"); } "); } else document.write("
");
La presidencia argelina ha aplazado las elecciones generales, previstas para el 18 de abril, y ha designado a un nuevo primer ministro
El presidente de Argelia, Abdelaziz Buteflika, ha anunciado este lunes a través de una carta que renuncia a un quinto mandato presidencial, tal como le han venido exigiendo millones de ciudadanos desde hace tres semanas. Al caer la tarde, la agencia oficial APS distribuyó una carta atribuida al presidente, de 82 años, en la que Buteflika promete aplazar sin fecha las elecciones previstas para el 18 de abril. A pesar de las promesas de apertura efectuadas por el presidente, en el poder desde hace 20 años, su estado de salud, su capacidad real de expresión y de compresión son todavía un secreto de Estado.
Estudiantes argelinos protestan contra Buteflika el 5 de marzo. En vídeo, cinco claves para entender la crisis política en Argelia. Mohamed Messara (efe) | atlas
El presidente argelino también anunció en su mensaje escrito la convocatoria de una conferencia nacional “inclusiva e independiente” encargada de poner en marcha el “proceso de transformación” con un proyecto de nueva Constitución. Esta conferencia será presidida por una “personalidad independiente, consensual y experimentada”. “La conferencia debe esforzarse en completar su mandato antes de que concluya 2019”, según reza el mensaje. El presidente no propone ninguna fecha para esos comicios. En cambio, indica que para contribuir de “manera óptima” a la convocatoria de esas elecciones en condiciones de “libertad” y “transparencia” se formará un Gobierno integrado por miembros de esa conferencia nacional.
Buteflika regresó el domingo a Argel después de pasar dos semanas en el Hospital Universitario de Ginebra. La presidencia había emitido un comunicado en el que informaba de que el mandatario viajó para someterse a un “control médico rutinario”. Pero no volvió a informar sobre los resultados de ese control.
El país llevaba tres semanas alzado contra las intenciones del presidente argelino de presentarse a un quinto mandato. Muchos activistas daban por descontado que el presidente caería. El debate en las redes giraba en los últimos días en torno al periodo de transición. Miles de estudiantes habían salido a las calles, a pesar de que el Gobierno decretó vacaciones forzosas para intentar desactivar la movilización. Y en las redes se había convocado este domingo una huelga general con desigual seguimiento. Ese es el panorama que se encontró Buteflika al regresar a Argel.
En la carta atribuida a Buteflika, el presidente afirma haber “seguido los últimos desarrollos”; comprender “las motivaciones de numerosos compatriotas” y promete emprender “importantes cambios en el seno del Gobierno”. El primero de esos cambios trascendió en seguida: el primer ministro, Ahmed Ouyahia, de 67 años, presentó su dimisión. El nuevo jefe de Gobierno será Nouredeine Bedoui, que ejercía de ministro del Interior.
Ouyahia es secretario general de Reagrupación Nacional para la Democracia (RND), uno de los partidos aliados en el Gobierno del Frente de Liberación Nacional (FLN). Es también una de las personas más impopulares del régimen, ya que antes de que comenzara la primera gran movilización del viernes 22 de marzo, Ouyahia declaró en tono de amenaza: “El Estado ya ha probado en el pasado que puede controlar las calles”. Después, cuando decenas de miles de ciudadanos salieron de forma pacífica a las calles, regalando flores a los policías, el entonces primer ministro declaró que en Siria también comenzó la primavera árabe con flores para los policías.
Mucha gente contaba con que Buteflika caería. Pero lo cierto es que aún no ha caído. En su mensaje asegura que se compromete a traspasar los cargos y prerrogativas presidenciales a su sucesor. Para muchos internautas argelinos resulta cuando menos sospechoso que mencione en su carta que las elecciones se celebrarán en condiciones de “transparencia”, cuando priva a los ciudadanos de elementos esenciales como la información sobre la salud del presidente o quién gobierna realmente en Argelia. En un país que está viviendo un momento clave en su historia, el régimen sigue privando a decenas de medios de comunicación internacionales los visados necesarios para informar sobre el terreno.
