Glenn Close se puso de pie. Seguro, cuando estaba en su casa, imagino que no lo haría tan temprano durante la ceremonia del Oscar, y por un motivo muy diferente. Pero no. Queen (o lo que queda de la banda), arrancó sobre el Dolby Theatre cantando We Will Rock You, y la actriz de Relaciones peligrosas, como muchos, como casi toda la platea, se puso de pie y se puso a tararear.
Tal vez, la intérprete de Atracción fatal imagino que sí, ella iba a pararse, y junto a ella lo haría toda la platea, pero porque mencionarían su nombre cuando entregasen el Oscar a la mejor actriz protagónica, y sí, todos se pararían, pero para celebrarla a ella y no a Queen. En definitiva, si hubiesen tocado Another One Bites the Dust (Otro muerde el polvo) hubiera sido más acorde.
Glenn Close, a sus 71 años, fue candidata por "La esposa". Fue su séptima nominación, e igual número de decepción. EFE
Es que Close era por séptima vez candidata a un Oscar, ahora por La esposa, y lo volvió a perder. O no lo volvió a ganar, que es un eufemismo con el que mucho se contentan. No es que salió empatada, y si lo hizo fue con las otras tres actrices que tampoco se llevaron la estatuilla a casa.
Tom Cruise, en una escena de "Nacido el 4 de julio", de Oliver Stone. Fue una de las tres oportunidades en las que estuvo nominado al Oscar.
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Quien lo ganó, Olivia Colman, soberbia por La favorita, era la primera vez que la nominaban. Poco le habrá importado a la intérprete de 101 dálmatas, de 71 años, el reconocimiento de Colman hacia ella en su discurso. Habrá querido, o no, el reconocimiento de la Academia.
No fue la única que se quedó ahí, sentadita en su butaca de terciopelo sin subir al escenario. Amy Adams, que era candidata a mejor actriz de reparto por El vicepresidente, sumó su sexta frustración. La actriz de La duda, The Master y Escándalo americano tiene 44 años. O sea, le queda aún mucho tiempo para sufrir.
Michelle Williams, en la ceremonia de 2017, cuando estaba nominada, por cuarta vez en su carrera. Lo fue por "Manchester junto al mar". EFE
Entre las actrices, Michelle Williams y Annette Bening (4) tal vez pronto las alcancen. O Michelle Pfeiffer (3), Sigourney Weaver (3), Laura Linney (3), Keira Knightly (2) y Jessica Chastain (2).
O tal vez a ambas les sirva de consuelo saber que otros grandes intérpretes tampoco ganaron un Oscar. Y no hablamos de Alfred Hitchcock (cinco veces nominado como mejor director, entre otras por clásicos como La ventana indiscreta y Psicosis), Charles Chaplin (una sola vez candidato como actor, lo ganó por la música de Candilejas) u Orson Welles (sólo ganó un Oscar por el guión de El Ciudadano). Por supuesto que la Academia tiene como remedio o palmadita circunstancial enmendarlo todo y entregar un premio Honorario. Y los tres lo recibieron.
Al margen de las injusticias con los actores, entre los directores Alfred Hitchcock tampoco lo ganó. Y fue candidato por clásicos como"La ventana indiscreta" o "Psicosis". Por "Los pájaros" ni lo nominaron. AFP
Pero volviendo a los actores que extrañamente nunca fueron galardonados, el caso de Peter O’Toole es sintomático. Tiene el récord: fue ocho veces candidato. Desde que fue Lawrence de Arabia (en la edición de 1963), pasando por Becket y El León en invierno hasta Venus (2007), el venerable actor se cansó, al final de sus días, de responder qué sentía al no haber ganado nunca un premio de la Academia.
Peter O'Toole interpretando a Lawrence de Arabia. Fue su primera nominación al Oscar. Otras siete veces más se quedó con las manos vacías.ARCHIVO CLARIIN
Le sigue en este casi ranking nefasto Richard Burton, que veía cómo su mujer Elizabeth Taylor lo ganaba, y él se retiraba siete veces sin poder sonreír.
Dos que nunca ganaron. Bruce Willis y Brad Pitt. El primero nunca fue candidato. El segundo tiene una estatuilla en el living porque produjo "12 años de esclavitud", que ganó como mejor película.
Y si hablamos de intérpretes taquilleros, ahí están Brad Pitt (tiene uno por ser productor de la ganadora a mejor película 12 años de esclavitud, pero perdió las dos veces que lo candidatearon por estar frente a cámara, por 12 monos y El curioso caso de Benjamin Button), Tom Cruise (3 veces), Johnny Depp (3), Robert Downey Jr. (2), Sir Ian McKellen (2), Ralph Fiennes (2), John Travolta (2), Edward Norton (3), Will Smith (2), John Travolta (2), Ed Harris (4), “nuestro” Viggo Mortensen (3) y hasta Sylvester Stallone, al que muchos daban como ganador como actor secundario en Creed. Por Rocky había sido nominado como actor y por su guión original.
Harrison Ford, en "Testigo en peligro", la única vez que fue candidato al Oscar. ARCHIVO CLARIN
Peor están otros como Harrison Ford (una sola vez candidato, por Testigo en peligro), Samuel L. Jackson (sólo por Pulp Fiction) Bill Murray (Perdidos en Tokio), Harvey Keitel (sólo por Bugsy), Jake Gyllenhaal (por Secreto en la montaña), Michael Keaton (por Birdman), Liam Neeson (que no siempre se vengó de alguien, por La lista de Schindler) que tuvieron una opción y, nada. O Jim Carrey, que nunca fue nominado, ni por The Truman Show ni por Eterno resplandor de una mente sin recuerdos.
Jim Carrey, en "The Truman Show". No lo nominaron, tampoco, por "Eterno resplandor de una mente sin recuerdos".
También hay intérpretes de indudable talento, como Max von Sydow (dos veces candidato) que se retiraron con las manos vacías.
Y están los que fallecieron sin poder agradecer a su madre, su pareja, sus hijos o su representante, como Albert Finney (5), o Marilyn Monroe, que nunca fue nominada por sus pares. O James Dean (2), Cary Grant (2), Montgomery Clift (4), Kirk Douglas (3) o Errol Flynn y Edward G. Robinson, que nunca fueron siquiera candidateados.
Marilyn Monroe tampoco aspiro a un premio de la Academia de Hollywood.
Porque, recordemos, es la rama de intérpretes en la Academia los que nominan, y luego la votación se abre a todos los miembros de la Academia.
Así que puede afirmarse sin margen de error que a Glenn Cose y a Amy Adams, los actores las quieren, los que no las quieren ver con un premio Oscar en la mano son el resto de los miembros de la Academia.