21/11/2018 - 16:34
Clarin.comEspectáculosMúsica
Si no es posible afirmar junto con Leibniz que vivimos en el mejor de los mundos, al menos podemos asegurar que el Candide -presentado como estreno nacional por el Argentino de La Plata, en el cierre de la temporada 2018 del ciclo Nuova Harmonia- nos presta esa ilusión por unas horas.
Al derroche de historias y geografías que derivan del texto y de ese pastiche de excesos que es la partitura, la puesta de Rubén Szuchmacher responde con una economía admirable. Sitúa la escena en los finales de la década del '50, en los comienzos del pop, con sus vestuarios despojados, tan a tono con la coreografía del musical de Broadway.
La puesta está a tono con la coreografía del musical de Broadway. (Fotos: Enrico Fantoni)
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La naturalidad del movimiento deja el campo totalmente abierto para disfrutar del brillo y la saturación de la música que escribió Leonard Bernstein. Rubén Szuchmacher deja apenas una referencia al escritor del texto original, sobre un costado del escenario, con peluca y pechera dieciochesca. El Voltaire narrador es también Pangloss, a la vez vocero y burlador de las teorías leibnizianas.
Pero es el humor de Szuchmacher lo que convierte a este Candide en un pasaporte al mejor de los mundos. Szuchmacher es la clase de director que desaparece de la escena dejando rastros de su marcación en gestos pequeños y graciosos, mínimos movimientos, eficaces cuando cuentan con la total entrega y concentración del espectador.
La escenografía, de Jorge Ferrari, enmarca coro y protagonistas con pureza geométrica. Nada mejor que la aumentación de las texturas de Roy Lichtenstein, el fondo puntillista de sus dibujos, para decorar telones y encuadrar escenas. Ilusiones ópticas, colores saturados y, cada tanto, algunos de sus inconfundibles trazos recrean paisajes e iluminan cada cuadro.
El cuerpo de protagonistas es impecable desde todo punto de vista. (Fotos: Enrico Fantoni)
El cuerpo de protagonistas es impecable desde todo punto de vista. Cunegunda (Oriana Favaro) y el personaje de la Vieja (Eugenia Fuente) se comen al auditorio con sus voces magníficas, su presencia escénica y su ductilidad física. Santiago Martínez (Candide) resume en el color y proyección de su voz -luminosa pero un poco tímida- toda la ingenuidad de su personaje.
El barítono Héctor Guedes resuelve airosamente su triple papel (Voltaire, Pangloss y Martin), aunque hay que decir que la orquestación tapa algunos de sus graves, lo que parece más un defecto de la partitura que de esta versión en particular.
El resto del elenco está a la altura de la producción. Seguramente el coro subsanará los muy escasos enredos que padeció en esta primera función (el más evidente en el Auto de Fe). La orquesta del Argentino respondió con sensibilidad y precisión a las indicaciones de Pablo Druker, el director musical de este mejor mundo posible.
Ilusiones ópticas y colores saturados caracterizan la puesta de la producción del Argentino de La Plata que se presenta en el Teatro Coliseo. (Fotos: Enrico Fantoni)
Ficha
Candide De Leonard Bernstein. Versión de Rubén Szuchmacher y Lautaro Vilo sobre libreto de Hugh Wheeler.
Dirección escénica Rubén Szuchmacher Dirección musical Pablo Druker Con Oriana Favaro, Santiago Martínez, Eugenia Fuente, Héctor Guedes y elenco. Producción Teatro Argentino de La Plata. Lugar Teatro Coliseo.
Calificación Excelente