El sabio Domènec Torrent, por entonces ayudante de campo de Guardiola, emitió su profecía una fría tarde de 2017, en Mánchester. “Ojo con el Mónaco; ¡que tienen un Silva que es tan bueno como el nuestro!”. Un mes más tarde, el Mónaco de Bernardo Silva (Lisboa, 1994) eliminó de la Champions al City de David Silva en octavos de final. Dos años más tarde Bernardo Silva se ha convertido en el jugador más brillante y regular del City que este miércoles deberá remontar un 1-0 al Tottenham para alcanzar las semifinales.
Pregunta. Las cosas que hace con el tobillo izquierdo cuando juega sugieren una articulación que se gira 360 grados. ¿Es más flexible que sus colegas?
Respuesta. Ni lo había pensado. Pero la verdad es que nunca he tenido lesiones en este tobillo y tal vez sea por eso.
P. ¿Cómo hay que abordar la vuelta con el Tottenham?
R. Ahora que perdimos la ida 1-0 solo hay una manera de encararlo. Siempre es importante marcar fuera en Champions porque te da tranquilidad, pero no lo hemos hecho. Así que hay que salir fuerte presionando alto y haciendo goles. Porque sabemos que si el Tottenham hace uno nosotros tenemos que hacer tres. Hay que jugar como lo hacemos siempre: con tranquilidad y para adelante.
P. Usted se perdió la ida por lesión. Pero, ¿por qué cree que en Londres el equipo tuvo tantas dificultades para iniciar el juego?
Ir 1-0 por detrás del Tottenham no nos deja más salida que exponernos
R. Estábamos jugando la ida de una eliminatoria a doble partido y me parece que ninguno de los dos equipos quiso asumir muchos riesgos. Sabías que si te marcaban un gol te condicionaba mucho... Pero ahora, yendo 1-0 por detrás, no nos queda más salida que arriesgar.
P. Se ha convertido en uno de los jugadores más importantes del mundo. ¿Su progresión le hizo pensar en algo así?
R. Cuando me subieron al primer equipo del Benfica con 19 años no fue fácil. Desde muy pequeño mi sueño fue debutar con el Benfica. Era mi equipo de corazón. Quería estar ahí. Pero cuando llegué descubrí que el entrenador no me quería.
P. ¿Alguna vez temió por su carrera? ¿Llegó a pensar que no podría llegar a profesional?
R. Siempre tienes dudas. Cuando tienes 14 o 15 años, si no juegas en esas etapas de formación… Yo muchas veces me quedaba sin jugar porque era más pequeño que los otros. ¡No jugaba! Y siempre tienes dudas. Siempre lo quieres y no sabes si lo vas a conseguir. Cuando subí al filial del Benfica sí empecé a creer que podría ser profesional. Pero nunca imaginé que llegaría al nivel de la Premier y mucho menos del Manchester City. Salir al Mónaco fue la mejor decisión que tomé: me ayudó a crecer como persona y como futbolista.
P. ¿Es verdad que Jorge Jesús, el técnico del Benfica en 2015, le puso de lateral izquierdo en un entrenamiento? ¿Cómo justificó esa decisión?
R. No fue en un entrenamiento. Fue durante toda una pretemporada. En partidos amistosos. Yo venía del filial con la intención de quedarme e intentar jugar en el primer equipo. Pero el entrenador no contaba conmigo. Me puso como lateral izquierdo en pretemporada, jugué un solo partido de Liga, y al final de la temporada me dijo que quería que volviera otro año al segundo equipo. Yo sentía que eso para mí no era bueno. Me di cuenta de que necesitaba salir y encontré el Mónaco. En mi primera temporada con el Mónaco quedamos terceros de la Liga francesa, jugamos los cuartos de la Champions, y aprendí junto a futbolistas como Tiago, Carrasco, Moutinho, Ricardo Carvalho, Fabinho… Entre hacer eso y quedarme en el Benfica B, creo que lo mejor fue salir, ¿no?
P. Ahí descubrió a Mbappé.
“Yo era pequeño y no jugaba, y ver al Barça de Messi, Iniesta y Xavi me dio fuerzas para continuar”
R. La primera vez que subió a entrenarse con nosotros yo estaba con Moutinho y nos quedamos asombrados: "¿Quién es este chico?". Tenía 16 años y ya era increíble. Sabía que teníamos algo especial. Y una temporada después, cuando debutó y salimos campeones, su primer partido importante fue en el Etihad en Champions, en febrero, en octavos. Metió un gol y partir de ahí fue la bomba.
P. Normalmente los jugadores naturalmente dotados para manejar la pelota son intermitentes, ahorran más energía. Esta temporada en la Premier ha robado 136 balones, los mismos que su mediocentro, Fernandinho. ¿Esa desesperación con la que juega es un reflejo de la época en que temió no poder llegar a profesional?
R. Desde siempre soy muy enérgico. Me gusta jugar así porque vivo el fútbol al máximo. Creo que cuando los partidos están cerrados, cuando vas 0-0, si no te mueves sin balón las defensas se sienten confortables.
