En 1998, Claudia Brant estaba a punto de editar su segundo álbum con una importante discográfica. Pero, cuando el disco estaba a punto de salir, el presidente de la multinacional cambió y todas sus expectativas se derrumbaron. "Yo no te firmé y por eso no voy a hacer nada por tu trabajo", le dijo.
Ella tomó la caja con los discos que se llevó de recuerdo y se subió a un taxi, donde se desahogó en llanto. "Imaginate mi corazón a los 20 y pico cuando escuché eso. Ahí me puse a pensar que no podía vivir así", recuerda ahora Claudia, ya con una sonrisa, pocos días después de haber ganado el Grammy a Mejor Álbum Pop Latino por su trabajo Sincera.
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¿Qué pasó en el medio? Primero desestimó la idea de ser intérprete y estar en los primeros planos. Y como había trabajado como autora de canciones para artistas de la talla de Natalia Oreiro y Diego Torres, tomó la sugerencia de un amigo y viajó a Los Ángeles para hacer carrera como autora. A los dos meses, tenía cinco contratos de trabajo como compositora en su mesa. "Volví a la Argentina, metí a mi perro en una jaula, hice las valijas y me fui. A partir de ahí no paré nunca de trabajar".
Luego del Grammy con "Sincera", Claudia Brant vino de visita a la Argentina. Foto: Rafael Mario Quinteros.
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Desde ese momento, sus regresos al país eran únicamente para descansar, visitar familiares y amigos. Nada de buscar sacar chapa con alguno de los tantos premios que ganó como autora o decir 'este canción la hice yo' cuando sonaba un estribillo súper popular de Luis Fonsi, Jennifer Lopez, Ricky Martin o Enrique Iglesias, algunos de los tantos artistas con los que trabajó a lo largo de estos últimos 20 años.
Hasta ahora, que el reconocimiento de la Academia de la Grabación la volvió a ser requerida por la prensa, a ser invitada por el español Antonio Carmona para cantar Ni blanco ni negro (tema de Sincera que habla de la migración) en el Teatro Colón, dentro del Festival Únicos, y a comenzar a pensar en un show propio.
"Este es un regreso con gloria que jamás pensé. Ahora me muero por venir a la Argentina con mi banda y tocar el disco entero junto a amigos. Creo que va a suceder, porque el disco está despegando de una manera impensada. Además ahora me gusta cantar en vivo, porque antes odiaba tener que producirme, maquillarme... todo eso me caía pesado. Estoy convencida del disco que hice y tengo mucha seguridad para salir a defenderlo", cuenta Claudia, que en su álbum se permitió todas las libertades y gustos que debe dejar de lado cuando trabaja para otro artista.
-¿Cómo fue tomar la decisión de volver a grabar un disco?
-El que empezó a insistirme fue (el productor) Ezequiel Cheche Alara, que es como mi hermano. Yo le decía "¿Volver a cantar?"... Por todo esto que decía que me da pereza. Pero me siguió insistiendo. Y en un momento le dije que si lo hacía, lo hacía con todo. Sin estar pensando en los parámetros que tengo seguir cuando trabajo con otra gente, como que la canción tiene que durar cierta cantidad de minutos, que el estribillo tiene que entrar a los 60 segundos, que no puedo usar más de cinco o seis acordes porque sino es muy complicada... La canción Sincera habla de eso, de mi faceta como compositora. Porque siempre cuando me voy muy lejos me dicen: "Aterrizamelo porque esto no lo vamos a poder pasar en la radio". En el disco hay canciones que duran cinco minutos y medio. Yo me liberé de esa presión y eso hizo que el disco sonara libre. Hicimos lo que se nos dio la gana con los mejores músicos, le pusimos orquesta, coros, invitados de lujo...
Claudia Brant: "En 'Sincera' me liberé y trabajé sin los parámetros que tengo que seguir cuando escribo para otro artista". Foto: Rafael Mario Quinteros
-¿Volviste a chocar con la industria?
-Mirá... yo de alguna manera di la vuelta. Yo empecé acá, gané el concurso de Viña del Mar (en 1995) y firmé con una discográfica que me decía lo que tenía que decir, cómo me tenía que vestir y qué tipo de canciones tenía que grabar. Todo eso a los 22 años. Entonces a esta altura, a los 52, qué me van a decir. Yo no estoy buscando el éxito, estoy haciendo la música que me gusta. Y creo que por esa razón pasó lo que pasó con el disco. Pero sí cuando fui a las primeras reuniones en Miami con los ejecutivos de las compañías, que son los mismos que me llaman a mí para escribir canciones para otros, me decían: "Estas loca, ¿por qué estas haciendo esta música tan complicada a tu edad?". Todos me decían que sonaba de puta madre, pero no entendían por qué me largué con esto. Pasa que si no lo hacía me iba a volver loca, yo tenía esta necesidad. Hasta que fui a Sony. El presidente me dijo que el álbum era espectacular, pero complicado. Pero igual me lo sacó, dio algo de plata para la distribución y "good luck" (buena suerte). Yo dije: "Bueno, dale. Eso es lo único que necesito".
