Casi dos meses despues de que el cineasta denunciara a Amazon por no haber estrenado su último filme, A Rainy Day in New York, la empresa estadounidense explicó que los comentarios sobre el #MeToo realizados por el director de 83 años "han saboteado" sus intentos de promocionar sus películas, y que tales manifestaciones "justifican" la rescisión del contrato firmado con el director.
Woody en el rodaje de "A Rainy Day in New York".
Desde que se destapó el escándalo con las acusaciones de varias mujeres hacia el productor de cine Harvey Weinstein, la industria corrió de la escena a figuras de renombre como Kevin Spacey, Louis C.K. o Ed Westwick por conductas inapropiadas.
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El director neoyorkino Woody Allen también quedó envuelto en el escándalo, del que aún siguen surgiendo casos a medida que muchas mujeres se animan a hablar. Una de ellas fue Dylan Farrow, hija del director y la actriz Mia Farrow. En varias ocasiones, Dylan aseguró que el cineasta abusó sexualmente de ella en 1992. El conflicto llegó a los tribunales en 1993, pero las periciales no detectaron en Dylan evidencia física ni rastro psicológico de abusos. Nunca llegaron a probarse las acusaciones y Allen fue absuelto por aquellos cargos.
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Pero en pleno auge del #MeToo, la hija de Woody continuó afirmando que su padre había abusado de ella. Fue allí que la productora Amazon Studios, con la que el director había firmado un contrato para financiar y distribuir cuatro películas (dos fueron estrenadas por la compañía: Café Society, en 2016, y Wonder Wheel, en 2017), decidió cancelar el acuerdo firmado.
Allen no aceptó las nuevas condiciones y denunció a la productora, a la que le reclama 68 millones de dólares. En la demanda se exige a Amazon Studios que estrene su último filme A Rainy Day in New York, cuyo rodaje terminó hace seis meses. Y también reclama que se reanude el contrato que habían firmado. "Existe un incumplimiento contractual. No hay una razón legítima por parte de Amazon para renegar de sus promesas", habían dicho los representantes legales de Woody.
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Lo cierto es que dos meses después de que el cineasta elevara esta denuncia, Amazon preparó un documento que le envió a un tribunal de Nueva York en el que alega que los comentarios sobre el #MeToo realizados por el director, de 83 años, han "saboteado" los intentos de Amazon de promocionar sus películas.
"Allen realizó una serie de comentarios públicos en los que sugería que no había captado la gravedad de este tema (los abusos sexuales)", aseguran los abogados de la compañía dirigida por Jeff Bezos en el documento presentado en el juzgado este miércoles.
Los representantes legales de Amazon citan, entre estos supuestos intentos de sabotaje, el tono de las declaraciones públicas y la empatía que siente Woody por Weinstein, el productor sobre el que cayeron las primeras denuncias del #MeToo.
También analizaron las críticas de Woody realizadas a su hija Dylan Farrow por "usar cínicamente el #MeToo". En tanto, Allen le reclama a Amazon 60 millones de euros de indemnización alegando que la compañía "no cumplió su contrato".