P. Portugal tiene una tradición de jugadores muy atléticos. Eusebio, Figo, Cristiano… Incluso Renato Sánches, su compañero de promoción en la cantera del Benfica, que sí gozó del favoritismo de Jorge Jesús, y fue convocado para la Eurocopa de 2016. ¿Hasta qué punto es importante el físico para jugar al fútbol?
R. Yo era sub-17 cuando empezó la época del Barça de Guardiola. Ver a jugadores como Messi, Iniesta y Xavi me daba más fuerza para continuar. Porque yo estaba sin jugar porque era más pequeño que mis coetáneos. Así que mirar al mejor equipo del mundo en ese momento y ver que allí estaban tres de los mejores del mundo y eran casi más pequeños que yo… ¡Claro que para jugar tienes que estar bien físicamente! Pero hay características que depende de las posiciones. Hay posiciones, como en el centro de la defensa, en las que necesitas más estatura; y en las bandas necesitas ser rápido. Pero lo más importante en el fútbol es la cabeza, las decisiones que toma el jugador. Entender en el momento justo si tienes que poner el balón a la izquierda, a la derecha, con más o menos fuerza, con más o menos efecto. Esa es la gran diferencia entre los grandes jugadores y el resto.
P. ¿Piensa antes de decidir, o actúa por instinto?
R. Las piensas. Pero a partir de cierto momento, cuando ya entrenas y juegas unos días, se torna un poquito automático. Pero claro que piensas dentro del campo.
En el City es el trabajo de los defensores en la salida lo que te facilita recibir el balón en zonas profundas con frecuencia
P. Iniesta y Xavi conseguían posiciones ventajosas mediante el pase y el movimiento de desmarque. Como si fueran subiendo escalones. Pero había un momento en el que se detenían porque veían que la jugada no se podía retorcer, porque con cada metro que se avanza se crea más peligro al rival y también se añade un riesgo de perder la pelota. Usted a veces va más allá, asumiendo riesgos cuando busca el desmarque entre líneas, donde ya no hay espacio, y sin embargo lo encuentra. ¿Cómo lo hace?
R. Por un lado son decisiones mías. Pero no nos olvidemos que juego en un equipo que me lo permite. El City casi siempre tiene el balón y casi siempre tiene cinco o seis futbolistas por detrás de mi ordenados para intervenir si perdemos el balón. La estructura nos da la seguridad de que ellos están en buenas posiciones para recuperar la pelota muy rápido. Eso cuando vas armando la jugada te da más libertad para ir más allá, estar más tranquilo y tratar de crear más espacios y más oportunidades.
P. ¿Cómo consigue recibir el balón en zonas tan profundas con tanta frecuencia?
R. Es el trabajo de nuestros defensores. Mucha gente cree que atacan los atacantes y defienden los defensores. Pero eso es una mentira. Porque si los defensores no hacen bien el trabajo de conducir, de encontrar espacios para los compañeros que tienen por delante, los que están cerca de la portería después no van a tener espacio para poder hacer goles. Y si los atacantes no empiezan haciendo bien la presión los defensores van a tener más trabajo defendiendo también. Muchas veces cuando tenemos mucho espacio para jugar es porque nuestros defensores y nuestros volantes hacen un buen trabajo atrayendo a los rivales hacia su zona para que nosotros estemos más libres en la nuestra.
P. Se le ve desequilibrar con el pase y el movimiento, pero también es muy driblador. ¿Cuál es el mejor recurso para obtener una ventaja?
R. Es un poquito de los dos. El pase es lo más importante del fútbol porque es lo que hace girar el balón y hace mover a los rivales para que puedas encontrar los huecos. Pero el regate te ayuda a estar tranquilo, a sentir que cuando tienes el balón en los pies los defensores no te lo van a quitar. Eso es importante. A mi me gusta tocar mucho el balón. El dribling es una parte importante de mi juego.
P. Cuando juega de extremo usted tiene dos salidas: hacia la derecha, hasta la línea de fondo, o tirando la diagonal. ¿Cómo siente que hace más daño?
R. A mí me gusta salir hacia el interior porque así me queda más ángulo para la pierna zurda. Ahí es donde me siento más confortable. Pero hay que variar un poquito porque si no los defensores intuyen más fácilmente lo que vas a hacer y se te anticipan.
P. Guardiola te pone como extremo y como interior, cosa que parece que va un poco contra su naturaleza, y sin embargo se le ve en su salsa. ¿Cuál es el primer deber del centrocampista y del extremo?
R. El primer deber en todas las posiciones es moverte. Si corres y das todo en el campo, después con tu calidad, con tu técnica o con tu potencia, puedes ser decisivo con el balón. Pero eso, el desequilibrio, solo puede ser consecuencia de mucho movimiento antes. En la banda tienes que driblar y arriesgar para irte de tu oponente o marcar un gol. En el medio tienes que entender los momentos. Cuándo atacar, cuándo conservar la posesión, cuándo circular rápido el balón y cuándo conducirlo para invitar a los rivales a que vengan hacia ti y así crear espacios para que vayan tus atacantes y tengan oportunidades de gol.
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