Claudia Brant: "Yo no estoy buscando el éxito, estoy haciendo la música que me gusta". Foto: Rafael Mario Quinteros
Claudia Brant logró ser reconocida y cada vez más gente le presta atención a sus canciones en un momento en que los números de reproducciones y la cantidad de seguidores en las redes sociales es lo que manda. Ella bien lo sabe de primera mano. "Un altísimo porcentaje de los artistas con que trabajo quieren hacer un éxito comercial que vaya al número 1 de la Billboard", asegura. Aunque Claudia se encuentra de la vereda de enfrente: "Yo no tengo 500 mil followers en Instagram, apenas llego a los cuatro mil. ¿Y sabés qué? Me importa muy poco, porque la música es la que habló por sí misma".
-¿En tiempos de inmediatez, hay desesperación si una canción no rinde en los primeros días?
-Sí, yo he recibido llamados desesperados del estilo: "Sacamos el single de tal y no funcionó. Necesitamos un sencillo para dentro de dos semanas, tiene que ser un palo. Por favor Claudia, ayudanos". Y a veces sale y a veces no. Yo busco llevarlos para algo que sea radial.
-¿Y cómo es trabajar con los artistas más reconocidos? ¿Te juntás con ellos o les mandás las canciones?
Al principio, cuando me decían que Ricky Martin o Chayanne estaban buscando canciones, me ponía esa meta y componía. Después algunas me las grababan y otras no. Con el tiempo fue cambiando el panorama y me empezaron a proponer juntarme a trabajar con los artistas, que es la situación ideal. Entonces laburé con Fonsi (No me doy por vencido), Paulina Rubio (Ni rosas ni juguetes), me mandaron a escribir con Ricky (Lo mejor de mi vida eres tú) a Miami. Empecé a entrar en ese universo que es más apasionante porque conocés a los tipos, ves qué les gusta, qué los pone tristes, qué música escuchan... Y de todo eso yo hago un poco de psicóloga, agarro lo que puedo y salen los temas. A mí me gusta que no sean menos de dos o tres días, porque es la única manera de conectar con el artista. Después quedo agotada, porque yo le pongo mucho corazón y los grandes son especiales. Tienen algo muy especial. Su cabeza y su corazón funciona de otra manera. Es otro planeta. Entonces después me tengo que tomar unos días de descanso, je.
-¿El auge de la música urbana te obligó a una adaptación?
-Sí, es otra cosa. Tuve una especie de golpe seco cuando me mandaron a Medellín a trabajar con un grupo de productores. Ahí se me movieron las fichas de lugar. Si estamos trabajando una canción pop, a mí no me tenés que decir lo que tengo que hacer. Pero si me junto a trabajar con un grupo urbano, yo tengo que escuchar, porque las reglas la van a poner ellos. Mi trabajo es elevar eso que ellos hacen para hacer una buena canción. Eso es lo que creo que le falta a muchos de los artistas de música urbana. Colaboré con Piso 21, que son grandes músicos, y también con CNCO, con quienes hicimos el tema Mamita, que fue un éxito.
-¿Tenés límites para el contenido de las letras?
-Yo no voy a escribir nunca jamás algo que vaya en detrimento de la mujer. Conmigo no cuentes para eso. Esa es la razón por la cual hay muchas menos compositoras mujeres en los créditos de la música urbana. Yo no voy a escribir "Quiero que me pongas contra la pared". No me cabe eso.
El reconocimiento de la Academia a "Sincera"
Con Sincera (disponible en todas las plataformas), Claudia Brant se impuso en la categoría Mejor Álbum Pop Latino en la última edición de los Premios Grammy a nombres de la talla de Pablo Alborán, Natalia Lafourcade, Raquel Sofía y Carlos Vives.
Claudia Brant con el Grammy que ganó por "Sincera" en la categoría Mejor Álbum Pop Latino. EFE/EPA/JOHN G MABANGLO
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"El disco es una cosa muy bonita, clásica y hecha con total libertad únicamente por el gusto a la música. Entonces que esté nominado ya era impensado, y que lo ganáramos es un gol", reconoce y a la hora de explicar por qué su trabajo fue el destacado, aventura: "Si te pones a pensar la misión de los Grammy es premiar 'la excelencia musical'. No al que es más famoso o al que tiene más followers en Instagram".
Producido por Ezequiel "Cheche" Alara y Antonio "Moogie" Canazio, Sincera cuenta con la participación de Antonio Carmona, Alex Cuba, Marisol Hernández y Arnaldo Antunes (con quien interpreta un tema en portugués), a quienes conoció gracias a su faceta como compositora. "A ellos solo les importa hacer buena música. Trabajo con artistas de todo tipo y a todos los respeto. Pero a la hora de elegir hacer duetos, yo elijo aquellos que más me gustan a mí".
W.D.