parecen haber empezado antes incluso de la cumbre de Hanói. Fechan el comienzo de las obras en algún momento entre el 16 de febrero y el 2 de marzo, lo que abre la posibilidad de que las reparaciones estuvieran en marcha incluso cuando los equipos negociadores de EE UU y Corea del Norte se reunían para cerrar propuestas en Pyongyang la semana antes del encuentro de los líderes.
Las obras actuales no implican que Corea del Norte vaya a abandonar la moratoria sobre pruebas de misiles que se ha impuesto desde noviembre de 2017, cuando declaró completado su programa de armamento y afirmó que ya no le serían necesarios más ensayos. Pyongyang nunca ha empleado las instalaciones de Sohae -también conocidas como Tongchang-ri- para probar misiles, únicamente para el lanzamiento de satélites, y las imágenes no muestran actividad preparatoria de posibles pruebas.
Sí pueden “indicar los planes de Corea del Norte para demostrar resolución frente al rechazo estadounidense de las exigencias norcoreanas en la cumbre sobre el levantamiento de sanciones”, apuntan los expertos Victor Cha y Joseph Bermudez en el blog “Beyond Parallel”, un proyecto del Centro de Estudios Estratégicos Internacionales (CSIS) en Washington.
Cuando el régimen de Kim Jong-un anunció que se desharía de ese centro, y ofreció que expertos estadounidenses pudieran comprobarlo, desmanteló una plataforma de lanzamiento de satélites, una estructura empleada para el montaje y transporte de vehículos de lanzamiento y una plataforma para la prueba de motores.
En las imágenes divulgadas por "Beyond Parallel" y la página especializada 38 North pueden distinguirse dos grúas, la plataforma de lanzamientos reparada, y trabajos en los edificios de montaje de vehículos y de pruebas de motores, que cuentan con un techo nuevo y muros aparentemente más altos. “La actividad es evidente en la plataforma vertical de pruebas de motores y en la estructura de transporte de cohetes”, explica "Beyond Parallel".
Desde Sohae, Corea del Norte había desarrollado la tecnología necesaria para enviar cohetes al espacio y fabricar motores para sus misiles balísticos de alcance intercontinental. Pyongyang lanzó desde allí dos cohetes cuyo objetivo aseguraba que era poner en órbita dos satélites en el espacio, en 2012 y 2016. La comunidad internacional, sin embargo, lo interpretó en ambos casos como pruebas encubiertas de un misil balístico de largo alcance e impuso por ello nuevas sanciones económicas al régimen.
Aunque la cumbre de Hanói terminó precipitadamente, antes de tiempo y sin acuerdo, Kim y Trump se despidieron con el entendimiento de que los equipos negociadores continuarían las conversaciones para intentar aproximar posturas. Corea del Norte prometió continuar su moratoria sobre pruebas de misiles intercontinentales; Estados Unidos anunció poco después el fin definitivo de las grandes maniobras militares con Corea del Sur, “Foal Eagle” y “Key Resolve”, una de sus fuentes de fricción con Pyongyang.
Pero, en una rueda de prensa horas después del fracaso de Hanói, funcionarios norcoreanos apuntaron que Kim Jong-un podría estar “perdiendo la voluntad” de proseguir la vía negociadora. En su discurso de primero de año, el líder también había advertido a EE. UU. de que no pusieran a prueba su “paciencia”.
Por su parte, el consejero de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, John Bolton, ha advertido que Estados Unidos podría plantearse imponer nuevas sanciones contra Corea del Norte si Pyongyang no se deshace de su programa de armamento nuclear. También ha puntualizado, no obstante, en una entrevista concedida a la cadena Fox News, que “el presidente (Trump) está dispuesto a llegar a un acuerdo, está dispuesto a reunirse de nuevo” con Kim Jong-un.