Dentro de ese ente opaco al que los argelinos llaman “poder” destaca la figura del hermano menor del presidente, Said Buteflika, de 61 años, cuyo cargo oficial no aparece en ninguna parte, pero se sospecha que ejerce mucho poder en la sombra. Otra figura esencial es el jefe del Ejército, Ahmed Gaid Salah, quien en apenas una semana ha cambiado el tono en que se dirigía a los argelinos. Pasó de alertar contra quienes pretenden llevar al país a los años más crueles de la guerra civil a declarar este domingo que “la Armada y el pueblo tienen la misma visión respecto al futuro”. En su último discurso ya no hablaba ni de Buteflika ni de las elecciones del 18 de abril. Tres días antes había proclamado que el Ejército era el garante de esos comicios.
En los últimos días, Buteflika ha ido perdiendo apoyo dentro de su régimen. Secciones del sindicato mayoritario y organizaciones de antiguos combatientes han ido expresando su apoyo a las protestas contra el quinto mandato. El régimen se ha mostrado más débil que nunca en sus últimos 20 años.
Nada más conocerse la noticia de que Abdelaziz Buteflika renunciaba a su quinto mandato en el centro de Argel sonaron los pitos de los coches. Pero enseguida, las redes sociales, donde se han convocado las protestas contra el régimen, aparecieron cientos de mensajes que expresaban escepticismo e indignación. La indignación fue tomando cuerpo en forma de convocatorias para otra gran manifestación contra el régimen, el viernes 15 de marzo.
La mayoría de los internautas coincidían en afirmar que la oferta de Buteflika era más o menos la misma que ofreció hace una semana desde Ginebra y que el pueblo rechazó: la convocatoria de unas elecciones anticipadas en menos de un año a las que Buteflika no iba a concurrir como candidato.
Lounès Guemache, director del sitio digital TSA, el más leído del país, indicaba: “Esto está muy lejos de la demanda del pueblo. Buteflika está organizando una falsa retirada del poder. Es una falsa transición gestionada por el poder”. El análisis ofrecido por su medio señala: “Buteflika propone una versión acelerada de la transición que ya había propuesto sin éxito hace una semana”.
El humorista Kamel Abdat tuiteó: “Buteflika no ha hecho más que reformular la carta de la semana pasada. (…) El único cambio es la persona que le ha redactado la carta. El nuevo autor vez es más inteligente y más sutil”. El internauta Inal Ahmed señalaba: “Buteflika y su clan ya había pedido un año más. Y el pueblo lo rechazó. Ahora nos joden y obtiene un año más de fuerza”. Se trata de “una transición gestionada por el sistema”, resumía el periodista Khaled Drareni. El reputado humorista gráfico Ali Dilem dibujó a Buteflika en su silla de ruedas diciendo que en lugar de postularse para un quinto mandato de cinco años hará un cuarto mandato de 10 años.
En las redes sociales ya se estaba barajando estos días qué nombres podrían integrar un hipotético comité de sabios para pilotar la transición. Una de las personas más citadas es el abogado Mustafa Bouchachi, antiguo presidente de la Liga Argelina de Defensa de Derechos del Hombre y uno de los más célebres opositores al quinto mandato. Bouchachi valoró ayer la noticia: “Es una victoria parcial del pueblo argelino. Pero las decisiones tomadas no responden a las reivindicaciones del pueblo: elecciones transparentes, un Gobierno de transición formado por personalidades elegidas por el pueblo”.
Los partidos de la oposición no tienen mucha fuerza en Argelia. No obstante, varios dirigentes opositores se expresaron en contra de la propuesta de Buteflika. Así, Atmane Mazouz, diputado del RCD, señaló: “Buteflika viola la Constitución de nuevo. El mandato del presidente solo puede prolongarse en un solo caso: el estado de guerra”.
A primeras horas de la noche, la televisión pública difundió nuevas imágenes de Buteflika en las que se veía al hasta ayer al primer ministro, Ahmed Ouyahia, presentando su dimisión. Una vez más, el presidente no menciona palabra alguna. Alcanza a mover la mano derecha, eso sí, cuando Ouyahia le ofrece la suya para saludarlo.