Portada en francés del próximo cómic de Astérix y Obélix. HANDOUT DIDIER CONRAD AFP
Puede que sea alguno de los ingredientes de esa ultrasecreta poción del druida Panoramix, o quizás la dieta rica en carne roja de jabalí, pero nadie diría que Astérix y Obélix se acercan ya a la edad de jubilación. La pareja de galos más famosa del Imperio Romano se apresta a celebrar sus 60 años tan lozanos como siempre y con una nueva aventura bajo el brazo, La hija de Vercingétorix, tal como han festejado todos sus aniversarios desde que nacieran en octubre de 1959 de los pinceles y diálogos de otra pareja mítica: René Goscinny y Albert Uderzo.
La nueva entrega llegará de la mano del dibujante Didier Conrad, que en 2011 asumió junto con el guionista Jean-Yves Ferri el reto de retomar el cómic francés más internacional. Ellos les siguen dibujando con la edad en la que llevan más de medio siglo congelados. “No pueden tener más de 30 años; al fin y al cabo son jóvenes guerreros. Y solteros además. También a mí me gustaría tener siempre 27 años”, dijo ayer por videconferencia desde Texas, donde ultima el álbum que saldrá el 24 de octubre.
Pero, ¿saldrán impunes —y sin arrugas— también de esta nueva aventura? Porque el problema con el que tienen que lidiar esta vez Astérix y Obélix no son los romanos a los que tan habituados están. Su nuevo reto es de corta estatura y apenas ha llegado a la adolescencia, pero por eso mismo promete darle más de un dolor de cabeza a toda la aldea en la que ha recalado la hija de Vercingétorix, protagonista invitada del 38º álbum de la saga.
La joven misteriosa, hija del mítico líder galo de la tribu de los arvernos que unió a la mayoría de los clanes galos para enfrentarse a Julio César, llega a la aldea de Armórica acompañada de dos lugartenientes de su padre. ¿Qué buscan? ¿Qué implica esta inesperada visita? Para saberlo, habrá que esperar todavía unos meses, puesto que los detalles de las historias de Astérix y sus amigos se guardan con más celo que la receta mágica de Panoramix.
No obstante, ayer en la presentación en el Parque Astérix de París, que también cumple 30 años, se adelantaron algunas pistas. Como que los tiempos de Julio César siguen sirviendo para hacer guiños a la actualidad. “Está bien tener un fondo histórico con el que luego jugamos. Ahora nos da ocasión de hablar de un tema no abordado demasiado hasta la fecha en Astérix: la cuestión femenina, y también la adolescencia”, señaló Ferri.
El problema, acotó Conrad, es que hacer cambios en un cómic tan establecido como este es casi imposible, pero los pocos personajes femeninos que tiene “corresponden a una visión estereotipada de la mujer de los años cincuenta”. Solución: introducir un personaje nuevo, la hija de Vercingétorix. Para Ferry y Conrad, este será el cuarto álbum con los personajes creados por Uderzo y Goscinny en 1959 y que, desde entonces, han vendido 380 millones de álbumes en 111 idiomas. Aunque el éxito sigue, Conrad no se ve haciendo muchos números más. Al fin y al cabo, él también está a punto de cumplir 60 años. Y, al contrario que sus personajes, siente que envejece.